Nadie ha podido decirle que no a Mirio; Kirishima porque se ha contagiado de la alegría del rubio, Midoriya simplemente no sabe cómo decirle que no a Togata y, aunque Tamaki ha estado a punto de rechazar la idea, ha aceptado solo por unos celos indescriptibles que le ha provocado el ver a Izuku con su mejor amigo.
Porque, a fin de cuentas, el mejor amigo de Mirio, el hermano de otra familia, el alma gemela de éste no es nadie más que él. Y le causa una tremenda tristeza y fastidio que Deku trate de arrebatarle su sitio, desde su punto de vista, pues no sabe que el pecoso solo desea tener un lugar especial en la vida del rubio, sin quitarle el título de mejor amigo al pelinegro. Después de todo, esa nunca ha sido su intensión. Simplemente sabe que se le haría difícil el volverse cercano al de ojos azules teniendo en cuenta que Amajiki está siempre junto a él; nunca le prestará la atención que desea si no logra tener tiempo a solas con Togata.
Con un ambiente divertido y ameno gracias a la brillante presencia del rubio, los cuatro chicos se pasean por todo el Festival. Mientras que Amajiki, como suele ser, se mantiene de escucha, el resto se mantienen charlando con avidez sobre cualquier cosa. Miran los productos de algunos puestos y se divierten con varios juegos.
—Apuesto que senpai consigue al menos un pez— dice Kirishima al ver que el rubio, acuclillado, se prepara para pescar con un objeto de papel.
—Conseguiré más de uno— asegura el mayor, sonriendo con confianza y mirando metódicamente el tanque de agua con peces.
—Mirio es muy bueno en este juego— comenta Tamaki.
—Que envidia. A mí siempre se me rompe el poi antes de que siquiera pueda atrapar un pez.
—Necesitas ser veloz y delicado...— murmura el de ojos verdes, con demasiada seriedad como para que simplemente esté hablando de un juego mientras que Togata comienza a pescar.
—Se ve simple— ríe Kirishima al notar los balbuceos de Izuku—. Pero parece que tiene su truco, ¿eh? ¿No quiere intentarlo, Tamaki-senpai?
—No. Me gustan los animales, pero no me siento capaz de cuidarlos, así que no hallo razón para jugar kingyo sukui. Además, soy muy malo.
—Ya veo... Bueno, no creo que sea un mal dueño de mascotas, senpai.
—Gracias— comenta, sonriendo tímidamente y girándose a mirar al rizado que ya ha dejado de parlotear en voz baja—. ¿Tú... no quieres jugar, Midoriya-kun?
—Ah... Yo entiendo la teoría del juego, pero la verdad es que nunca lo he intentado.
—Pues estamos aquí— alienta el pelirrojo, con una amplia sonrisa y un pulgar en alto—. Prueba suerte. Quizás consigas algunos.
—Supongo que no pasará nada malo si juego un poco.
Luego de pagar al dueño del juego, éste le entrega un poi y un recipiente de plástico color amarillo al muchacho que, inseguro, se acuclilla junto al rubio y comienza a observar los coloridos peces dorados que nadan por el tanque con tranquilidad. La mente Izuku comienza a idear un plan que deberá seguir para poder capturar un pez al menos. Apretando los labios y casi aguantando la respiración, provocando que sus mejillas se vean regordetas, el muchacho de ojos verdes acerca el poi al agua, justo donde yace flotando un pez.
—Con cuidado...— musita Midoriya, totalmente concentrado mientras la herramienta toca el agua y moviendo rápidamente la mano para captura al animalito y evitar que el papel se rompa, cosa que no consigue—. Ouh, rayos.
—No te preocupes, es tu primera vez jugando— le alienta Eijirō, dándole un par de palmadas en el hombro y viendo divertido el poi que ahora está mojado y roto—. La práctica hace al maestro.
ESTÁS LEYENDO
Sentimientos por la Luna
FanfictionEl Sol estaba enamorado de la Luna, pero ella no sabía que brillaba por él.