-Emma.-Daniel tocaba la puerta de mi despacho.-Esto es urgente. Tenemos que hablar. Ya.
-Aguarda, estoy con un cliente.-Protesté haciendo una mueca de disculpa al señor sentado frente a mí.
-No se preocupe, señorita Watson.-Dijo poniéndose de pie.-Ya hemos acabado, me parece. Regresaré mañana.
-Se lo agradezco. Siento mucho...
-Emma. Ábreme la maldita puerta ahora.
El cliente abrió y se marchó saludando a Dan con una mano.
Él entró furioso, y cerró la puerta detrás de sí.
-Oye, eso fue muy grosero.-Protesté mirándolo fijamente.-¿Qué diantres te sucede?
-Rupert me contó lo que pasó entre ustedes anoche.-Respondió Daniel con una mirada claramente acusadora en sus ojos.
Mis mejillas se volvieron rojas y crucé de forma instintiva las piernas, apartando la vista. Aún mi piel olía a aquel penetrante perfume de su cama.
-Emma, te estoy hablando.-Protestó.
Alcé mis ojos hacia los suyos. Estaba bastante enfadado.
-Rupert no tiene idea sobre tu compromiso, ¿verdad?
-Estoy trabajando.-Dije bajando la vista hacia el teclado de mi computadora.
-¡Emma!-Me regañó.-Eso no es justo para él.
Puse los ojos en blanco. Dan apoyó sus manos sobre mi escritorio con cierta brusquedad.
-¡Estás comprometida!
Fruncí el ceño.
-Sí, ¿y qué?
Daniel se tiró del cabello con exasperación.
-Te estás acostando con otro.
-¿Y eso qué?
-Son las reglas de juego. Si te comprometes, no puedes...
-Ya pareces mi madre.-Me quejé poniéndome de pie para alejarme de él.-¿Acaso Darren te cae bien?
-No, es un idiota y harías bien en dejarlo. Pero no puedes jugar con los sentimientos de Rupert. Él no lo merece.
Mordí mi labio inferior.
-Dan, sólo fue una noche...
-Él me dijo que fueron dos...
Suspiré.
-Bien, dos. Dos noches. Sexo casual. Y ya. No quiere decir que yo le interese ni nada.
Dan me miró con tristeza.
-A Rupert le rompieron el corazón muchas veces. Júrame que no volverás a acostarte con él. Mientras más lo hagas, más le agradará.
-No pienso jurarte eso.-Dije frunciendo el ceño.
Daniel cruzó los brazos.
-Entonces le diré la verdad. Tú escoges.
Suspiré profundamente.
-Bien. Tú ganas. No más sexo, lo prometo.
-Gracias.
Dejé que él asintiera con convicción y se marchara. No más... No más paraíso... Mierda.
Pero él tenía un poco de razón. Sólo un poco. Rupert me caía muy bien. No quería herirlo ni jugar con su susceptibilidad.
Suspiré y me senté detrás de mi escritorio. Había quedado con él esa tarde en mi casa. Incluso había comprado ropa interior nueva.
Pues aparentemente no podría usarla.
Mejor dicho, podría usarla, pero no dejar que él la viera.
Maldito Daniel. ¿Por qué siempre debía ser la voz de mi conciencia?
Mi móvil vibró. Tenía un mensaje de mamá.
Mamá. 10:07.
Regresamos mañana a casa. Te conseguimos un diseñador increíble para el vestido. Viajará con nosotros.Yo. 10:07.
De acuerdo.No tenía caso discutir con mi madre. Encontraría la forma de huir y hacerme un vestido que me gustara.
De momento tenía cosas más importantes en que pensar. Como la cita con Rupert.
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El pintor [Grintson]
Fanfiction-¿Darren te trajo al trabajo hoy?-Preguntó Dan. -¿Por primera vez en toda la vida?-Respondí sarcásticamente.-No. Vine a pie. -Aún no entiendo qué haces con ese idiota. -Sabes que no es por mí. La señora Wallace... -La señora Wallace murió, Em. Y, si...