Capítulo 2

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La puerta fue abierta, dejando entra a una chica rubia a la habitación, ésta mantenía el ceño ligeramente y sus ojos demostraban la molestia en la cual estaba viviendo. En eso la puerta sonó de nuevo, anunciando la llegada de otra persona.

-Princesa-.

La mencionada solamente volteo a ver al recién llegado, relajando su semblante notablemente.

-Butters-. Dijo con alivio, acercándose a él sonriendo un poco, mientras el otro rubio sonreía nerviosamente.

-¿Si quiera ya tiene a alguien con quien casarse? En este reino las leyes son claras:

“Ningún heredero al trono podrá ascender al poder sin una pareja” -. Dijo (casi gritando) al contrario, mientras el paladín sentía el sudor recorrer su frente.

-D-de hecho.- Empezó a decir Butters.- El y-ya tiene a alguien en mente, dice que es de la realeza y estará aquí para su coronación.

-Ese….Gordo-. 

-Princesa tranquilícese-. Dijo Butters, viendo como la rubia  agarraba unas estrellas ninjas (Quien sabe de dónde) y se encaminada a donde Cartman, seguramente.

-¡Este reino caerá en una maldita dictadura con Cartman al mando! ¡¿Cómo quieres que me tranquilice?! -. Reclamó la rubia, lanzando una de las estrellas al aire, dando justo en una pintura del castaño mencionado.

-“Kenny es peligroso cuando se enoja”-. Pensó el paladín, viendo la precisa puntería de la contraria con temor.

Mientras tanto en el reino de los Tweak, la reina se encontraba mirando como su hechicero hacia un conjuro para que no se notara la diferencia de colores que se había creado gracias a su alma destinada.

-¿No podrá notarlo verdad?-. Pregunto con nervios la castaña, a lo cual le alivio que el contrario asintiera.

-Pero es algo arriesgado usar magia en un órgano tan frágil como el ojo-. Dijo el encapuchado, metiendo su mano a su bolsillo del cual saco una pequeña cajita aterciopelada.

-¿Qué es eso?

-La solución a su problema mi reina-. Contesto confiado.- Se llaman “pupilentes”, con esto no se notara aquel cambio, se lo aseguro.

La reina tomo entre sus manos aquel objeto, no tan confiada en él pero si en el hechicero, por  lo cual no demostró oposición.

-Gracias-. Se limitó a decir antes de abandonar la habitación, dejando en soledad a aquel hombre.

-Buena suerte mi reina.- Dijo cuándo se encontró en total soledad, en sus labios se había formado una sonrisa divertida.

-.-.-.-.-.-.-

Los días pasaron, aquella fatídica fecha había llegado en menos tiempo del cual se había pensado y cuando menos atención había puesto ya se encontraban todos en camino al reino de Kuppa Keep1.

Gracia y belleza bajaba a cada carroza, las princesas eran anunciadas junto a sus demás familiares apenas ponían un pie en el territorio del castillo. Uno a uno fueron llegando los reyes y reinas junto a sus correspondientes herederos, lentamente fueron tomando su correspondiente lugar, dando la impresión de que él futuro rey seria alguien fijo a los detalles y perfeccionista, aunque no siguiera un orden de importancia democrática, comercial o alguna cosa así, todo se veía como una especie de perfección y armonía escalofriante.

O al menos eso pensaba Tweek.

Cuando por fin todo estuvo en completo silencio, la imponente y ancha figura de Eric Cartman hizo acto de presencia en la sala, extrañamente un ambiente de tensión, miedo e impotencia comenzó a invadir la sala. Los alfas y betas se sintieron amenazados. Mientras los omegas sentían el terror invadir cada fibra de su ser.

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