III. El Rey

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Kings Landing

Jaime recordó entre sueños, que su padre había hecho que Joffrey le diera una posición especial en la Guardia Real. Sería el primero en la historia que serviría al rey, pero que también podría desposarse y heredar. Para esa mañana, la siguiente a su matrimonio, se había convocado a una reunión importante, se ultimarían los detalles de la boda con Margaery Tyrell.

Cuando se giró en la cama, vio a Ellys aún dormida.

«Se parece tanto a ella». Pensó con espanto.

En los días previos a la boda, no se había detenido a observar bien su rostro. La recordaba muy bonita de la primera vez que la vio en Winterferll, seguía siendolo, pero ahora tenía una gran cicatriz en el labio, y también parecía que había perdido algunos dientes.
Algo había oído de los Frey, sobre lo ocurrido en la llamada "Boda Roja". Ella estuvo ahí, y lo vio todo. Stevron Frey se jactaba de haberle salvado la vida, pero otros decían que al "salvarla", la agredió de forma brutal. No le sorprendía, los Frey eran despreciables; ni siquiera su tía, quien estaba casada con uno de los hijos del viejo Walder, soportaba a esa familia.

Se incorporó antes que Ellys despertara, se vistió con la armadura de su Casa y asistió a la reunión del consejo en la habitación de La Mano.

Allí se encontraba su padre, su tío Kevan, el Gran Maestre Pycelle, Tyrion, el Rey Joffrey y Cersei, que lo observaba con ojos acusadores.

—Perdón por la demora, había olvidado esta reunión —se excusó.

—Perdona por no haber podido asistir a tu boda, sobrino —dijo su tío Kevan— Tuve que reunirme con Lady Olenna Tyrell, y fue muy difícil llegar a un acuerdo con ella.

Jaime tomó su lugar, entre su hermano y el maestre Pycelle.

—No te preocupes, tío, ha sido una ceremonia muy modesta.

—Se oficiará otra en cuanto se muden a Roca Casterly, una celebración digna de mi heredero —intervino Lord Tywin— Pero no es de ese matrimonio del que hemos venido a hablar.

—Gracias a los dioses que no —bufó Cersei.

—Bien... Lady Olenna ha accedido a costear todo el banquete, la corona se encargará de los bardos y las decoraciones —dijo Ser Kevan.

—¿Bardos y decoraciones? —repitió Joffrey con desdén— Eso no es suficiente, quiero algo más...

—Pide lo que quieras —le sonrió Cersei— Lo tendrás.

—Ha pasado casi un año desde que mataron a Robb Stark, y según tengo entendido, los Frey aún deben conservar sus huesos —declaró Joffrey derepente— Quiero que me los envíen. Maestre Pycelle, escribale a Lord Frey y digaselo. El Rey lo ordena. Voy a hacer que le sirvan a Sansa el craneo en mi banquete de bodas, y también a Ellys Reyne, quiero que le den los huesos de su amante en una bandeja.

—Mi señor, las damas son sus tías —dijo Ser Kevan, conmocionado.

—Es una broma —Cersei sonrió— Joff no lo ha dicho en serio.

Miró a Jaime del otro lado de la mesa, esperando captar su reacción.

—Sí que lo he dicho en serio —insistió Joffrey— Era un traidor y quiero sus huesos. Obligaré a Sansa y a la tal Ellys a besarlos.

Los Últimos Reyne II | Fanfic GOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora