Capítulo 4: ¿Es real?

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Oígo el sonido de la puerta abrirse; escucho la vos de Tae diciéndome algo pero no le hago caso, de inmediato empieza a sacudirme para todos lados intentando despertarme.

— ¡Jimin! ¡Vamos levantate maldito malcriado! — el tono de su voz es molesto — No puede ser que tenga que venir a levantarte.
— mñn ya no molestes — digo entre bostezos.
— ¡Vamos! — dice nuevamente y se lanza sobre mi haciendome cosquillas  
— ¡Vamos malcriado levantate!
— ¡Basta basta! — grito sin parar de reír — ¡Tae basta! ¡No me hagas cosquillas basta!
En medio de nuestros juegos él levanta la remera de mi pijama un poco para poder continuar con sus cosquillas pero se detiene de inmediato y su sonrisa se borra.
— Jimin, ¿Qué es esto? — dice tocando con sus dedos suavemente los cortes en mi abdomen. — ¿Qué te hiciste?
— No fui yo... — digo en voz baja — ayer alguien entró después de que te fuiste, creí que fue un sueño pero ahora me doy cuenta de que no lo fue, fue real. Él estuvo aquí me amarró a la cama y me vendo los ojos...
— ¡Cállate! — molesto — Jimin por favor...
— Me vendo los ojos, — continuo — luego me corto con un cuchillo y se fue.
— Jimin esto no puede seguir así — se pone de pie y camina de un lado a otro — Vamos a ir al hospital.
— ¿Que? ¿Por que? — Pregunto y me pongo de pie rápidamente.
— Primero para que te curen esas heridas, — dice y se acerca a mi — después iremos al psicólogo por que te estás volviendo loco.
— ¡Tae! No estoy loco — digo con el seño fruncido — Lo que vi es real, lo viví sentí su respiración sobre mi piel... Me sentí.. No se como me sentí cuando el me tocó pero se sintió bien..
— ¡Lo vez! Estas totalmente loco. Vámonos ya mismo al hospital.

Tomo ropa del armario, me cambió y salimos para el hospital, ¿por qué es tan terco? No quiero ir, estoy diciendo la verdad y el nunca me cree. Él mira fijamente el camino mientas maneja, su seño se mantiene fruncido y puedo notar su frustración que a cada momento aumenta más y más. No debí decirle todo eso, y si el ¿se molestó? Quizás se molestó por eso. Puede que él sienta algo por mi y no me haya dado cuenta después de tanto tiempo de amistad, ¿Pero cómo sería si eso es verdad? No puedo verlo como mas que un amigo y si él está enamorado de mi, ¿cómo debería reaccionar? Son sólo preguntas y más preguntas y ninguna tendrá respuesta.

— Jimin — dice él interrumpiendo mis pensamientos. — Lo siento, no debí gritarte.
— No importa — digo y le sonrio un poco — tampoco debí decir estupideces — suspiro — Aunque sea real, no voy a hacérselo saber hasta que sepa realmente si siente algo por mi, no puedo arruinar nuestra amistad. —Pienso.
— ¿En qué piensas? — pregunta y sonríe.
— Eh... — Murmuro — Nada importante.

Él vuelve a sonreír y detiene el auto frente al hospital; baja y gira para abrirme la puerta, ok esto es extraño.
Caminamos juntos hasta adentro del hospital y nos detenemos en las bancas. Me indica que me siente y lo hago de inmediato; No quiero verlo molesto, él camina hasta la recepción y habla con la enfermera.

Miro hacia cualquier lado hasta que mis ojos se detienen en un hombre en la esquina de la pared, trae puesto un pantalón de vaqueros color negro, una playera blanca y una campera negra. Su cabello es rubio, casi blanco al igual que su piel, en su rostro se puede ver varios cortes pequeños en la zona de los labios y mejilla.
Lo veo disimuladamente pero noto que el me ve a mi sin disimular nada, no deja de verme y en un instante una sonrisa se forma en sus labios.
Mi cuerpo se tensa, por Dios..  Puede ser él.

Cartas De Un Asesino ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora