Sarada suspiró, ya era el vigésimo suspiro de la noche, se hizo una nota mental de que ya debía parar. Suspiró una última vez y se acomodó el flequillo rebelde detrás de la oreja.
Le molestaba el hecho de que, ni siquiera sabía porque estaba enojada.
Quizá eran los nervios.
Era la primera navidad después de... No, su madre tenía razón, era mejor no recordarlo y sonreír.
Se ajustó el cuello de su suéter y cerró la puerta del baño detrás de ella, al instante, se escucharon las voces provinentes de distintos sitios. Avanzó... bueno lo intentó, caminó lentamente y en ese trayecto un niño la esquivó en el estrecho pasillo que dirigía al patio.
Lo miró perderse en el centenar de luces ¿Quién era? Ni idea. Siguió su camino percibiendo ahora, más tranquila, lo bonita que se veía esa casa con las decoraciones y luces en cada rincón. Himawari se había esmerado.
Cambio su mirada hacia Hinata quien iba de aquí para hayá en la cocina. Debía estar tranquila y actuar como siempre, reemplazó su próximo suspiró por una sonrisa y se acercó.
--- ¿Necesita ayuda?
Los ojos grises pararon en ella y Hinata sonrió.
--- La cena está lista, ayúdame a llevar esto, tu madre llevó el pavo hace un momento...
No terminó de hablar y la pelirosa se asomó riendo por algo que quizá le dijeron afuera, y tomó la siguiente bandeja. Sarada la imitó con dos, una en cada mano.
Ha tan sólo unos metros de la puerta sintió el frío escabullirse entre sus ropas, debió traer un suéter más, sabía que se iba a arrepentir, pero aún así no hizo caso omiso a su yo interior.
"No suspires" se dijo mentalmente mientras cruzaba la puerta.
Las luces fueron un tanto cegadoras ¿o quizá fue la felicidad?
Observó a su padre bebiendo de su copa y al séptimo decirle algo que le sacó una media sonrisa, esa de las pocas que veía, su corazón se invadió de calor, por un momento creyó que mucha gente no le caería tan bien, pero no se veía enojado ni extremadamente feliz.
Qué va, era Sasuke Uchiha.
Todo iba bien hasta que el séptimo gritó su nombre y todas las miradas cayeron en ella.
Entró en pánico a pesar de que eran miradas conocidas, todos sus amigos y los padres de sus amigos estaban ahí en una mesa interminable.
Avanzó intentando dejar los nervios, tenía dos bandejas de comida que dejar ahí, En una mesa a dos metros.
Todo iba estupendo hasta que, de nuevo, ese niño que ni sabía quien era, pasó como un rayo a su lado, golpeó su pierna haciendo que pierda el equilibrio. Sin embargo era una ninja, maniobró la bandeja en su mano de modo que la comida volvió a su sitio, pero sintió el mundo en cámara lenta cuando un bonito panqueque no estaba lo suficiente cerca para salvarlo.
--- Diablos. --- masculló Boruto tomándolo antes de que caiga y llevándolo a su boca segundos después --- ¿Quién es ese niño? Deberían ponerle correa Dattebasa...
Se quejó y masticó de nuevo para pavonearse hacia la mesa con una enorme bandeja con muchísima más comida ¿Desde que hora habrá estado metida Hinata en la cocina? Despejó su mente y dejó la comida en la mesa segura. Ya no llevaría más.
Quería seguir ayudando, pero ChouChou la pegó en una silla a su lado.
Tanto Sarada como Boruto, aunque pareciera que cada uno andaba como si nada conversando con sus amigos, les parecía irreal la situación.
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➳Merry Christmas BoruSara♡
FanfictionRelato navideño BoruSara.... ¡Felices fiestas! ♡ Los personajes le pertenecen a Masashi Kishimoto. La historia a mi.