1. Lo que soy

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He interpretado ciertas lagunas mentales en las últimas semanas, también he padecido un sin fin de molestias a lo largo del día que no me permiten conciliar el sueño al final del día.

Cosas cotidianas como cocinar y manejar se me dificultan, aún más cuando hablo de trabajo; soy asistente en un pequeño despacho de abogados que me permite costear mi vida en una ciudad tan atareada como lo es una frontera.

Pero mis dolores de cabeza acompañados de ese inusual pensamiento de falta o de culpa me va consumiendo de apoco, algunos compañeros me dicen que se puede tratar de simple estrés laboral pero lo que acompaña o mejor dicho lo que le puede poner la cereza al pastel son los sueños reales que he tenido y no precisamente reales, se que no son reales pero la sensación y el control que tengo sobre ellos me hace pensarlo, llevo aproximadamente tres semanas.

Cuando por fin consigo unas pocas horas de sueño estas me acompañan de un sin fin de relatos que en vez de dejarme fresca como una lechuga al día siguiente solo consiguen dejarme el doble de agotada a como termine el día anterior.

No se si sea buena idea ir con un psicólogo pero viendo mi situación no creo que se tenga un gran avance, hablamos de algo mental, no tengo traumas, no al menos fuertes.

Así que aquí me tienen a las dos de la madruga intentado dormir mientras tomo leche tibia, estoy envuelta como un tamal con mi sabana azul de ositos cafés, pero las nauseas y constantes maneros no me permiten tomar unas muy buena y merecidas horas de sueño.

¿podemos vernos? te extraño mucho.

Lo olvidaba, un idiota rompió mi corazón la semana pasada al intentar explicarle mi falta de interés por su pene, esto cada vez se pone mejor.

Intento comenzar de nuevo con mi arrullo, pongo música supuestamente de cuna para bebés y me meso suavemente sobre mi, creo que cualquiera que me viera en este momento pensaría que estoy loca, y mas con estas ojeras de mapache que me gane hace unas horas.

Sigo mi ciclo de intentos hasta que siento vibrar de nuevo el celular pero antes de que pueda o más bien intente tomarlo caigo dormida justo encima de mi brazo el cual estiraba para tomar el jodido teléfono e intentar llamar a algún amigo por ayuda.

Comenzare de nuevo con esta historia, debí de tener como quince años cuando la escribi y debo de decir que casi hace que me saque los ojos, horrible pero no tanto.

Con amor para los dulces Corderitos CascabelDulce

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⏰ Última actualización: Dec 28, 2018 ⏰

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