W H Y ? || JUNGHOPE || ONESHOT

|O N E S H O T |

P A R T E   1
HOSEOK POV

Recuerdo la primera vez que te ví, tus pequeños ojos brillaban de alegría al ver por primera vez a tantas personas en un mismo lugar eufóricas, mechones de cabello se adherian a tu frente por el sudor. Me sente a la par tuyo, y aunque no sabías, comenzaste a beber lo mismo que yo. Pasaron las horas y le dijiste a tu amigo que te irías conmigo, a él no le pareció importarle por lo que solo reiste en bajo debido a la incomodidad.
Me contaste que tenías sueños y con ellos muchos miedos; Nunca entendí como es que alguien tan hermoso pudiera tener tan malos pensamientos hacia su persona.

Había días en los que el calor provocaba a otras personas deshidratación, pero a pesar de eso... Siempre llevabas mangas largas.
Me dijiste que creías tener depresión, pero te daba miedo aceptarlo.
Con mucho esfuerzo comenzaste a ir a un psicólogo, y si, luego de muchos estudios confirmaron que la tenías, pero con el tiempo la superaste,en ese entonces te veías como la persona más feliz del universo.

Te volviste en una persona muy importante, iluminaste mi mundo, mi vida y mi alma. Gracias a tus acciones me sentí por primera vez querido.

Pasaron los meses y ya no podía estar lejos tuyo, me había enamorado por completo de ti y de tu forma tan sencilla de ser, de tu fino rostro que se asemejaba al de un ángel, tu dulce voz la cual quería escuchar en las mañanas, tus infantiles acciónes, y de todo.

Yo no podía que era un romántico, por lo que te mande muchos regalos, cartas y pequeños detalles, los cuales parecían gustarte mucho.

Comenzamos una relación en un 23 de diciembre de ese mismo año, y comencé a notar cosas extrañas que empezaste a hacer, no comias, no dormias o simplemente llorabas de la nada.

Te daba miedo la oscuridad, el agua, los objetos afilados y nunca salias de casa.

Casi todo el día llorabas en la bañera, te veías muy mal mi amor.

Quise hacerte feliz, comprandote flores de todos los colores, pero tú... simplemente te quiebras  en llanto.

Tenía miedo de lo que pudieras hacer cuando estabas a solas.

La idea de una recaída era fatal, pero debido a los gastos yo tenía que trabajar...

Tu mirada había cambiado, extrañaba aquellos ojos negros llenos de felicidad, los cuales ahora parecían vacíos, muertos...

Yo te amaba pero no supe como ayudarte. Lamento eso mi niño, no te cuide... por eso... te fuiste.

Un día el cielo parecía llorar por ti, lo sentía por el ambiente tan triste que se encontraba en el aire; Ese mismo día... te encontré en la bañera... muerto.

Tome tu cuerpo ya sin vida, y comencé a arrullarlo lentamente mientras mis lágrimas caían en tu rostro pálido.

No quería acéptarlo, pero tú ya no estabas conmigo... me dejaste solo, abrazando con un cuerpo frío, y te fuiste para ya no volver.

Desde ese momento cada noche te lloro, grito tu nombre con la espera de que vuelvas junto a mi, le ruego al cielo morir para poder así estar a tu lado, y le suplico a la Luna y las estrellas que nunca te dejen solo en la fría oscuridad.

Mi amor...

P A R T E   2
J

UNGKOOK POV

Recuerdo muy bien como fue todo, y ni por poco fue así.

Si, te conocí en una discoteca, me invitaste a tu casa pero no acepte, a decir verdad me dabas mucho miedo.

Pasaron los días y no se cómo pudiste encontrar mi casa, pero luego de eso comenzaste a enviar animales muertos a mi puerta, cartas en las que escribías fantaseando cosas sumamente grotescas que jamás ocurrirían, por primera vez sentí el verdadero terror.

Un 17 de diciembre salí de mi casa para ir con mis padres, hace tiempo que no los veía, y tenía muchas ganas de contarles sobre mi nuevo trabajo, después de mucho tiempo parecía que todo iba a mejorar, pero no pude hacerlo, ya que me arrebataste todas mis oportunidades... mis metas... mis sueños.

El mismo día 17 de diciembre me secuestraste y... me llevaste a tu hogar, ahí... me violaste incontables veces... pude... sentir como mi intimidad se desgarraba, imaginé un futuro incierto donde mis padres y yo superaríamos esto, todo para no ver tu asquerosa cara la cual parecía que... disfrutaba de mi cuerpo como si fuera solo un maldito objeto.

Me lastimaste mucho, me dejaste en tu asqueroso baño completamente desnudo creyendo que no podía haber algo peor, pero lo hubo...

El 18 de diciembre cuando intente escapar me golpeaste muy fuerte con un bate de baseball, ahora que lo pienso fue muy tonto haberlo hecho... ya que con una pierna rota no tenía muchas posibilidades... pero aun así lo intenté.

Me llevaste a la tina mientras yo intentaba gritar por ayuda, eso sin duda alguna te molestó, porqué me golpeaste hasta que no pude pensar en nada más.

  En ese mismo lugar me apuñalaste varias veces, fue doloroso sentir como mi carne se abría por las cortadas en mis brazos, después abriste la llave de agua, y  la verdad es que ya no recuerdo bien si morí ahogado o desangrado, supongo que ya no importa.

Luego de eso me dejaste en tu frío y oscuro sótano.

No se por que pero mi alma se quedó en tu fea casa, sin tener la posibilidad de salir de ahí, ni de descansar en paz, o conocer el cielo ni el infierno.

Por alguna razón podías verme y escucharme llorar, pero tú no recordabas que yo ya estaba muerto, parecías solo escuchar lo que querías, nunca escuchaste mis gritos llenos de insultos y odio hacia ti.

Como si fuera una maldita broma me llevaste flores, y me hiciste recordar que mis padres nunca sabrían que me pasó, me volvería una persona a la que la tierra se habría tragado, en un par de años y mi existencia habría sido olvidada por completo.

Un par de días y mi cuerpo ya estaba duro y olía a putrefacción, tú me arrastraste hacia tu tina de nuevo, trataste de bañarme pero te cansaste, me dejaste en tu tina con el grifo abierto y te fuiste a trabajar como si nada hubiera pasado, cuando volviste, viste algo que no pasó, no me suicide, yo no quise morir, solo quería ver a mi madre la cual estaba enferma, que se sintiera orgullosa de mi...

Esa noche tomaste una pala y me enterraste en tu patio, junto a otros 5 chicos quienes también lloraban y a lado de las flores que cuidabas con tanto orgullo, como si fueran también tus premios.