Capitulo 5

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Estoy, algo aburrido, estamos en hora libre, Dániel y Rajá se fueron de vagos por ahí; aunque me invitaron, decidí rechazar su ofrecimiento. Estoy recargado en mi brazo, el cual está sobre la butaca, con mi rostro hacia la ventana; creo que en este tipo de situaciones es una ventaja que mi fila se encuentre justo al lado de la ventana, y como estoy en el segundo piso, bueno, tengo una buena vista de la ciudad.

— Hola Esteban. — debió la mirada a esa hermosa voz que me llama.

— Hola, ¿Qué paso Sahionje?

— Perdóname, no quise molestar, pero quisiera preguntarte algo.

— Dime, soy todo oídos.

Ella tomó asiento delante de mí, aprovechando que el mismo estaba desocupado.

— Bueno, sé que tú eres bueno en matemáticas. — ¿Cómo lo supo?, no es por alardear, pero, la verdad, si soy bastante bueno.

— Bueno, eso es cierto, ¿Quién te lo dijo?

— Me lo dijo Dániel.

Vaya chismoso.

— Como sea, a fin de cuentas, es cierto, ¿Dime, en donde exactamente no le entiendes? — Negarle algo a ella, sería un pecado.

A mi humilde capacidad, le expliqué todo lo que necesitaba, aunque me quede perdido en sus hermosos ojos, color miel; ella se veía hermosa con ese uniforme negro, y... tal vez me llamen pervertido, pero, esa falda blanca con bordes negros, le quedaba de maravilla. Al final le dije que nos viéramos en mi casa el sábado por la tarde, de esa manera le explicaría todo lo que quisiera, no puedo evitar emocionarme, mañana será un día hermoso.

Como sea, ahora voy camino al salón siete, una vez más, me tocaba taller, ¡¿Neta, a quien carajo se le ocurre poner taller dos días seguidos?! Como sea. Como siempre, lo recordé a último momento, y una vez más, llegué tarde, como si fuera novedad. Decidí rendirme y entregarme a las garras del profe, me regaño en frente de todos y me envió a mi lugar, vaya hombre, debería de conseguirse una mujer.

Salude a Michel, y aun después de diez minutos, no sé por qué aún sigo esperando una respuesta de ella. Después de media hora se dignó a hablar, pegue el grito en el cielo, y el profe me regaño por segunda vez. Esta vez, solo hablo para responder el saludo que le hice hace media hora, mejor no hago ningún comentario, siendo sincero, no me siento de humor para eso. Después de la clase, que fue muy dinámica, por cierto; yo dibuje un lindo perro, pero Michel me supero por mucho... me estoy desviando del tema, una vez más Michel me detuvo saliendo de clases.

— ¿Leíste el libro? — preguntó ella con su voz casi imperceptible.

Me lleva, lo olvidé por completo.

— No, lo siento, no tuve tiempo.

— Léelo, por favor, esta tarde, antes del anochecer.

Siendo sincero, yo no le tome importancia alguna, pero, después, la voltee a ver, sus hermosos ojos manifestaban esperanza, no pude resistirme, y termine cediendo. ¡Ah! Solo quiero descansar, Dániel me invito a comer con su madre y estoy exhausto, pero bueno, al menos su mamá hace buena comida, no digo que la de mi mamá no está buena, claro que lo está, es solo que la señora Dani hace unos buenos postres.

Estando en mi cama, recordé a Michel, abrí mi mochila, saque el libro que ella me había dado, lo empecé a ojear. ¡No es cierto! Está en japonés, ¡¿Neta?! Algo, y solo algo molesto, aventé el libro al otro lado de mi cama; poco después, observe como una tarjeta salía del libro. Me arrastro hacia el libro y saco el papel, "Te espero en el parque central, el que está cerca de la escuela, a las siete P.M, no faltes por favor" ¿A las siete? ¿Qué hora es? ¡No puede ser! ¡¿Seis, cuarenta y nueve?! ¡Tengo que irme!

Baje las escaleras como rayo, aun con el uniforme negro de la escuela, aunque ya me había quitado la corbata roja. Solo le grité a mi mamá un "Adiós mamá, vuelvo pronto" ella solo me dijo "Ponte suéter" esperaba más de ella, aunque probablemente eso debí de haber hecho, afuera hacia un frío infernal, claro, olvidaba que estamos en enero, como sea.  Espero que lo que esa chica tenga para decirme sea importante, espero llegar a tiempo.

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