Estaba sólo en la estación de autobús sin saber a dónde ir, no esperaba que alguien me tradujera lo que aparecían en los carteles del lugar, sin embargo con suerte lograba desenvolverme con el nulo conocimiento que tenía sobre el idioma natal de este país, leer avisos y letreros era sencillo, sin embargo mi poca paciencia y mala memoria me impedía recordar más de 5 palabras en una frase para poder comunicarme.
Empecé a golpearme mentalmente por haber tomado esa decisión tan descabellada, ¿a quién se le ocurría huir a un país cuyo idioma no entiende? maldigo el momento en la que creí que esta sería la mejor opción, empero necesitaba escapar lo más lejos posible de ese lugar.
Mientras seguía con mi remolino de pensamientos pasó un autobús a gran velocidad que se detuvo bruscamente a mi lado, en ese momento dudé si subirme a la gran carroza de chatarra, pero no tenía otro lugar al que dirigirme así que solo esperaba encontrar un hotel para hospedarme en esta fría noche.
Al subir llegó a mis fosas nasales el olor a sudor, el lugar se encontraba repleto de personas que peleaban para no caer debido al descuidado manejo del conductor. Logré hacerme un lugar al lado de la puerta, aunque no era muy seguro debido que si esta abría podría salir volando junto con la gente que quería bajar.
Deseaba llegar pronto a un lugar que se viera decente para poder descansar, me dolía todo el cuerpo, mis pies ardían de tanto caminar y mis ojos querían cerrarse, además el hecho estar cerca a gente desconocida me causaba náuseas.
Después de que el autobús se detuviera bruscamente observé que en la zona donde estacionó había lugares de hospedaje donde podría dormir plácidamente. Al quedarme plasmado analizando el paisaje el conductor casi cierra la puerta en mi cara, sin embargo alcancé a salir a tiempo de allí.
Después de salir del autobús le dediqué unas lindas palabras de odio al conductor en mi idioma natal y posteriormente me dirigí a la zona comercial como si nada hubiera sucedido. Mientras pasaba entre la inmensa oscuridad de las calles siendo iluminadas por las luces de los locales, veía las tiendas que exhibían deliciosa comida, me dí cuenta que estaba muriendo de hambre, desde que empecé mi viaje en un barco de carga, para después llegar al muelle y esperar el tren una eternidad no había comido nada.
Además de casi morir a causa de inanición, estaba a punto de estallar de tantas emociones negativas acumuladas, era insoportable estar rodeado de gente hostil y descortés, niños malcriados y madres molestas, además estar absorbiendo las energías de ambiente caótico y estresante, en realidad no era una situación muy agradable.Logré comprar un paquete de papas fritas y refresco en un autoservicio, aunque no fuera lo más saludable del mundo me ayudaría a disimular el hambre. Después de devorar ese festín me dediqué a buscar hospedaje, había muchos hoteles los cuales desde afuera se podía notar que no daban buena espina, todos estaban en pésimas condiciones. Después de un largo tiempo caminando encontré una posada más o menos decente.
―Bienvenido a "Villa Amalia", ¿en qué le puedo colaborar?―Una señora que rondaba entre los 30 años me recibió apenas ingresé al lugar. Miento al decir que le había entendido algo, tan solo proseguí como haría normalmente.
―Hola, un cuarto.― Traté lo que más pude de neutralizar mi acento, puesto que gracias a ello no lograba pronunciar bien las palabras haciendo que la gente no me entendiera.
―Claro, tenemos 5 cuartos disponibles―Dijo mientras me mostraba 5 llaves con distintos precios― ¿Cuál desea usted?
Seleccioné la llave que tenía menos números, no tenía el dinero suficiente para darme el lujo de dormir en una cama acolchada con calefacción.
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LIER
RomanceSvyatoslav Koslov estaba solo en la ciudad. Duncan, un completo desconocido estaba decidido a ayudarlo. • ────── ✾ ────── • Obra con contenido homosexual. Historia en proceso. No se permiten copias (totales o parciales) ni adaptaciones.