~ 03 ~

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Jueves.

Taehyung estaba pasando su mañana en un parque, sentado mientras veía el paisaje. Estaba entretenido, pues un pequeño pájaro se posó en el respaldo de su banca, como si estuviera haciéndole compañía. El de ojos mieles no tardó en inclinarse un poco, para tener un mejor ángulo desde dónde observarlo.

Garabateaba finos trazos con su lápiz oscuro, siguiendo cuidadosamente las líneas de sus plumas, y rellenando con sombreados. Rogaba porque su amiguito no se fuera antes de tiempo. Exhaló vaho y volvió a mirarlo. Dibujó parte de la banca, hizo el gran árbol que estaba metros más allá, y también unas cuantas nubes, tal y como podía ver en aquel momento.

Cuando finalizó, ladeó la cabeza con el entrecejo fruncido. Su ave y la real compartían parecido, pero era complicado debido a que no tenía demasiada movilidad en su brazo fracturado. Suspiró.

Dibujar era una de las pocas cosas que le gustaba hacer.

Lo hacía cada vez que encontraba algo que quería retratar, es decir, casi nunca. Se consideraba a sí mismo mediocre, pero Jungkook, que en alguna ocasión pudo ver sus bocetos, lo halagó diciéndole que debería continuar perfeccionándose. Desafortunadamente, un estudiante de letras nada tenía que ver con el dibujo, y no podía aprobar sus exámenes estudiando sobre las distintas técnicas de pintura.

Puso su mano izquierda en su boina, y asintió, a modo de agradecimiento con el pequeño animalito. Se puso de pie, guardó el cuaderno en el bolso que tenía colgando sobre el hombro, y salió del parque.

Un sobretodo café con un cinturón ajustado marcaba su silueta, traía debajo una polera púrpura y encima de su cabello, una boina negra. Los zapatos marrones y los anteojos redondos en la punta de su nariz le conferían un aire sofisticado a todo su conjunto. Él amaba vestirse bien.

Compró chocolate caliente en una tienda, y continuó deambulando por la zona. Ya se había recorrido las galerías de escultura y pintura porque disfrutaba ver las nuevas exposiciones, pero no habría nada nuevo hasta la semana entrante.

A menudo, podía sentir las miradas posándose en él. Eso solía contribuir a aumentar su ego, pues sabía perfectamente que era atractivo. Aunque no le gustara coquetear en la calle, solía responder con alguna sonrisa ladeada, o con alguna mirada fija y penetrante. Hombres y mujeres parecían observarlo por igual. Nadie quedaba indiferente ante su presencia.

Escuchó su teléfono, y revisó sacándolo del bolsillo de su abrigo.

Otra vez aquel número desconocido. Terminaba en 2, y creía reconocerlo. Cortó, y le bastó revisar unos segundos para entender de quién se trataba. Puso los ojos en blancos y continuó su camino. No iba a responder.

Era medio día cuando estuvo llegando a casa, y de la nada escuchó un maullido.

Se volteó, viendo que tras la cerca de uno de los árboles asomaba un felino mediano, con poderosos y brillantes ojos azules.

—Volvemos a vernos —habló, agachándose con cuidado—. Ven pequeño, ven —lo llamó extendiendo su mano.

El gato se meneó frotándose contra el tronco del árbol, y lo observó con aire de superioridad.

—Te daré comida, ¿quieres?

Era extraño que hubiera un animal callejero en aquella zona. Taehyung dedujo que ese era el caso del gato blanco, pues no tenía collar ni placa. Sin embargo, mantenía una contextura buena y parecía saludable. Era probablemente la tercera vez que se lo encontraba en la calle. Quizás le pertenecía a alguien después de todo.

Tae insistió chasqueando los dedos, pero el minino no se acercó a él. Siempre era igual. Sin importar las veces que le diera alimento, el pequeño mal agradecido ni siquiera se dejaba acariciar. Se limitaba a llenar su estómago y luego a limpiarse lamiéndose las patitas. Era un presumido.

Love Me [◇JinTae/TaeJin◇]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora