Deseo de Navidad [ChanKai]

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El clima afuera era frío. Si miraba a través de la ventana se encontraría con la luz de la luna y los copos de nieve que caían sin parar, llenando las calles hasta que era difícil transitar por ellas. Era una vista hermosa, pero no encontró los ánimos para disfrutar de ella, no cuando sus pensamientos divagaban en una persona que debía estar al otro lado de la ciudad.

Miró el reloj fijamente, con la esperanza de que éste fuera más lento. Deseaba que el tiempo se detuviera, que se congelara como las personas lo hacían bajo la nieve. Por primera vez en su vida, no quería que llegara la navidad.

El seguro de la puerta siendo retirado fue lo que lo hizo distraerse del exterior. Volvió la cabeza y vio entrar a una figura alta envuelta en un grueso abrigo de color marrón.

El recién llegado se despejó pronto de las prendas invernales, hizo a un lado su bufanda, sus guantes y se aseguró de colgar el abrigo, para que la nieve que lo cubría pudiera escurrir en la entrada y no en el delicado piso de madera. La calefacción ayudaba, pero no fue suficiente para que retirara el suéter que se adhería a su cuerpo, dejando ver una condición atlética y fuerte.

—Si el clima continúa así la ceremonia será un desastre —comentó, acercándose por fin al área de la sala.

Cuando pasó junto al árbol navideño se detuvo unos segundos de más, lo suficiente para admirar la decoración de ese año. Las esferas eran de tonos azules y blancos que resaltaban a la vista, sobre todo cuando las luces a su alrededor tintineaban ocasionalmente, como si fueran estrellas.

—Creí que estarías con ella —La voz de Chanyeol sonó seria, apagada incluso, aún así compuso una sonrisa que el otro no tardó en corresponder.

—El novio no puede estar con la novia la noche antes de la boda —Jongin repitió las palabras de su madre y se encogió de hombros—. Y ya que mi amigo no quiso prepararme una despedida de soltero, aquí estoy.

—¿Y a dónde debería llevarte con este clima? —preguntó Chanyeol.

La nieve no era la verdadera razón para no prepararle una despedida de soltero, fácilmente podría invitarlo al bar que estaba a dos cuadras de su apartamento, o conducir hasta el karaoke en el que siempre desafinaban a propósito para hacer de las canciones algo divertido; pero en ese momento, incluso cuando la mirada de Jongin era tan cálida, no pudo evitar sentirse molesto. A él no debería importarle, no debería importarle que el matrimonio de Jongin era arreglado, y aún así su corazón dolió con el mero pensamiento.

Estaba harto de toda la farsa que Jongin y Krystal se habían esforzado por construir para satisfacer a sus padres, aunque jamás lo diría en voz alta, porque se suponía que debía apoyar a Jongin en sus decisiones, porque eso hacían los mejores amigos. Chanyeol reprimió un suspiro, él ya no estaba seguro de querer ser sólo un amigo.

—Podríamos esquiar —Jongin se dejó caer en el sofá, interrumpiendo los pensamientos del más alto. Colocó su cabeza en el hombro de Chanyeol y lo miró como un niño que trata de convencer a su padre de que le compre un regalo—. ¿Deberíamos construir un muñeco?

Chanyeol resistió la tentación de acceder a su petición y se apartó para fijarse bien en los inocentes ojos castaños que podían desarmarlo incluso aunque él no lo admitiría. Carraspeó con fuerza, ya no podía contenerse más.

—Nini —comenzó, con voz insegura al principio—, ¿de verdad lo harás? Tú no amas a Krystal.

El rostro de Jongin cambió drásticamente y Chanyeol pudo ver cómo el brillo en su mirada se apagó hasta dar paso a una seriedad que era impropia de él.