Capitulo 8

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Apenas y logre llegar a casa; de hecho, llegue cuando ella bajo del auto de quien según parece es de su padre. Me adentré junto con Sahionje a mi casa; según recuerdo, ni le avise a mi madre, ya que. Abrí la puerta y salude a mi mamá, ella, al ver a Sahionje se sorprendió y se alegró, contrario a todo lo que yo pensaba; parece que le agrado que al fin haya traído a una chica a la casa. Por otro lado, mi hermanita se puso celosa, solo le dije "Niña metiche vete a tu cuarto" y subí junto con Sahionje, claro, después de explicarle todo a mi madre.

No tengo mucho que decir, simplemente estuvimos repasando un poco. Ella estaba muy linda, llevaba un hermoso vestido corto, color verde, se veía preciosa; aunque estando repasando los apuntes, me di cuenta de algo, pero no se lo diré ahora, simplemente, porque todo se le perdona a ella.

— Esteban, — ella interrumpió mi humilde explicación, claramente le presté toda mi atención — tengo que decirte algo, que debí de haberte dicho desde hace una hora...

Así es, llevamos una hora repasando, claro, que con las debidas interrupciones que una madre curiosa debe de hacer; así como también la metiche de mi hermana... solo espero que no nos interrumpan más, el padre de Sahionje llegará pronto. Al parecer, a los padres de ella no les gusta que ella esté fuera de casa por mucho tiempo, por lo que solo le dieron una hora para estudiar conmigo... ¡Pero qué crueles son mis futuros suegros!... bueno sigamos.

— Yo no soy tan mala en matemáticas, — Ay, pero qué linda se ve sonrojada — al principio si necesitaba ayuda, pero después de lo que me explicaste en clase, ya no necesitaba más.

— Lo sé, me di cuenta de eso desde hace rato.

— ¡¿En serio?! — ella se puso aún más roja.

Vaya, que linda de ver sonrojada y apenada; sé que ya lo había dicho, pero de verdad creo que necesito recalcarlo... creo que tengo mariposas en el estómago... ¿O serpa aquel postre que comí?... demonios, creo que es el postre.

— Pensé que era más discreta... — yo solo le acaricié el pelo y le hice saber que no había problema — es solo que — ella dio un suspiro y comenzó a hablarme con algo de melancolía — tengo problemas en casa, mi madre se pelea con mi padre, y, ya no sé qué hacer. Considero que lo único que los mantiene unidos, soy yo, eso por ahora, no quiero que ellos se separen. Y lo peor, es, como ya te había dicho, que no me dejan salir mucho de casa; ¡Eso me tiene tan frustrada!

— No tenía ni idea, lo siento mucho. — yo solo seguí acariciando su pelo.

— No importa, me siento muy bien contigo. — una hermosa sonrisa se dibujó en su rostro — ciento que solo haya venido aquí para estar lejos de los problemas de casa; solo quería estar con alguien con quien me pudiera sentir bien.

— Vaya, no hay cuidado, tú no te preocupes, entiendo la situación por la que estás pasando.

Ella, se dejó caer a mi costado, en mi hombro, con los ojos serrado, simulando estar dormida; su respiración es lenta... parece que realmente se siente tranquila. Ella solo sonrió, yo no sabía qué hacer, estábamos solos en mi habitación, solo sonreí como bobo.

— Esteban, me agradas bastante, eres tierno.

Ella se levantó, y me quedo mirando fijamente a los ojos, yo me perdí en su mirada.

— Sahionje, siendo sincero eres bastante linda, nunca había conocido a ninguna chica como tú.

Ella solo se sonrojó, y repitió mi nombre, ¡No puedo creerlo, ella va a...! Lentamente, serró sus ojos, y se empezó a acercar a mi rostro, no sabía qué hacer, solo hice lo mismo, no podía creerlo. Solo unos centímetros, ¡Solo! ¡Solo!... solo a eso llegamos, al parecer mi molesta hermanita interrumpió el momento ¡¿Por qué rayos no le puse seguro a la puerta?!

— Ya llegaron por la chica Sahio. — juro que te voy a matar Allisha.

— Es Sahionje. — respondí con evidente molestia.

— No te preocupes, puedes llamarme como quieras Alicia hermosa.

Sahionje acaricio la cabeza de Alicia, en esta última, se dibujó una hermosa sonrisa, vaya, y yo que pensaba que estaba celosa. Sahionje solo recojo sus cosas, y se levantó; yo, la acompañé hasta la entrada, y nos despedimos de forma penosa e incómoda. Ella, subió a su auto, y se fue sin más.

— Ella es linda.

— ¡Aaaaah! ¡Mamá no me espantes de esa manera! — así es, mi mamá me llegó por la espalda y me espantó.

— Deberías de traerla más seguido a la casa.

— Ya lo creo.

Ella solamente me regalo una sonrisa, y regreso a lo que estaba haciendo. Me quedé totalmente idiotizado reflexionando en lo que pudo haber pasado si yo la hubiera besado en ese momento. Aún no logro asimilarlo, ella me gusta demasiado.

Todos los domingos, acostumbro ir a correr por toda la colonia, que es una zona poco aislada de la ciudad, conformada por algunas cuadras de casas propias y pequeñas; podría decirse que son los suburbios. Ese día no ocurrió nada interesante, solo una leve, pero divertida rutina familiar, yo solo esperaba el lunes, ya se imaginaran por qué; pero, lo que no sabía, era que ese día, podría ser el día que complicara aún más mi vida.

 Ese día no ocurrió nada interesante, solo una leve, pero divertida rutina familiar, yo solo esperaba el lunes, ya se imaginaran por qué; pero, lo que no sabía, era que ese día, podría ser el día que complicara aún más mi vida

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