CAPITULO 54

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Marta

Wow.
Realmente no me lo esperaba.
Tengo que apartar el móvil de mi cara para que no escuche el ridículo gritito que me ha salido de la emoción.

He pasado en un segundo de estar triste y un poco en la mierda por la movida de Paco a estar encoñada perdida y deseando que llegue el martes.

-Marta?- me llama y vuelvo al mundo real. Ni si quiera me he dado cuenta de que no había contestado.
-Me estas invitando a una cita?- le digo en un tono burlón.
-Joder, otra igual- dice por lo bajo.
-Que?
-Nada...que...no sé. Quieres que sea una cita?- eso es una pregunta trampa. Sin embargo lo tengo mas que claro.
-Me encantaría, pero con una condición- hago una pausa.
-Lo que tú digas
-Invito yo. Ya que me voy a quedar en tu casa, es lo justo- se queda callada y la escucho suspirar finalmente.
-Hecho-

La sonrisa no se ha desplantado de mi cara en toda la llamada.
Vale, oficialmente tenemos una cita, confirmado. Esto cada vez tiene mejor pinta y yo no puedo estar más contenta por las dos.

Me cuesta la vida explicarle a mi madre que no me tiene que reservar ningún hotel.
Como yo me esperaba, no le vale la excusa de 'estaré en casa de una amiga' no, ella quiere nombre y apellidos.
Yo que pensé que era una adulta...

-Mamá, voy a estar bien de verdad, estaré en casa de María- digo por fin por lo pesada que es.
Entonces ella sonríe y asiente con la cabeza muchas veces.

-Tiene pinta de ser muy maja-dice sin quitar su sonrisa.
-Si- digo en un intento de parar esta conversación.
-Os lleváis muy bien, no?- insiste. Joder, que mala pinta tiene esto
-Si- repito, pero no parece estar satisfecha.
-Y?- pregunta. Mierda.
-Uy, me está llamando Lola,no?- miento y mi madre niega con la cabeza- Lola ya voy!- grito y salgo corriendo de la cocina.

Maria

Me costó relajarme durante la semana. Creo que es la primera puta vez en mi vida que pienso antes de hacer nada para no cagarla.
Pero joder, es que quiero que salga todo perfecto. Quiero que estemos cómodas, quiero que sea una noche de la hostia.

He reservado en un restaurante guapísimo al lado de mi casa. Me conocen de siempre y se come genial. No es muy formal, pero tampoco nos vamos de gala coño.

A las cinco vamos todos a recogerla al aeropuerto. Con todos me refiero a Afri, Dave, Damion y yo. Los cinco tenemos entrevistas en el mismo sitio, eso puede ser gracioso, y mañana estaremos todos en el merendOT también.

-Bueno bueno, menudo recibimiento illooo!- grita y sonríe de oreja a oreja en cuanto nos ve.
Nos damos un abrazo grupal y su maleta se cae al suelo.

-Venga, niños, que todavía llegamos tarde- dice Dave cuando llevamos ya un rato sin movernos.
Cojo la maleta de Marta y me sonríe agradecida.
Lleva puesto unos de sus típicos pantalones de campana y su chaqueta de pana. Esta preciosa, como siempre.
Me da un beso en la mejilla y andamos por detrás del resto mientras me cuenta todo lo que la ha pasado estos días.

Me descojono muchísimo con la intensidad con la que me lo cuenta, parece una puta película de ciencia ficción, o uno de sus sueños locos.

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Las entrevistas se me hacen largas, se me hacen eternas.
Todos preguntan prácticamente lo mismo, salvo en una que mola mazo y a la vez es una movida, en la que tenía que jugar a Fuck, Marry, Kill.

A la salida nos vamos a tomar unas cañas, y pasamos un buen rato, pero yo estoy ida toda la tarde.
En un momento en el que les escucho hablar de fondo y reirse y yo estoy con la mirada perdida y fija en otro sitio, Marta pone la mano sobre mi muslo para llamar mi atención.

-Todo bien?- me dice en un tono bajo de manera que solo lo oímos ella y yo. Asiento y seguidamente tira de mi brazo y me besa la cabeza.

-Y donde estáis estos días?- les pregunta a Dave y Damion.
-En el hotel de al lado de la casa de Afri, el que te recomendé, has reservado ahí?- dice Damion y Marta me mira antes de contestar.
-No, voy a casa de la Mari- dice muy sonriente.
-Ahh, claro, claro, a ella si que la invita en su casa, aquí yo veo unas preferencias clarísimas!- bromea Dave y todos nos reímos.
-A ti no te tengo que invitar cariño, puedes venir cuando quieras- le digo dándole un toquecito en la nariz y pone cara de...de Dave.

De camino a casa, Marta me pregunta mil veces donde la voy a llevar, y la respondo mil veces que es un sorpresa.
Como puede ser una persona tan impaciente como ella? Y aunqje se lo dijese no iba a saber que puto sitio es, no es un restaurante de estos conocidos.

-Es aquí- digo parandome en el portal y le sujeto la puerta para que pase con su maleta.

Mira todo como si fuese de otra dimensión, y al entrar a casa, le cojo de la mano y hacemos un recorrido. El salón y la cocina, el baño, mi habitación y la de invitados.
No dice ni una palabra, solo mira todo mientras sonríe.

-Puedes dejar aquí tus cosas- digo  enseñándole la última habitación de la casa.
Es pequeña, y soy un puto desastre, pero siempre intento tenerlo todo mas o menos razonable. La habitación de invitados está impecable, eso sí, no la usa nadie.

-Es mu' cuca, justo como me la imaginaba- dice dejando la maleta en el cuarto.

-Tu si que eres cuca- digo y la atraigo a mi.

-Puedo ducharme?- pregunta rodeándome la cintura con los brazos. Yo hago lo propio con su cuello y rozo mi nariz con la suya.

Asiento y sonríe. Me quito las ganas que tenía al barrer el poco espacio que nos separaba y juntar sus labios con los míos.

Dios, como lo echaba de menos...

Abre la boca correspondiendo mi beso y suelto un pequeño gemido de gusto. No me cansaría nunca de esto.

Corta nuestro beso demasiado rápido con una risita y se separa.
-Pues voy a ducharme, te tengo que recordar que tenemos una cita?
-Me acuerdo, me acuerdo- le doy una palmada en el culo y le acompaño al baño para darle toallas.

Ya empieza la noche.

MARTÍA *She used to be mine*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora