L' amour | YM x VK OS

January, 26.

Jimin lanzó su quinta corbata al suelo. Estaba nervioso, finalmente hoy daría el paso más importante de su vida. Se casaría con el hombre que más amaba, su querido Min Yoongi.

Se habían conocido hace tres años atrás, en paris. En un viaje de vacaciones que Jimin realizó junto a sus dos mejores amigos. Jungkook y Seokjin.

El viaje había sido planificado hasta en el último detalle, simplemente por lo maniático que era Seokjin y por el tiempo acotado de Jungkook. Un viaje de dos semanas que terminó siendo el más eterno en su vida.

Se conocieron en el mini bar de aquel casino, mientras sus dos amigos se gastaban el dinero en juegos de mesa.

Yoongi se acercó a su lado, lo invitó a una copa y sólo eso le bastó para que en cosa de horas, terminaran bajo las mismas sábanas compartiendo más de una noche. Y eso, era increíble.

Jimin era todo lo que se consideraba un chico bien recatado, todo le daba vergüenza y solía pensar más de dos veces las cosas, para llegar a hacerlas pero el rubio le llamó la atención casi de inmediato, como si tuviese un imán de atracción en su cuerpo, muy difícil de resistir. Por lo que todo fue cuestión de días para que intercambiaran sus números telefónicos. Sorprendiéndose aún más, cuando descubrieron que vivían más cerca de lo pensado.

Meses más tarde y tras reencontrase en Seúl, comenzaron a salir. Y ahora, luego de tres años de relación, al fin darían él sí a su matrimonio.

En eso estaba, cuando Seokjin entró por la puerta con rapidez, burlándose de su evidente nerviosismo cuando vió la habitación hecha un desastre.

—Tienes quince minutos para estar listo y menos de una hora para llegar al altar. —pronunció, bebiendo un corto de whisky que tenía en su mano.

—¡Cállate y ayúdame! —exclamó en un tono más alto de lo normal. —¿La roja o la rosa? —preguntó ya rendido.

—La corbata rosa cariño, tú eres muy rose. —respondió en broma. —Ahora apúrate, que Jack debe estar a punto de asesinar al sacerdote y hundirse en el barco... —se burló.

Jimin emblanqueció sus ojos ante las palabras de su amigo, Seokjin siempre era sinónimo de dramatismo, así que no era de extrañar que a veces fuera tan extremista. —No es sacerdote Jin, es un juez civil. —corrigió mientras terminaba de atar el nudo de su corbata. Observándose en el espejo para constatar que todo estaba en su lugar, antes de salir rumbo a su gran y esperado día.

Cerró la puerta de su casa y caminó hasta su auto, subiéndose en el lado del copiloto para que Seokjin tomara el mando al volante.

—¿Crees que Jungkook llegará justo a tiempo? —inquirió, dudoso.

—Claro que si. —aseguró él mayor. —De lo contrario, tendremos una boda fallida, un hombre al borde del suicidio y un hermano menos...

Jimin se carcajeó, estaba ansioso. No tan sólo por su boda, más bien por la sorpresa que él novio de su amigo había preparado con anticipación. Decidió entonces, observar el camino por la ventana para poder calmar en parte, todos sus nervios.

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Al llegar al lugar, se detuvo tras notar a su hermano menor.

Taehyung estaba impecable en aquel smoking color azul petróleo junto a la camisa blanca y una corbata del mismo tono del traje, que ayudaba a resaltar su extravagante color de piel.