Capítulo 1

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Esa noche estaba calmada, esa noche que comenzaría como cuenta regresiva para él, la noche era muy tranquila, más que las noches pasadas, ni ruido de grillos, ni ruido de las hojas moverse con el viento, perfecta noche silenciosa.
El anciano estaba en su cama, su solitaria cama, su respiración era lo único que rompía tensión en ese silencio, pronto el toquido de la puerta interrumpe el sueño del viejo; gruñe... Se levanta de su cama con dificultad, agarra su bastón y a paso lento se dirige a la puerta, con manos temblorosas quitaba los seguros de su puerta... Debería ser cuidadoso, podría ser un ladrón o algo peor, pero a el no parecía importarle, a sus 98 años ya había echo de todo, vio de todo, no tenía miedo, sin embargo temía por quien estaba ahí del otro lado y pregunto quien era.
*Soy yo -la voz femenina emanaba del otro lado de la puerta que estaba dejando de ser reforzada por los seguros; finalmente la perilla gira y la puerta se abre, el anciano ve una mujer de traje blanco, rubia, era atractiva, mucho en verdad.
*que dios me a escuchado, la muerte a venido por mi al fin y me llevara a su santo reino en los cielos -pronto se da cuenta de la presencia de dos chicas de ropaje negro y rojo, con aspecto de unas niñas entre 14 y 16- *¿o tal vez al infierno?
*Padre, no digas esas tonterías, mira... Me han llamado del Hospital, hubo un aparatoso choque y debo ir a ayudar, no puedo dejar a las niñas solas... ¿Podrías, por favor?
*Si, supongo que de todos modos no tengo remedio ¿Verdad?
*Te pagaré, lo prometo
*No tienes que pagarme -Abre la puerta aún más dejando pasar a sus nietas- *Supongo que querrán comer algo
*¡Ni de broma! -Exclama una de las chicas-*Son casi las cinco de la mañana, yo quiero dormir
*Claro... Creo que iré a preparar la habitación para ustedes
*No papá, no, nada de eso, ellas lo harán ¿Verdad niñas? -Sus hijas bufean mientras se van a la habitación de invitados-*Papá... Te las encargo mucho
*No te preocupes, tu vete que te necesitan, ellas estarán bien aquí, aburridas pero a salvo.

Pasando un par de horas, la alarma suena, el anciano se levanta, con entusiasmo prepara un desayuno completo, aunque sus manos dolían por la artritis, el seguía hasta tener la comida lista, tras decorar el último plato, se dirige con las chicas y toca la puerta, al no tener respuesta abre la puerta, mira con atención como las dos se habían quedado tumbadas en la cama revisando sus celulares, el de nuevo toca la puerta abierta.
*El desayuno ya esta servido
*No tengo hambre -Contesta la mayor por las dos
*... ¿Ni un poco?
*No abuelo ¿Que horas son esta de desayunar? son las siete, nosotras desayunamos a las nueve
*Oh... -El anciano a paso lento se dirige a la cocina, toma asiento y se dispone a comer solo.

1:39 PM, de nuevo el viejo se dirige a sus nietas para ver que desde la mañana aún seguían en la misma posición viendo sus celulares
*Increíble... ¿Que es lo único que su inútil padre les a enseñado a hacer?
*No digas eso de papá, el nos cuida
*Lo hace... Por la demanda puesta
*Solo fallo con mamá, no con nosotras
*Fallaron ambos a decir verdad, pero en fin... Ese inútil solo quería propasarse con tu madre, dime ¿Donde estuvo él cuando tu hermana nació?
*Tss... Pero eso fue hace mucho, no cuenta...
*Claro... Ya quiero ver como te pondrás tu cuando el peladillo de tu novio te deje
*¿Y tu que sabes de amor?
*Se más de lo que te imaginas, al menos yo no andaba de novio en novio buscando el amor como tu, yo siempre tuve y tendré un solo amor -De inmediato la mayor le cierra la puerta en la cara- *Ya, entonces la dejo -Se dirige a su habitación.
*¿¡Que es lo que te pasa!? No puedes hacerle eso al abuelo
*¡El empezó! Sabes que a el le gusta molestar y no voy a caer en sus provocaciones
*Eres cruel... Heriste los sentimientos del abuelo -Se levanta de la cama para ir tras su abuelo- *Abuelo Abel... ¿Estas bien? -Observa a su abuelo tratando de alcanzar una caja vieja y polveada- *Lamento lo de Marin... No le fue nada bien con su último novio -Le ayuda a su abuelo a bajar la caja, esta pesaba mucho- *puff... Pues ¿Que traes dentro, abuelo?
*Recuerdos... -Su nieta deja la caja sobre la cama, el anciano Abel la abre observando viejas cartas, libros, cuadernos con hojas percudidas y algunas cosas más, el corazón del pobre anciano se acelera al verlas y sin percatarse, como si fuese un reflejo, esbosa una sonrisa tenue.
*Son muchas cosas abuelo
*Es toda mi vida... -Su nieta saca una carpeta y da una hojeada
*¿Estado de salud por fracturas? ¿Te has fracturado?
*Si, eso fue muy chistoso, claro que en su momento no lo fue, me lo cause con la bicicleta, lo que hace un idiota por impresionar
*¿A una chica?
*A los bastardos de tus amigos... Pero si, básicamente las fracturas fueron por una chica... Un amor... -La niña revisa más a fondo topándose con una foto de su abuelo de joven a lado de una chica hermosa de cabello castaño
*¿Es ella? ¿Como se llama?
*Joy, era una niña excepcionalmente extraordinaria, tan amable, tan llena de vida.
*Je... Ya enserio ¿Como se llama?
*Joy
*Oh...
*Por ella me metí en muchos problemas y me costo casi la vida
*¿En serio? Abuelo extremo, eso me interesa... Cuéntame ¿Como se conocieron?
*Bien... Pero sera mejor que tomemos un té, sera una larga historia.

