Minghao se levantó de la cama para poder llegar al baño. Antes de salir de cuarto tomó una remera que se encontraba en el piso y a oscuras se la puso, total era solo para llegar hasta el baño.
Luego de satisfacer sus necesidades se miró al espejo. El mismo le devolvió la imagen de un joven ojeroso, estresado y muy cansado. La remera le quedaba un poco más grande de lo habitual así que asumió que no era la suya. Se lavó la cara y se dirigió hacia el comedor del departamento.
Pese a su juventud, hacía ya un año que había logrado vivir solo gracias a las exhaustivas clases de danza que daba toda la semana. Llegado el fin de año, el ir, venir y descansar poco y nada le pasaban factura. No lograba conciliar el sueño de una manera consecutiva y eso lograba ponerlo de mal humor. No tenía tiempo.
Tiempo. Un concepto poco utilizado en su vida, salvo que encajase en su rutina de viajes y clases. Le costaba despegarse de aquel itinerario que hacía funcionar su vida y economía de manera en la cual todas las piezas del rompecabezas encajaban a la perfección.
Junto con estas reflexiones, Minghao optó por apoyarse en la baranda de su propio balcón. Miró el paisaje de la ciudad, todavía nocturno. A juzgar por el poco tránsito y ruido, debía encontrarse a media madrugada. Ni muy temprano ni muy tarde.
Se pasó una mano por la cara mientras trataba de recordar su itinerario del día siguiente. Debía levantarse a las ocho, dar sus respectivas clases , tomar otras, parar para almorzar y seguir dando clases hasta la noche. De solo pensarlo ya estaba cansado. Si bien la danza era su pasión y en la enseñanza había encontrado satisfacción; ser mentor de jóvenes que compartían su mismo amor era algo maravilloso, a veces sentía que un pequeño descanso no estaba de más.
Antes de decidir volver a la habitación, escuchó una serie de sonidos bastante familiares. Unas puertas se abrían, un interruptor prendido, una puerta que se cerraba. Sonrió. No era su intención, pero su ajetreo de madrugada logró despertarlo.
Volvió su vista hacia la ciudad, esperando por él, que seguramente se iba a acercar para hacerle compañía. Efectivamente minutos después sus pasos se hicieron escuchar.
“Perdón, te desperté, verdad?” Lo dijo de puro compromiso, sabía que estaba en lo cierto.
“Me desperté porque no estabas en realidad” Lo dijo casi sin importancia, pero sonaba hermoso. Se apoyó en la baranda a su lado, como había predicho. “Todavía no logras conciliar un buen sueño, no? Incluso después de lo de anoche?”
No hacía falta mirarlo para saber qué sonría aunque sea un poco. Él gustaba de molestarlo y lo iba a dejar hacerlo las veces que quisiera. Minghao lo miró y le devolvió el comentario con una pequeña sonrisa y una ceja levantada. Pretendía volver a jugar? Tampoco se iba a negar.
“Si tus intenciones son lo que creo que son, te advierto que estoy exhausto, porque más que esté despierto.” Aunque era una verdad a medias (siempre había lugar para un juego más) en ese momento lo necesitaba de otra forma. Necesita un descanso y sabía que si sus brazos lo rodeaban lo iba a obtener.
Él se acercó, despacio, en silencio y lo abrazo por la espalda. Escondió su cabeza en su cuello y le dió un pequeño beso causándole cosquillas. Minghao se estremeció; entre ternura y picardía.
“No importa. Vamos a la cama, mañana hay que levantarse temprano, nos espera un largo día.” Lo tomó de la mano y lo guió hasta la habitación. Una vez acostados lo rodeó con sus brazos, un poco más amplios que los suyos, aunque no tanto, solo lo suficiente para hacerlo sentir muchas emociones.
Estando así, abrazados, nada podía salir mal. Ni la rutina más ajetreada lograba estresarlo. Respiró profundo, se relajó y cerró los ojos.
“Jun?” Musitó con voz suave, sin querer romper el momento.
“Hmm?”
“Te quiero”
“Ah? Tan de repente?” Le contestó un poco sorprendido y divertido. Notó una leve tensión debido a sus palabras pero al instante se relajó. “Yo también te quiero y mucho. Ahora a dormir.”
Así entre sus brazos volvió a sonreír y se relajó un poco más. Su vida podría ser un caos pero sabía que entre a brazos estaba todo el descanso que necesitaba y más.
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Es un poco más largo que un drabble pero bueno. Me encantó escribir sobre el Junhao así que seguramente lo haga más seguido. Comentarios y sugerencias son siempre bienvenidos.