El Micrófono está en mi Mano

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-Ayúdenme, por...favor - Habló en susurro una adolescente de 15 años, que acababa de ser abofeteada por dos de sus compañeras

-Ayúdenme por favor - Se burló una de las agresoras, que tenía mechones de rojo

-Si le vuelves a mostrar una sonrisa, te aseguro que no podrás ni hablar - Amenazó la otra agresora de cabello negro

-Si lo entiendo, discúlpenme por favor, prometo que no volveré a sonreír a nadie, pero ya no me peguen más, por favor - Habló la agredida con muchas lágrimas en los ojos

-Bien, puedes irte, ¡ah! y si cuentas algo ya sabes lo que pasará - Habló la pelinegra

La adolescente agredida sólo asintió, pues con ellas y con otras personas se sentía impotente, todos los días tenía que soportar los insultos, los golpes y la burla de los demás, ya no aguantaba, ya no lo soportaba.

Llegó a su casa y se metió en su habitación a llorar, sus padres no estaban, ellos trabajaban casi todo el día por lo que siempre se la pasaba sola; se miró al espejo, sus mejillas estaban rojas debido a las bofetadas recibidas, sus ojos hinchados de tanto llorar, y su ropa sucia pues la habían tirado al piso, su cabello era largo casi hasta la cintura; tomó unas tijeras y corto su cabello hasta un poco más por debajo de su cuello.

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(2 semanas después, por la noche, después de la celebración que había realizado su escuela)

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-¡Te advertí que no le volvieras a sonreír! - Gritó una muy molesta pelinegra

-Discúlpame, por favor no fue mi intención, prometo que... - Tratando de excusarse fue interrumpida por una bofetada

-¡Cállate! - Le ordenó la agresora como si fuera una esclava - Tu mayor temor es la oscuridad ¿verdad? - Preguntó la pelinegra con malicia

-Yo..oo - Tartamudeaba por temor

-¡Habla!, tienes miedo a la oscuridad ¿verdad? - Volvió a preguntar la pelinegra

-Si - Dijo la adolescente agredida

-¡Perfecto! - Exclamó la pelinegra, acto seguido empujó a la atemorizada adolescente y esta cayó dentro de un salón - Duerme bien, nadie vendrá te lo aseguro - Y cerró la puerta

-¡No, espera por favor no me dejes aquí! - Exclamaba pues tenía mucho miedo por estar en un lugar muy oscuro - ¡Por favor, haré lo que quieras, no me dejes aquí! - Las lágrimas fluían sin señal de que se iban a detener - ¡Ayúdenme, por favor, alguien ayúdenme! - Gritaba mientras golpeaba la puerta, pues quería salir de ahí; pero nada, nadie venía, dejó de golpear la puerta y siguió llorando, dándose por vencida

Muchos llegan al suicidio debido al bullying, ella no, ella sólo resistía, resistía lo que podía; dejó de llorar y se levantó trató de abrir la puerta pero fue inútil, caminó un poco y tocó algo, no sabía que era pero parecía un platillo de batería, siguió avanzando y toco unas cuerdas, un arpa; avanzó un poco más y choco con algo que parecía un palo, un micrófono; estaba en el antiguo salón de música, un recuerdo apareció en su mente, un recuerdo muy lejano.

Hace años en el mismo colegio

Estaba en 6º de primaria, acababa de terminar de cantar y estaba en un salón de clases con el micrófono en la mano recibiendo elogios de sus profesores.

-Gracias, me esforzaré más para mejorar y ser una buena cantante – Dijo la niña

-¡Hey!, estuviste muy bien, eso fue increíble – Le dijo un compañero de clases

El Micrófono está en mi Mano // One shotWhere stories live. Discover now