Eran las tres menos cuarto cuando salí del instituto con mis compañeros.Nos dividimos al final de la calle como de costumbre. No creo que pueda olvidar aquel día, hacía un calor sofocante y el sol se podría decir que tenía ganas de tragarse la Tierra entre sus llamas feroces.
No podía más, me quité la sudadera y me quedé en camiseta de trirantes. Otra persona se habría arrepentido, pero yo no lo hice, arrepentirme no era lo mío.
Una mujer con camisa negra, unos vaqueros y también unas convers negras.Estaba parada al otro lado de la calle, apollada en una pared de ladrillos rojos donde la luz del sol no podía tocar su tez pálida y escalofriante. Me prestaba mucha atención para no conocerme.
Me sentí desprotegida y empecé a dar pasos rápidos. El corazón me latia muy rápido, me temblaban las manos y las piernas. Cuando creí haberla perdido de vista la vi aparecer delante mía. Lo último que recuerdo fueron sus uñas largas clavarse en mi hombro fuertemente.
Estuve hospitalizada varios días,o eso me dijeron las enfermeras. Pero yo no estaba tan segura de que fuera verdad. Algo me decía que había algo más. Yo núnca había tenido tantas pesadillas en una noche. No podía dejar de pensar en las sombras tenebrosas, los esqueletos, las mómias que salían acompañadas de miles de arañas rojas de los sarcófagos
Para los médicos y la policía solo era una demente más. Incluso para mi era una persona nueva a la que no le costaba nada contar hechos irreales que ponían los pelos de punta por que mi vida entonces era horripilante por culpa de un ser inhumano que no penso en las consecuencias de violar a una persona, o quién sabe a lo mejor era muy consciente de las consecuencias. Ahora no soy capaz de pronunciar una palabra pero me acuerdo muy bien de las cosas aunque las vea un tanto deformadas. Ahora las veo sombrías y melancólicas. Pero de lo que realmente no recuerdo nada es de mi vida antes de que sucediera aquello.
No podía hacer otra cosa a parte de esperar a que el tiempo pasara. Aquella desconocida fue arrestada pero el daño ya era irreversible.
Con los años he ido apreniendo cosas a pesar de estár un poco loca. Y una de ésas cosas es escribir para deshogarme entre torres de hojas sueltas. A si, una de las cosas más importantes que he aprenido es a vivir sin rencor, pero sin olvidar tampoco porque tierra somos y en polvo nos convertiremos dice el dicho.