Hace tres años.
Yo en esos momentos llevaba conmigo once años.
Me había sentido atraída por algún chico,que no movía para nada mi corazón,ni me hacía sentir mariposas en el estómago.
Eso es normal once años,simples enamoramientos cliché de los dibujos animados...Donde llegaba el príncipe y rescataba a la princesa,donde siempre estaban los finales felices,y donde nada dolía y todo era fácil.
Era cuestión de sentirse así,como si fueses una princesa,me pintaba los labios,me peinaba y me ponía linda...Me gustaba que ese chico me quiera,pero,yo no lo quería.Arreglarme nunca fue para impresionar a nadie más que a mí misma.
Eso era lindo,sentirme bien conmigo misma,cosa que ahora siento lejos.Siempre me había gustado alguien,pero nunca me había enamorado.
Era verano...
Estaba de visita en la casa de mi mejor amiga,reíamos juntas.Cuando de pronto se acerca a la ventana,que se encontraba cubierta con cortinas.Se me hace imposible recordar de qué color,o cuál ventana de su casa era por la que veíamos hacia la acera del frente.Me miró cómplice y me dijo:
- Él es quien me gusta... - me acerqué y ví por la ventana.Pasaba en una bicicleta,no a tanta velocidad,mirando al frente.
Era de mañana,el sol estaba reluciente y estoy segura de que el calor me hartaba.Se veía delgado.
Su piel canela,su cabello castaño,su mirada...Aquellos ojos que,quien diría,que se me meterían en la cabeza y no los podría sacar jamás.- Ah... - dije y miré hacia otra parte,centrada en que no debería fijarme nunca en él,porque le gustaba a mi mejor amiga.
Pero desde ese momento no pude quitármelo de la cabeza.Se me había escabullido en el corazón,o más bien,estaba atrapado con rejas ahí dentro,y se había tragado las llaves.
Jamás podría salir de ahí,a no ser rompiéndome el corazón,para poder salir.El momento había sido rápido ¿Qué pude haber visto?
Ví sus ojos...
Y era como un abismo.Y mi corazón si se movió.
Latía como si recién saliese de una clase de educación física.Me derretía verlo.
Ella me había dicho su nombre,el cual quizá sería "Eliot",recuerdo haberme reido aquella vez en la que me dijo su nombre,sin creerle.Luego de eso,una mañana cualquiera,me envíaron a hacer mandados a una almacén cerca de mi residencia.
Recuerdo estar antes de una bonita chica junto a una bebé pequeña que estaba en sus brazos,mientras le sonreía la chica dijo:
- Sí! Ahí viene Elvio... - y ahí llegaba él,en su bicicleta de nuevo.
Y hasta ahora,el ruido de una bicicleta en la calle me acelera el corazón.
Recuerdo no haberle prestado atención,ni siquiera un poco ya que,no debía.
Solo comprendí,entendí que su nombre en realidad es Elvio.
Le diría a mi amiga...
Aunque yo bien sabía que comenzaba a sentir cosas por él.Todavía me pregunto ¿Habrá sido amor a primera vista o solo con el tiempo me dí cuenta de que no quiero a nada más que a él?
Luego lo ví tantas veces.
Mi mejor amiga al verlo se escondía avergonzada,y a mí me dolía cada vez más el pecho,mientras sentía las putas mariposas en el estómago.Yo sabía que ella para él no existía,y que yo para él tampoco era nada.
Pasó un tiempo,y ella dejó de nombrarlo.
Esperé más tiempo,y se lo dije.
Él me gusta.Y no mentiría si dijera que lo quiero,porque lo quiero,tanto lo quise desde que lo ví,que hasta ahora lo sigo queriendo.
Recuerdo esa vez que iba en el coche con mi padre.
Yo iba en los asientos traseros,en la puerta derecha.
Me senté derecha,empeñada a mirar a las aceras al pasar por la calle.La calle de tierra se encontraba repleta de barro no totalmente seco.
Pasamos por una esquina,y luego por otra...Se encontraba un almacén y allí un chico en bicicleta.
Ví cómo pagaba por la pequeña ventanilla,y se sujetaba de los mangos de la bicicleta.
No recuerdo cómo vestía...
No recuerdo qué día fue,ni qué hora,ni qué mes.
Solo sé que era verano y ya había oscurecido tanto que las estrellas estaban presentes,justo cómo ahora.Solo recuerdo la manera en la que sus ojos se encontraron con los míos.
Su cabeza seguía al coche de mi padre,mirando a la ventanilla derecha,con los vidrios abiertos,viéndome a mí..A pesar de la rápidez con la que pasé,pude ver claramente aquellos ojos café que brillaban por la luz que venía de dentro del almacén.
Ví cómo su mirada seguía la mía,y yo seguí la suya.
Puedo jurar que en ese momento, el mundo se detuvo.
Por un momento lo demás valía nada,por ese momento,por solo ese momento,tan solo...Mi corazón latió.
Mis pupilas temblaron,mis ojos habrán brillado.Recuerdo perfectamente la imagen de él sin sacarme los ojos de encima,sin embargo,no logro recordar a donde iba con mi padre esa noche.
Solo recuerdo que al volver por esa esquina,me quedé mirando ahí esperando que estuviese comprando de nuevo,sabiendo que era probable que no estaría.
Pero...¿Eso vale, no es así?
No niego que al mirar detenidamente se me escapó una sonrisa.
Mucho menos voy a negar que mientras viajaba no pude dejar de pensar en él.Y me pregunto a mí misma...¿Por qué habré mirado al cielo aquel día?
Me perdí entre las estrellas y en algún segundo de todos los que pasé, habré volado sin estar conciente.
Por un momento fui feliz mirando sus ojos y no me dí cuenta.
Desde ese día me dedico a ver el cielo oscuro lleno de estrellas mientras imagino sus ojos café y recuerdo ese día.
Porque...Los recuerdos valen más que nada en el mundo.
Pero puedo jurar que deseo con todo lo que tengo que él jamás,nunca en ésta vida...Se convierta en un recuerdo.
Lo que yo quiero es tenerlo en la realidad,y no en mi cabeza como acostumbro.
Que se termine el mundo,que se apaguen las luces de la calle y de las casas...
Que se largue a llover,que se oyan truenos...
Que haga frío y haya viento,que se caiga el mundo,que todo se vaya al infierno...
Que pase todo lo más horrible en el mundo.
Que si yo estoy con vos,nada me importa más que eso.Porque me enamoré.
Y esos sentimientos no se van de la noche a la mañana.