Tal vez, solo tal vez...

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Taihei observo los brillosos ojos de Ebina y se dio cuenta que solo la estaba arrinconando para que tomara una desición. Suspiro algo triste y luego le acaricio la cabeza.

-Lo siento Ebina-chan, si fue muy apresurado lo que dije, ¿Que me pasa?, apenas empezamos a salir y ya te digo esas cosas-

Taihei se rasco la nuca algo apenado y quito la mano que tenia en la cabeza de la chica. Ella al sentir que se alejaba agarro la mano y la volvio a poner en su cabeza.

-¿Ebina-chan?-

Nana temblaba mucho, había inflado sus cachetes en mofa de estar molesta, estaba muy roja y no se podia saber si era por verguenza o enojo.

-....Nana, ¿no me ibas a decir así?-

El calor inundo la cara del mayor el cual no podia creer que ella se podría ver mas linda. Ebina estaba decidida a que no avanzaria más pasos hacía atras como solia hacer, ahora solo avanzaria hacia adelante.

-Pero Nana, tu no me haz llamado por mi nombre-

Dijo el con una sonrisa algo divertida, realmente queria escucharla decir su nombre. El rostro de ebina se coloreo de rojo al escuchar aquellas palabras, no queria retroceder, pero esa era una petición dificíl.

-Ta...Ta....Ta...-

Empezo a salír incontable humo de su cabeza cada vez que tartamudeaba el nombre de su amado, era demasiado vergonzoso.

-Tai....Tai.....Ta-

El casi mencionado se aguantaba la risa poniendo su mano en la boca, mientras miraba con ternura a la chica. Ebina algo cansada de sus inutiles esfuerzos, agarro aire un par de veces, lo solto otras y se agarro el rostro con sus dos manos.

-Ta...Taihei-san-

Despues de ello se hizo bolita de la verguenza levantando sus piernas a la altura del rostro. El ahora nombrado no sabía que hacer con todas las emociones que recibio de golpe. Nunca le había gustado su nombre, porque sonaba como si solo fuera alguien que trajiera problemas, pero el escucharlo salir de esa timida voz le hizo amar su nombre como nunca lo había hecho.

-¿Así que no vaz a quitar el -san-he?

Dijo mientras acariciaba nuevamente la cabeza de su amada. Se sorprendio al darse cuenta que hasta la cabeza estaba caliente.

-Nana, ¡Podemos hacer huevos en tu cabeza!-

La chica lo miro desconcertada. Taihei se dio cuenta de lo tonto que había sonado eso que acababa de decir y busco escusarse.

-No, bueno, yo, no queria, mas bien-

Movia sus manos torpemente para todos lados como si quisiera decir algo con estas. Se sentia tan avergonzado, el no solia decir esa clase de cosas en frente de Ebina, eso era una parte de el que solo Umaru conocia. Al pensar eso la joven de Akita sonrio y no pudo evitar soltar unas carcajadas que relajaron y luego contajiaron a Taihei que ya tranquilo empezo a reirse tambien.

Ya mas felices ambos chicos se agarraron de las manos y se dirigieron a sus hogares. Mientras caminaban saliendo del parque de atracciones un niño que caminaba del lado contrario de la acera le dijo a su mamá con un tono fuerte de voz.

-Mira mamá, una pareja-

El rostro de ambos chicos se enrojecio al escuchar aquello y siguieron caminando. Ambos sabían que ya era la segunda vez que les pasaba, pero ninguno dijo algo.

Cuando estaban frente el apartamento de Ebina ambos chicos se soltaron de las manos y se despidieron con un tenue saludo, se sintieron incomodos porque no sabían como debían despedirse.

Los sentimientos de ambos (TaiheixEbina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora