EL DÍA EN QUE LAS ESTRELLAS CAYERÓN DEL CIELO.

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Me acuerdo perfecto, el día en que las estrellas cayeron del cielo.

La nada si es algo. Yo soy Nada, ya sé que para ti es difícil comprender que alguien se llame Nada pero en mi país es normal, muchas nos llamamos así, solo quiero aclararte algo, el hecho de que nos llamemos Nada, no significa que seamos nada.

Yo quería ser astrónoma, digo quería porque alguien pensó que no valía, que era nada.

Me acuerdo, todas las noches que pase junto a Sofía y mi mamá acostadas en el pasto del campo, viendo la vía láctea, que palomas ni que nada, los mensajes a mi papá se los enviaba por las estrellas, sé que los recibía pues el mismo fue el que me había enseñado a hablar con ellas. Que importaba que se lo hayan llevado a la guerra, el espacio es relativo, nuestra información cuántica iba y venía más rápido que el viento. Y no lo digo yo, lo dice Dirac en su fórmula de física cuántica: "Sí dos sistemas interactúan uno con el otro, durante un cierto periodo de tiempo y luego se separan, se pueden describir como dos sistemas separados pero de alguna manera sutil están convertidos es un solo sistema aunque se separen y estén a millones de Kilómetros de distancia o años luz se siguen influyendo entre ellos". Así con mi papi, no está aquí porque se lo llevaron esos señores, yo sabía que él no quería pero se tuvo que ir, pero aquí lo siento, adentro en mi pecho, cada que late mi corazón es porque él se acuerda de mí.

Mi mamá hacia una sopa muy buena <De estrellitas para mi astrónoma­> me decía y yo me la creía. A veces comíamos, a veces no pero pues ya ni se sentía tanto, ya nos habíamos acostumbrado. Comer es un privilegio, todos en Siria lo sabemos.

Pobre petróleo, lo trataban mal, pobres de los minerales solo los querían explotar, por eso yo prefería ver las estrellas y enamorarme de ellas, a nadie le importaban, nadie volteaba hacia arriba si no era para ver el humo que salía de sus cigarros.

Si la vida no es mala, pero tampoco es justa.

Dios les da de comer a los que tienen trastornos alimenticios como anorexia o bulimia y a los que si queremos no nos multiplica los panes ni los peses. Pero bueno, no es culpa de Dios, él siempre nos cuida desde el cielo, por eso no nos hemos muerto, pero aunque suena mal, yo no pienso morirme por él, ni creo que él nos mande a matar. Para mi Dios es otro, quizá un Dios de amor como el que se hizo hombre judío. No como el mío, uno al que debemos tenerle miedo, que nos hace sacrificarnos y morir y matar, a ese no lo quiero, ni le tengo miedo.

Pobre de mi papi, tanto que le gustaba aquí sentarse, platicar conmigo, hablarme del origen del Universo, del Big Bang, esa nube de polvo cósmico y místico que desemboco toda su magia en crearnos ¿Cómo pudo hacerlo todo tan perfecto? Pobres dinosaurios, pobre meteorito, todos se preocuparon por los dinosaurios pero nadie por el meteorito, ha de ser bien feo caerse del cielo.

Pero aquí estábamos, viviendo a costa de otros que murieron ¿de qué me podía quejar entonces?

El cielo cambia más que mi país, allá arriba las estrellas se mueven, crecen, se mueren y al hacerlo brillan más, ¿sabías tu que la luz que recibimos de ellas nos la enviaron hace muchísimos años luz? La gente nos parecemos a las estrellas en ese aspecto, todos tenemos la posibilidad de trascender, sin embargo, pocos son los que lo logran y así aunque ya se murieron siguen brillando, nos enviaron su luz hace muchísimos años y aun en estas fechas contemplamos ese resplandor que segura estoy seguirá creciendo y creciendo y llegara a más gente y atravesara millones de años luz y solo se extinguirá el día en que nuestras conciencias también lo hagan.

El día en que las estrellas cayeron del cielo.Where stories live. Discover now