ú n i c o

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La forma en que nos amamos no es difícil
Si nos miramos como o si fuera la primera vez todo el tiempo.
-Only then; Jungkook cover

-

30 de diciembre

La forma de amarlo no era difícil, pensaba Taehyung cada vez que lo miraba.

¿Cómo iba a serlo, si siempre que Jungkook le veía de esa manera, sentía que todo estaba absolutamente bien? ¿Cómo iba a ser difícil, si con cada palabra convertida en suspiro que daba, le hacía sentir una sensación reconfortante? ¿Cómo iba a ser difícil amarlo si sabía que le amaba igual?

La boca de Taehyung siguió recorriendo con suma lentitud el camino que se formaba desde su ombligo hasta su cuello y se quedó ahí, aspirando hondamente la fragancia del menor hasta poder grabársela de memoria, hasta que no quedara ni una parte de Jungkook sin descubrir, sin tocar, sin amar, sus manos grandes y fuertes ayudándolo a eso. Se removió sobre él y empujó con cuidado sus caderas, sin intenciones de lastimarlo pero queriendo que sintiera todo de él, que supiera que era completamente suyo.

La cabeza de Taehyung siguió pensando en el palpitar tranquilo de su corazón estando cerca de Jungkook, la seguridad que le otorgaba cuando le tomaba de la mano y entrelazaba sus dedos sin vacilar y lo valiente que se volvía frente a todas esas miradas cuando se daba cuenta de que no le importaba pasear abrazado a él por cualquier lado.

Se separó solo un poco para observarlo mejor y sonrió cuando miró la cara de Jungkook. Nunca antes algo se había sentido tan correcto. Ver sus mejillas sonrojadas, una ligera capa de sudor sobre su frente, su cuello y su pecho, luciendo todavía más hermoso de lo que ya era con sus cabellos azabaches cayendo mojados sobre sus ojos y con sus labios hinchados a causa de sus besos con mordidas sorpresivas, eso definitivamente era correcto.

Su sonrisa se ensanchó y atrapó su labio inferior entre sus dientes cuando se quiso dedicar a admirarle.

Jungkook tenía muslos gruesos y tonificados -con algunas marcas rojas gracias a los chupetones que Taehyung se dedicó a dar- su abdomen ligeramente marcado lleno de besos, tenía sus huesudas manos aferradas a los brazos del castaño y su pecho estaba subiendo y bajando, buscando ese aire que de repente sentía que le faltaba. Sus ojos se encontraban cerrados y apretaba el agarre con sus piernas alrededor del torso de Taehyung para acercarlo más, dejando que eso solo le arrancara gemidos de sus labios. Bajitos, pausados, profundos.

Taehyung subió una de sus manos para alcanzar esos mechones negros que caían en su rostro pero solo para retirarlos y volver a besarlo, haciendo un vaivén con sus caderas y disfrutando sin ninguna pizca de arrepentimiento los sonidos que podía provocar, provenientes de la garganta Jungkook.

Su cabeza solo estaba llena de él.

Él, él, él. Todo él. Siempre él.

Y es que de verdad Taehyung se cuestionó en varias ocasiones esa pregunta que rondaba con constancia en su cabeza: ¿Por qué fue tan afortunado de encontrarle? Le había repetido una infinidad de veces a Jungkook que merecía a alguien mejor que él, sin embargo, el menor solo negaba con su cabeza y lo tomaba de la nuca para besarlo y decirle que le amaba, que le amaba tan malditamente tanto, como si repitiéndoselo le entraría a Taehyung en la cabeza. Puede que para cualquiera las inseguridades cansaban pero a Jungkook parecía no importarle.

El problema era que Taehyung tenía dos voces en su cabeza: la pesimista, que le recordaba que en cualquier momento todo terminaría y la que le decía la verdad.

La forma de amarte; kth+jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora