Capitulo 7 ''La Carta''

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Al día siguiente me las arreglé para ver a Caroline una vez más. Ella en casa de los Salvatore, ya que pronto Elena y ella volverían a la universidad, eso me entristecía por alguna extraña razón, solo quería verla. ¿Qué caso tenía estar en Mystic Falls si ella se iba? Mi objetivo de ir a Mystic Falls era hacerla mía, lo peor era que mi deseo me consumía tanto que no pensaba en otra cosa. Definitivamente tenía que verla, tenía que ver sus hermosos ojos, su hermosa piel tersa y blanca como las nubes con cielo azul. Inmediatamente, obvio sin pensarlo dos veces me dispuse a cumplir mi objetivo. Si, fui a casa de Elena, me quedé esperando allí hasta que Caroline salió por un momento a hacer dios sabe qué cosa. Ella no se dio cuenta de mi presencia hasta que yo me aparecí frente a ella, lo que hizo que ella se sobresaltara.

—  Hola, Caroline.

—  ¡Por el amor de dios, Klaus, deja de asustarme así!

—  Oh ¿Te asuste? –Fingí cara de sorprendido –

—  Já, já, já , muy gracioso. –Rodó los ojos Caoline –

—  Al menos te parezco gracioso, es un avance. –Dije alzando una ceja juguetonamente con una sonrisa de lado–

—  ¿Qué no entiendes el sarcasmo, Klaus?

—  De ti no.

—  Hay que ver que contigo no se puede, Klaus.

—  ¿No se puede que?

—  ¿Convivir?

—  Ya quisieras tu convivir conmigo, amor.

—  ¿Yo? Ni en tus sueños más profundos, querido. –Comentó ella con sarcasmo en su voz alzando una ceja y mostrando una sonrisa también de sarcasmo–

—  Si esa sonrisa no me gustara tanto ya te hubiera mordido. –Reí bajo–

—  Oh ¿Y ahora te dedicas a hacer cumplidos mortales? Ah sí, cierto. Siempre lo hiciste.

—  Pero te gustan mis cumplidos sean como sean, no puedes negarlo.

—  Si me gustaran tus cumplidos ya te lo hubiera dicho.

—  ¿Y? ¿Te gustan?

—  No –Sonrió ella–

—  Supongo que debería sentirme ofendido ¿No?

—  Siéntete como quieras –Se encogió de hombros– No me interesa.

—  Tan sutil y tierna como de costumbre, querida Caroline. –Dije con tono de sarcasmo en mi voz–

—  Hago lo que puedo, osea para ti nada.

—  Eso es lo que me gusta de ti ¿Sabes?

—  ¿Qué?

—  Que eso es lo que me gusta de ti.

—  ¿Qué es lo que te gusta de mí?

—  Que no eres una mujer fácil, que te enfrentas a quien sea con todo lo que tienes y dices lo que piensas sin importar que piensen los demás.

—  Es algo que se aprende.

—  Tú lo aprendiste muy bien.

—  ¿Y qué hay de ti? ‘’Señor, yo todo lo controlo’’

—  ¿Se supone que eso es un cumplido?

—  ¡Intento hacer lo mejor que puedo, lo que importa es el merito!

—  ¿Y tú merito vale? –Reí bajo alzando una ceja divertidamente–

—  ¿Pero qué? ¡Klaus Mikaelson! Arg –Gruñó ella de frustración–

Please, stay with meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora