La chica de oro.

Prologo

*así es como se siente no* pensó la joven castaña que terminaba uno de sus múltiples conciertos de la fecha navideña.
*pero... ¿Porque se siente así?, de esta forma tan fría y lustrada.
Ahora estoy brillando ¿Porque me siento tan infeliz?* pensó nuevamente mientras se despedía del publico y caminaba tras bastidor.

— otro gran concierto Aileen — menciono uno de sus estilistas mientras tomaba los cepillos.

— eso parece — dijo ella con voz queda en lo que comenzaban a quitarle el gran tocado de pedrería que llevaba en su cabello.

— ¿porque ese humor Aileen? — pregunto el estilista mientras retiraba la pedrería del cabello de la joven.

— no es como esperaba, sabes la vida es mas solitaria que nunca. Traicione a muchas de las personas que me impulsaron a seguir, los defraude... — susurro las últimas dos palabras mientras sus ojos se cristalizaban.

El joven estilista no contesto en el momento, solo se dedicó a tararear una suave canción de cuna para la artista. Aileen solo podía dejarse llevar por los suaves cantos de su estilista. La joven artista estaba tan cansada que solo bastaron algunos segundos para quedar completamente dormida...

El estilista la acomodo sobre un sofá y dejo alrededor de la joven unas velas de aroma mientras salía de la habitación. Se sentía ahora como un amante en fuga. Solo que sabía que ahora si sería el final de esa historia que en el pasado los unió.

— te extrañe Aileen... — susurro mientras su cara tornaba rastros de nostalgia, salió del camerino de la joven y abordo el último autobús de la noche... Necesitaba dejar atrás el pasado.

Pero como podría dejarla así, la amaba demasiado o eso queria pensar, y aún así el rencor era mas fuerte, tanto que esa noche pudo haber regresado por ella, sin embargó no lo hizo, y es así, solo así posiblemente noto que tal vez no la amaba lo suficiente. Y lo lamenta profundamente aunque no deba porque una parte le dice que todo pudo haber sido diferente.