Lejos en las zonas montañosas, muy lejos de la ciudad, donde solo había cerros y enormes lagunas, las nubes inundaban aquel pueblo oculto entre las montañas, parecía como si estuviera apuntó de llover, la brisa fría pasa por las casas abriendo las puertas mal cerradas, alzando hasta el techo las cortinas de cada ventana abierta en las casas de aquel pueblillo.

-Abel, te dije que cerraras la puerta -La voz de la mujer suena en la sala
-¡Mamá, si la cerré! -Un joven Abel de solo 6 años sale de la habitación para dirigirse a la sala
-¡Pues no parece!... Mira, te encargo a tu hermano, debo ir a un mandado, iré a recoger a una vecinita que me dejaron encargada, por favor, no hagan desmadre... ¡O me los voy a chingar!
-Ya... -Abel toma asiento y se pone a ver la televisión mientras su madre se retira y cierra la puerta con llave.
*Mi madre era muy enojona... Pero creo que todas las madres son asi ¿Verdad?
*Si -contesta su nieta con una sonrisa cálida- *¿Luego que paso?
*Pues me quede viendo la televisión y descuide a mi hermano Ryan... Así que estaba ahí... Tranquilo hasta que..

Un fuerte golpe se escucha en otra habitación, de inmediato Abel corre a ver a su hermano, ve como estaba tratando de hacer que un cesto de juguetes no le cayera encima, lo ayuda para después llamar su atención
-¿¡Que estas haciendo!? ¡Idiota!
-Esque quería el carro
-¡Pudiste pedírmelo!
-Eso hice pero solo decías "Ahorita"... -Abel toma el carro y se lo da a su hermanito de solo 4 años
-Ya deja de molestar, están pasando una caricatura y no me dejas ver -De nuevo vuelve a tomar asiento, queda viciado en su serie hasta pasar varios minutos, al poco rato escucha como algo se rompe, Abel, de nuevo va con su hermano y lo ve en el suelo con los juguetes en sima suyo -¡Ryan!
-¡Abel! -Tras del niño se encontraba su madre, tenía una cara de pocos amigos y una vena resaltandole en la cien.
*Y luego tu mamá te pegó
*Y muy fuerte... Después de eso y un regaño, nos dejó encerrados en la habitación, cuando se nos levanto el castigo pude ver... Ella, por primera vez.

-Abel, Ryan, ya pueden salir -La madre se encontraba dándole de comer a una pequeña de apenas 3 años, sus hijos salen de la habitación a paso lento -Abel, debo ir al mercado, necesito que por favor se queden aquí, no salgan y cuida de los niños
-¿Niños? -Se acerca a la cocina y mira con atención a la niña, queda en silencio y su mirada parecía tornarse sería
-Si, ella es Joy, es la vecina de la que te mencione, debo ir por algo de carne para la comida y ya esta lloviendo, quédense aquí, dale de comer a Joy y que tu hermano no salga de la casa -La madre agarra su monedero y seguido sale de la vivienda.
Abel la seguía con la mirada hasta su partida para después dirigir su mirada a la niña, ella en silencio le devuelve la mirara, al sentirse intimidada, comienza a llorar
-¡Hey, no llores! ¡Para! -Trata de calmarla, se va por un muñeco y trata de calmarla -No te hice nada, para de llorar o me echaran la culpa.
-¡Quiero a mi mamá! -Exclama la pequeña Joy.
-No se donde esta... ¡Ya no llores!
-¡Quiero a mi mamá! -Se tapa su carita -Tengo miedo
-Ya... Ya... No pasa nada, no te voy a pegar
-¿No?
-No, solo quiero que no llores o me van a pegar a mi, ven acá, te presto mís juguetes -La baja de la silla como puede -Ven con migo -La lleva a la habitación mostrandole sus jugetes regados y a su hermano jugando en el suelo -El es mi hermano Ryan, tiene casi tu edad, jueguen para que se conoscan
-No -Joy se oculta tras de Abel -Juega con migo
-Pero esque no quiero jugar ahora... -Se queda viendo sus ojos verdes lagrimosos, eran bellos, e ignoticos -bueno.. Un ratito tal vez, que yo no juego con niñas... -Ella sonríe y lo agarra de la mano, de inmediato el se safa, jugar con una niña le hacia sentir raro y con miedo a ser señalado o ser el centro de burla, para un niño de su edad eso era normal, a cualquiera en realidad, no quería ser marcado como el niño que le gusta jugar con muñecas aun cuando los juguetes eran de el y eran evidentemente para niños; corre hasta sus juguetes y ella lo sigue.

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⏰ Última actualización: Mar 04, 2020 ⏰

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