¿Te arrepientes?

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La puerta sonó  y como ya es costumbre la pequeña coraline de siete años de edad fue abrir la puerta, la pequeña sonrió al ver a sus tíos ahí parados.

-¿Coraline que te hemos dicho sobre abrir la puerta antes de preguntar?.-reprendió el castaño.

La pequeña rubia con heterocromia bajo su mirada y mascullaba de forma avergonzada.

-Los siento.-se disculpó.

-Vamos king es una niña, no seas tan duro.-la voz de su tía diana se oyó.
La castaña tomó en brazos  a la pequeña coraline -¿Y tú papá?.-interrogó.

En el umbral de la puerta de la cocina se asomó el padre de la menor.

-¿Quién es coraline?.-se oyó la voz masculina.

-Que gran padre eres capitán.-dijo sarcástica la de ojos color aceituna.-¿por qué no mejor viene a recibirnos?.

Y así fue, un hombre rubio de baja estatura apareció con una brillante sonrisa y un delantal blanco.

-¡Que gustó verlos!.-el hombre rubio se acercó a la castaña de alta estatura. La chica le entregó a la pequeña coraline.-pasen llegan justo para comer.

-Paso, no quiero un infección estomacal.-habló monótono un chico de gafas.

-Me hieres gowter.-dijo dolido.-¿Pedimos pizza?.

Todos apoyaron la idea.

Meliodas; capitán de las fuerzas militares del liones, es muy reconocido por todo el mundo y a la vez muy temido, ya que el había derrotado y atrapado a los terroristas mas peligrosos de todo liones  y camelot; los "diez mandamientos " o así se hacían llamar. Al capturarlos cometió su mayor equivocación.

-Capitán,¿podemos jugar con coraline?.-preguntó emocionada diana.

-¿Uh?.-este salió de su pequeño trance y con aquella sonrisa que tanto lo caracteriza aceptó.

Las chicas y gowter fueron a jugar con la pequeña así dejando a los chicos; Ban mano derecha de melodías y jefe de las tropas aéreas de ejército de liones, King el mejor tirador de su tropa y Scandor comandande de las lineas submarinas del ejercito.

Los cuatro bebían y reían hasta que alguien cometió el error de pronunciar su nombre.

-¿Se acuerdan cuando Elizabeth casi le dispara al capitan?.-dijo entre risas King al recordar aquellos días dorados, pero un silencio sepulcral los inundó  a todos y fue cuando se dio cuenta de su error. Alarmado miró a meliodas al cual se le obscurecio la mirada.

-L-lo siento capitán.

Meliodas negó.

-No te disculpes. -Sonrió tristemente al recordar a su amada.- es bueno saber que aún sigan recordándole después de tanto tiempo.

Tomó un poco más de su bebida, ya habían pasado más de seis años desde la muerte de Elizabeth, agente en cubierto, la mejor de echo.

-La extraño.-expresó.-si tan sólo...-apretó fuertemente sus puños al recordar aquel día.

-Capitán ella sabía el riesgo y lo tomó.-argumentó king.-no es su culpa

-Lo se pero aún así duele.-Este luchaba por no llorar.- Si hubieramos llegado aquella vez más rápido ella...ella seguirá aquí.

Todo había pasado muy rápido para ellos, Elizabeth había partido a su misión de infiltrada con los diez mandamientos, se había ganado la confianza de aquellos bastardos pero ese día algo había salido mal. Elizabeth había llamado a diana la cual se encargaba de la área de comunicaciónes había llamado por el auricular todos lo que sabían se había adelantado el atentado contra el presidente Arturo se habían adelantado ese mismo día todo debía ocurrir.

Aquello no había pasado desapercibida por aquello demonios.
La habían asesinado de una forma bastante cruel y la habían grabado.

Un vídeo que marcó a meliodas, su marido.

En el vídeo se veía a una ensangrentada Elizabeth, ya estaba al borde de la muerte, con una sonrisa miró la cámara.

-Te amo.- habló con un profundo amor que había echo llorar a todos.-cuidalos a todos y en especial a ella no dejes denrepetirle cuanto la amo. - sus lágrimas de la Albina eran evidentes, aún que estuviese apunto de morir siempre se mantenían tan brillante

Después la pantalla se obscurecio y el sonido de un arma siendo disparada se oyó.

Había sido muy doloroso para todos en especial para meliodas, el cual había quedado como padre soltero.

Después de recordar aquella tragedia melodía suspiro pesada mente como su querida  esposa falleció , fingió una mirada forzada hasta que meliodas se levanto y miro a todos.

—voy a tomar un descanso — habló meliodas bajando la mirada .

Se dirigió a la puerta , salio suspiro pesada mente mientras se dirigió a un parque no muy lejos de su casa .
Cuando llego se percato de que unos niños jugaban con su mamá , meliodas solo se les quedo mirando recordando que pasaría si elizabeth
hubiera  rechazado la petición de sus mayores pero...

                                                                                    El hubiera no existe.

Dijo meliodas en su mente diciéndose así mismo culpándose ;solo meliodas solos los observaba hasta que alguien toco su hombro.

-Papi me llevas al parque porfi.-dijo la pequeña coraline y alado se encontraba diana que solo miraba al capitan con una sonrisa.

-Claro vamos a jugar.-dijo meliodas sonriendo.

Y asi transcurrio la tarde jugando y tomando algunas cervesas , hasta que fue de noche y todos tuvieron que irse a sus respectivos hogares.

Llegó la noche , meliodas cargo a su hija hasta su cuarto para arroparla y acostarla ya que toda la tarde jugo con sus tíos asi que se quedó dormida en el sillón .

Meliodas despertó ya que un olor a tocino y huevo le llamaron la atención pero nadie estaba en su casa más que el y su hija pero ella no sabía cocinar tampoco el así que quien era , después de análizarlo salió de su cama corrió hacia la cocina para ver quién era el intruso .
No lo podía creer era su amada fallecida pero estaba ahí para concentrada en cocinar hasta que precenció la mirada de su esposo hasta que volteo.
—¡Buenos días meliodas-sama!—dijo con alegría.
Meliodas estuvo apunto de hablar hasta que escucho su alarma de pronto todo se volvió negro , despertó y apagó la alarma pero sintió algo deslisarse de sus mejillas y sintió lágrimas.
—buenos días elizabeth—dijo en un pequeño susurro .

¿Te  arrepientes ? (One-shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora