El pintor [Grintson]

El caballero y la princesa

El taller estaba en completo silencio, y muy oscuro.

Entré dándole la espalda a la puerta y a él, sintiendo que mis mejillas ardían... De anticipación.

Sabía lo que sucedería en ese lugar. Y necesitaba que sucediera.

Di un respingo cuando sentí sus brazos rodeándome por detrás, acariciando mi vientre con suavidad.

-Rupert...

Sentía la necesidad de decirle algo, pero no sabía qué. No sabía cómo. No sabía...

-No es necesario que digas nada.-Murmuró tomando con firmeza mi cintura y buscando el cierre de mi vestido.

-Se... Se abren por separado... Ambas partes...-Jadeé cuando apretó mi trasero por encima de la tela.

Besó la parte baja de mi cuello, aprovechando que el tocado se había deshecho.

Temblé ligeramente hasta que halló el cierre de mi falda y la abrió para dejar mis piernas al descubierto. Las acarició con suavidad y sujetó mis glúteos con firmeza.

-Llevas ropa interior de encaje. Ibas a acostarte con Darren.-Acusó deslizando su mano entre mis piernas.

Solté un suave gemido.

-No, por supuesto que no.-Respondí mientras su mano libre trazaba la línea sobre mis senos, justo sobre mi escote.-Me la puse pensando en ti. Fue algo involuntario.

-¿Cuántas veces dormiste con él?-Preguntó besando mi cuello con firmeza mientras aumentaba la presión sobre mi entrepierna húmeda.

-Yo... Tres.-Confesé.

Oí que refunfuñaba por lo bajo.

-¿Cuándo?

-La primera vez fue hace mucho. Mi primera vez fue con él. Estaba ebria, totalmente ebria. No volví a verlo por mucho, hasta que la señora Wallace murió. Entonces nos acostamos de nuevo. A modo de celebrar el compromiso.-Jadeé.

-¿Y la tercera vez?

-No creo que sea indicado que sepas...

-Yo te hablé de Amelie y de Caroline. Te conté sobre mi miserable vida y tuve que soportar día tras día que tu chico se presentara en la plaza para amenazarme de muerte si volvía a tocarte. Creo que me lo merezco.

Giré un poco la cabeza.

-¿Él fue a verte?

-Eso no importa ahora.

-Por supuesto que importa.-Protesté.

-Estás cambiando de tema.-Observó.-No quieres decirme.

-Es... Es que...-Cerré los ojos cuando su mano sorteó a mi ropa interior y comenzó a tocarme sin pudor entre las piernas, con firmeza.-De acuerdo.

Suspiré profundamente y él me besó el cuello.

-El día que nos encontró en la cama, estaba furioso. No quería perder la herencia... Así que quiso asegurarse de que aún me provocaba.-Comencé, haciendo una mueca.-Yo... No quería que me tocara. Pero... Pero esa noche me... Me acorraló en la habitación de invitados y...

-¿Te obligó?

Las lágrimas se agolparon en mi garganta. No quería recordar ese momento. Quería olvidarlo. Quería olvidar sus golpes y sus gritos y sus insultos. Quería olvidar todo.

-Perdona. No debí preguntarlo así.-Murmuró Rupert al comprender que se trataba de un tema delicado.-Sólo... Sólo... Estoy ridículamente celoso de él, y...