Secreto: El lado oscuro del amor (Liam Payne)

Lo que querías

Desperté al escuchar ruidos en mi habitación, al abrir los ojos ví a Gerardo quien cerraba la puerta tratando de no hacer ruido detrás de él

-¿Qué pasa?

-Liam está dormido en mi cama, lo he movido hace una hora. Me han llamado del trabajo y tengo que estar lo antes posible por allá

-¿Pasó algo malo? -Dije con la voz aún ronca

-No lo sé, me han dicho que los planes se han adelantado un poco

-¿Y qué haces despertándome?

-Quería saber si me prestas tu mochila para poner mi computadora, la mía la he olvidado en el trabajo y realmente necesito una para llevarla de regreso pues no cabe en la otra que llevo con papeles

-Sabes que la puedes tomar -Cerré mis ojos de nuevo -¿Qué hora es?

-Son 7:15 -Dijo mientras movía mis cosas en mi guardarropa -La tengo

-¿Puedes revisar si me han corrido ya de mi trabajo? -Señalé mi teléfono en el mueble delantero acomodado estratégicamente para levantarme cada mañana cuando el despertador sonara

-No, aún no

-Manda un mensaje al señor Adams y dile que no estoy dispuesta a ir, que estoy muriendo o algo así

-No tengo tiempo para redactar tu trágica historia -Aventó mi teléfono a la cama -Nos vemos en un rato, he dejado algunas cosas preparadas por si tenemos que salir antes, por cierto, Liam me ha espantado cuando salí del cuarto, otro poco y llamo a la policía

-Sabías que estaba aquí

-Suponía que iba a estar encerrado contigo, no en la maldita sala -Rió bajo -Se cuidan

Miré mi teléfono, la alarma sonaría pronto así que la desactivé y me dispuse a escribir un mensaje a mi jefe para que supiera que estaba indispuesta y no me iba a presentar

.........

-Parece que alguien duerme bastante, vamos, levántate -Liam me estaba moviendo con insistencia -Abre los ojos ahora, soy tu maldito invitado

-¿Qué pasa? -Dije asustada

-He pedido el desayuno a la casa y me hace falta dinero, ¿tienes efectivo que me prestes?

-Claro, está en mi bolso

-Es broma, levántate

-¿Qué hay que hacer con tanta urgencia?

-He prendido mi teléfono por error y ahora tengo llamadas perdidas de John, no dudo ni un poco que después de mi casa vendrá a buscarme aquí

-¿Qué se supone que haga yo?

-Bueno, ya que te quedaste en casa, podrías ayudarme un pocos pensar qué diablos tengo que hacer

-Por ahora lo mejor será apagar de nuevo el teléfono -Abrí los ojos y ví a Liam -Buenos días, por cierto

-Lo he apagado hace rato, creo hice bien ese paso

-¿Has arreglado la cama de Gerardo?

-¿Eso es el segundo paso?

-No -Expliqué -Pero no le gusta tener su cama desordenada, es lo único que arregla con tanto esmero

-Necesito tu cabeza en estos momentos conmigo

-Necesito bañarme primero, no puedo pensar mientras mi cabeza sólo está pensando en dormir otra vez y en qué Gerardo se molestará si ve su cama hecha un desastre