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Zoe percibió la fragancia del chico intensificada por sus agudizados sentidos, escuchó sus lentos pasos acercándose y todo su cuerpo se contrajo antes incluso de notar su presencia a su espalda. No pudo evitar sonreir disfrutando de lo que el lobo producía en su cuerpo tan solo con su cercanía y sin apenas un roce.
La cola de la chica se movió por iniciativa propia y ella ahogó un grito dándose la vuelta para saber lo que estaba tocando, porque podía notarlo igual que su propia piel.

— Deberías controlar tus extremidades antes de que ellas te controlen a ti...— susurró Dallas con una sonrisa maliciosa.

La oscura cola de la chica se rozaba peligrosamente contra la parte delantera de su pantalón y la plateada de él se agitaba con calma a su espalda.

— Oh, joder...— Zoe enrojeció y la agarró con las dos manos para alejarla de él, pero por más que tiraba era imposible.

Su cola también creía que Dallas era irresistible.

— ¿Tanto me deseas muñeca...?— dijo mordiéndose el labio e inclinando un poco la cabeza.

Dallas lejos de apartarse disfrutaba con ese roce, ella se alejó de él unos pasos rompiendo el contacto. Había podido notar el momento exacto en el que el miembro del chico empezaba a hincharse e incluso su olor corporal había cambiado a uno incluso más íntimo y peligroso. Mucho más adictivo si es que eso era posible.

— ¿Qué? N-no... es la cola que está defectuosa...

Los colmillos del chico de plata quedaron al descubierto cuando se rió.

— Seguro que si...

— Yoongi debe de estar buscándome...

— Seguramente, ya han venido a ofrecerme mucho dinero por ti ¿Yoon...?

— Yoonsuri.

— Yoonsuri— dijo suavemente. — Parece que los clientes ni siquiera se han fijado en tu inicial, les parece obvio que eres mía ¿Quieres saber qué desean...?

Zoe tragó saliva, el chico se había ido acercando lentamente hasta quedar a escasos centímetros de su cuerpo de nuevo. Las dos colas se frotaron acariciándose.

— ¿Qué desean...?— dijo la chica ardiendo, su olor estaba acabando con ella y también su roce.

— Quieren ver como follan los lobos.
Dallas miró el movimiento agitado del pecho de Zoe al respirar y esbozó una sonrisa.

— Pues no lo verán...

— ¿No?— dijo acercándose aún más hasta rozar sus cuerpos. Su aliento se entremezcló con el de ella.

— No— dijo ella con una seguridad en la voz que no sentía.

— Tienes razón, porque lo único que yo veo aquí es un lobo y una zorra.

Zoe apretó los dientes con rabia y se giró dispuesta a marcharse pero el chico tiró de su cola con la suya haciendo que se volviera a juntar a su cuerpo fuertemente.

— Déjame Dallas.

— Te has portado muy mal muñeca... Voy a tener que castigarte cuando vuelvas a casa ¿lo sabes, no? Sospecho que sí y por eso mismo lo has hecho... te humedeces solo de pensarlo.

— Nunca volveré. Nunca— dijo poniendo los brazos entre ellos y empujando su pecho.

— Entonces es que no les quieres.

— ¿De qué estás hablando...? ¡Suéltame Dallas!— dijo tirando de la cola, casi se cae cuando el chico lo hizo.

— ¿Jungkook no te dio el recado? Qué cruel... O vienes conmigo a casa o tu familia se enterará de lo mucho que te gusta follar con desconocidos a cambio de dinero.

MUÑECOS ROTOS [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora