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Era un día cualquiera de diciembre. Min Yoongi no tenía idea de cuál era, pero, al menos, tenía alguna noción del mes en el que se encontraba, y con eso le era suficiente. El joven se encontraba de vacaciones por unos días, y no halló mejor forma de disfrutarlas que viendo alguna serie que lograra captar su atención.

El microondas emitió una serie de pitidos que indicaba que su cena ya se había calentado. Luego de haberla retirado de allí, caminó hacia su sillón favorito y se sentó. Su pequeño cachorro, Holly, se recostó sobre sus pies. En la televisión, se podía ver una larga lista de series que él quería ver desde hacía tiempo, y lo mejor de todo era que no tenía que preocuparse por despertarse temprano al día siguiente para ir al trabajo. Estaba de vacaciones y podía desvelarse hasta la hora que quisiera.

Su maravillosa velada estaba a punto de iniciar. Llevó un bocado de su cena a su boca, y apuntó al televisor con el control remoto para iniciar esa nueva serie de misterio que había descubierto días atrás. Su dedo pulgar estaba a nada de presionar el botón, pero el timbre sonó, haciendo que rodara sus ojos.

Desganado, Yoongi movió sus pies para que su perrito se hiciera a un lado, se paró y caminó hacia la puerta. Una fría ventisca le dio de lleno en la cara, haciendo que cerrara sus ojos momentáneamente. Al abrirlos, vio a Hoseok, su mejor amigo. Este llevaba una enorme y brillante sonrisa.



—¡Yoongi! ¡Mi gran amigo! ¿Cómo estás?

—Bien, ¿Cómo estás tú? —lo dejó pasar y cerró la puerta.

—Pues... no sé. No podría estar bien sin mi amigo en una noche como esta.

—¿De qué hablas?



Yoongi frunció sus cejas y reaccionó, poco después. En un segundo, supo que no era un día cualquiera de diciembre. Era el veinticuatro. Y como si su amigo se hubiera convertido en el monstruo más horrible del planeta, corrió hacia un rincón de la habitación con sus brazos cruzados.



—¡Olvídalo!

—¡Por favor! ¡Es Nochebuena!

—¿Y eso qué? Vete. Sabes en dónde está la salida. No festejaré absolutamente nada. Planeaba ver una serie.

—Todos los años es lo mismo.



Hoseok caminó hasta el televisor y lo apagó, haciendo que el otro joven lo mirara con molestia. Se paró frente a él y puso ambas manos en su cintura.



—Siempre vengo a buscarte con la más grande de mis sonrisas y mis mejores intenciones para que no pases solo una noche tan especial, pero siempre me dejas por tu tele y tu perro.

—Con Holly no te metas —se agachó para tomarlo en brazos y apretujarlo contra su pecho—. Además, no es una noche especial ¿Por qué tanto alboroto? Todo un mes planeando una cena en la que gastas mucho dinero, gastas aún más en regalos y sólo te reúnes con gente porque así lo hace la mayoría desde hace siglos, como si fuera una regla.

—Es lindo, pero bueno... eres un rebelde que va en contra de todo. No te culpo —se encogió de hombros.

—Genial. Ahora, si no vas a ver esta serie conmigo, puedes retirarte.

Sólo una noche [Yoonmin] [One shot] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora