VII

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A los pocos minutos, el castaño se quedó profundamente dormido.

Se encontraba nuevamente en aquella plaza, solo que aquella vez los pájaros no cantaban, lo único que se escuchaba era aquel llanto nuevamente.

El castaño se puso de pié, e intentó buscar de donde venía aquel llanto.

Buscando entre los yuyos y arbustos, el llanto cada vez se volvía más y más fuerte.

Comenzó a caminar a ritmo acelerado y justo, únicamente justo cuando sintió que debía frenar, lo hizo.

Al frenar, el llanto se sentía a muy pocos metros de distancia.

Se volteó lentamente, y por ahí, entre unos arbustos algo marchitos, se encontraba su pelinegro, con moretones y lastimaduras, llorando.

the boy of my dreams ま zerui.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora