twenty eight

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Cuando Taehyung sale del bar antes de tiempo, pues según el moreno no está en condiciones de hacer su número esa noche, lo último que esperaba encontrarse era al castañito frente a su puerta, perdido en sus propios pensamientos.

—¿Jungkook? —Pregunta para cerciorarse, cosa que hace cuando éste gira la cabeza y le mira con un sentimiento de culpabilidad en su rostro.

—S-sé que no te hará mucha gracia verme pero... No tengo a dónde más ir. —Admite con pesar, ocultándose la cara con las manos. —He discutido con mi familia y...—Se ve interrumpido.

—Kook, ven aquí, hace frío esta noche. —No dice nada más, simplemente le rodea con el brazo, notando lo congeladas que están las extremidades del mayor, y abre la puerta dejándole pasar primero y dirigiéndole hacia su habitación.

—Yo... P-puedo dormir en el sofá. —Murmura con la cabeza gacha, a lo que el contrario niega. —Toma. —Añade, cogiendo algo de ropa cómoda de su armario, pues a pesar de que ambos se llevan algunos años, él definitivamente sabe que su ropa le valdrá. —C-cámbiate, yo iré a por algo de agua mientras tanto. 

Ambos lucen totalmente desorientados, ninguno sabe bien cómo actuar, y Jungkook se siente estúpido pues cree que ha estropeado su relación por su grandiosa necesidad de confesarse.

Elige una camiseta blanca y unos pantalones sencillos, aspirando acto seguido el aroma de ésta, notando el aroma que tiñe las prendas, el cual tiene el menor.

Es increíble la forma en la que cada parte de su piel se tranquiliza con tan sólo ese olor.

Cuando finaliza, da permiso a Tae para entrar después de que haya tocado a la puerta y le ve entrar con dos vasos de agua. 

El rubio quiere preguntarle, quiere saber las razones por las que luce tan decaído, quiere decirle tantas cosas... Pero el silencio es su mejor aliado en ese momento y chasquea la lengua ante la incomodidad creciente en su estómago, así que al final opta por hablar.

—Escucha, Kook. Puedes contarme lo que quieras, de verdad. Sabes que estoy aquí y... —El castaño niega, sin querer recordar los rostros de su familia.

—S-sólo... No ha sido mi día. —Trata de sonreír, pero su cara dista mucho de expresar felicidad o algún tipo de sentimiento positivo.

—Está bien Jungkook. No todos los días pueden ser felices, ¿sabes? —Se acerca a él y se sienta a su lado. —Hoy mi día ha sido como una montaña rusa de emociones, y no he podido sentir otra cosa distinta a que me mareaba y quería vomitar una y otra vez. —El contrario ríe ante la comparación. —Pero, ¿ves? Todos tenemos la oportunidad de cambiarlo. Nuestra vida, es nuestra. Si algo va mal, puedes pararte a pensar y decir, ¡oh vaya, esto es lo que he estado haciendo de forma incorrecta! y, aunque no sea fácil, puedes cambiar el rumbo de los acontecimientos o tu actitud hacia ellos. —Alza ligeramente la cabeza del castaño y le acaricia la barbilla con cariño. —¿Sabes? Conocer tus sentimientos por mí ha sido sin duda alguna de lo mejor que podría haberle pasado a mi día. —Murmura junto a su oído, viendo cómo Jungkook le mira totalmente prendado.

—P-pero tú... Dijiste que... —El rubio niega ligeramente.

—Yo... Quiero a Yoongi, ¿sí? Ha sido la persona que más apoyo me ha dado estos últimos años, y es alguien realmente importante para mí, también estoy seguro de que siempre lo será, por mucho que hayamos roto hoy. Pero uno no elige de quién se enamora, y creo que desde que llegaste todo lo que creía claro ha dado un giro de 180 grados y... —Suspira, tratando de aclarar sus propias ideas. —Quiero decir que... También siento lo mismo por ti, Jungkook. —El castaño le mira, pellizcándose suavemente en el dorso de la mano, comprobando que no se trata de un sueño o una ilusión, porque Taehyung está ahí, brillando para él diciéndole que le corresponde, y que siente lo mismo, y no puede imaginar una sensación más perfecta combinándose en su interior. Siente repentinas ganas de acariciar su mejilla y opta por hacerlo, dejando que la ternura le inunde cuando el contrario casi ronronea sobre su piel. —¿Quién me diría que el chico con el que tanto jugaba y me reía de pequeño, estaría a mi lado mirándome como si fuera lo único para él en este instante? 

Jungkook desea besarlo, con todas sus fuerzas, pero entiende que hace apenas unas horas, el rubio acababa de cortar con su pareja, así que se alza ligeramente, rozando tímidamente con sus labios la frente del menor, el cual se ruboriza de forma adorable por el inocente beso.

—Tae... —Decide sincerarse también. —Discutí con mis padres porque... Les dije lo que sentía por ti. —Toma su mano delicadamente pues nota el escalofrío que recorre el esbelto cuerpo del chico junto a él. —Te amo... Y no quiero que jamás vuelvas a preocuparte por si te voy a hacer sentir inferior. Por primera vez en mi vida, siento que he hecho algo bien y ha sido todo gracias a ti. Jamás volveré a juzgar a los demás en función a su clase social o sus bienes, no volveré a convertirme en la persona que odio. —Y eso basta para que el rubio le abrace con ternura, Jungkook inundándose de todo el amor que el chico tiene para darle y queriendo complacerle con cada rinconcito de amor que guarda en su corazón.

—Eso... Eso era justo lo que necesitaba oír. —Murmura Taehyung, mirándole sonriente y tomando su mano aún con más fuerza. —También te amo, Jungkookie. —Dice antes de cerrar la distancia que los separa y darle un pequeño beso en los labios, el cual no es el mejor de los besos, pero sí el más bonito que el castaño jamás ha llegado a sentir.

Porque todo con Taehyung lo notaba como si se tratara de la primera vez, y eso no podía ser otra cosa sino mágico.

Su noche pasa más lenta de lo normal, ambos deseando con todas sus fuerzas que jamás llegara el momento en el que sus cuerpos dejaran de unirse como uno solo y sus almas no encajaran, porque jamás habían experimentado una sensación tan reconfortante como encontrarse en los brazos del contrario.


SUMMER PARADISE🏝 ••KookV••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora