¡Por fin soy libre para escribir! (Lo haré mientras pueda TwT)
Gracias por su paciencia
nota: los personajes no me pertenecen, yo solo cree esta loca historia; de una fan, para fans >3<
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Esa sensación cosquillante que le recorría todo el cuerpo, se mezclaba con la excitación de lo desconocido. Su corazón bombeaba emocionado energía y temor al mismo tiempo, mientras que una sonrisa imborrable adornaba su rostro. Sus alas cansadas de volar por tanto tiempo le pedían un momento de descanso kilómetros atrás, pero Alfred simplemente no podía parar. No todavía. Ya habría tiempo para descansar.
Al pasar las montañas, la primera oleada de emociones le llenó el pecho con aire frío. El primero paisaje nuevo que explorar, nunca lo olvidaría, ni esa sensación al volar sin ataduras, sin remordimientos, sin regaños.
—¡ESTO ES VIDA!
Gritó Alfred a los cuatro vientos cerrando los ojos y extendiendo los brazos mientras dejaba que una ráfaga de viento del Oeste le hiciera ganar altura.
Alfred estaba disfrutando de todo lo que le rodeaba. El sol tibio, las tardes tranquilas, los pueblitos esparcidos entre las vastas tierras, unos tan parecidos y feos y otros llenos de color y buena comida. Alfred no era tonto, sabía que no debía llamar tanto la atención y siempre tenía cuidado de descender entre arboles cuando veía en los cielos un nuevo poblado y tenía en mente visitarlo, escondiendo sus rasgos draconianos. Casi siempre para conseguir vivieres y agua. Descansaba un poco y seguía su camino.
El joven dragón incluso había tenido suerte de conocer animales que solo había visto en los libros que alguna vez hojeó con su tutor. Jabalíes salvajes, zorros plata, el ciervo de cornamenta roja, ríos y riachuelos, paramos y pantanos. Personas y más personas. Amables y no tanto. Pequeñas, altas, jóvenes, ancianas (que por alguna razón eran sus favoritas), hombres, mujeres, con costumbres y acentos diferentes.
Tanta variedad y en tan poco tiempo, rasgos únicos y diferentes...tan únicos...como él...
Alfred sacudió la cabeza y abrió los ojos tratando de no pensar en ciertos rasgos, en cierto carácter, en cierta persona.
Olfateó el aire y buscó lo que llevaba rastreando hace un día. El aroma del mar.
Llenando sus pulmones, lo encontró.
<<Buscare donde descansar...>>
Cayendo de picada, a cierta altura se estabilizó y observó la tierra. Había llegado cerca de los riscos y el enorme mar brillaba con el sol a lo lejos, extendiéndose más y más, sin que Alfred pudiera ver tierra más allá.
<<No hay puertos. Ugh. Esto me costara un poco más de lo que creí>> Pensó Alfred con una mueca, pero no se desanimó. <<Oh, parece que si hay personas por aquí después de todo>> Alfred decidido descender cuando cerca del riscó, divisó una pequeña cabaña.
La brisa que paseaba por los riscos, venía acompañada por el sonido del mar y sus olas que rompían entre rocas blanquecinas. Alfred, con toda la calma del mundo, tocó tierra y escondió como era costumbre sus alas y cualquier rasgo que delatara su naturaleza y comenzó a caminar.
<<Hace frío >>
Dijo frotándose las manos, más emocionado que friolento, siguiendo un estrecho camino que lo guiaba a la cabaña que había visto desde el cielo. Las hiervas que le rodeaban, se balanceaban perezosas y una en especial, comenzaba a tupirlo todo.
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Cría de Dragon
FanficAlfred es la nueva adquisición de Arthur, una joven cría de dragón con futuro incierto. ¿Qué es lo que en verdad trama el mago del linaje Kirkland? ¿Cuáles son sus verdaderas intenciones?