Yuta está enamorado del payaso de su amigo Taeyong.
Esto puede ser bueno como malo, y es que por más que lance indirectas, el payaso de su amigo Taeyong es un experto esquivándolas todas.
A veces se pregunta si no será patético de su parte insistir con expresar sus sentimientos, pero, a la mierda, Yuta tiene 21 años; es demasiado joven y demasiado guapo como para sufrir aguantándose su atracción por el payaso de su amigo Taeyong.
Puede que se pregunten por qué insisto tanto con el "payaso", eso es porque Taeyong literalmente trabaja como uno. Así está de desesperado. Buscaba trabajo cuando Yuta leyó una sección en el periódico cual solicitaba un animador de fiestas infantiles, y como él sentía agrado por los niños, soltó "why not?". Se entusiasmó y llamó al número enseguida, mas el trabajo no resultó del todo sincero con lo de animador.
Por lo menos es bueno con los niños. Yuta nunca ha ido a una de esas fiestas que anima, donde se la pasa haciendo morisquetas o bailando o pintándole la cara a los niños con acuarela, aunque no niega que le encantaría verle en acción para burlarse de él.
Se conocieron durante una fiesta (de las de gente grande, eh), de esas que hace Jaehyun con la primera intención de "será una reunión bastante simple" y acaban haciéndole gritar "dios mío quién eres y por qué intentas embarazar a mi alfombra". Los presentó rápido, casi saliendo del paso mientras se escabullía con su novio Jungwoo a la pista de baile, pero ellos (Taeyong y Yuta) congeniaron al instante. Se pasaron la noche comiendo y bebiendo y molestando a Johnny quien se había hecho el peor de los peinados, bailaron hasta cansarse los pies y regresaron juntos por el camino con los pies cansados al descubrir que no vivían del todo lejos. El frío de la noche no fue problema para el humor de ambos, quienes echaban carcajadas y carreras al azar por la acerca. Al otro día el mayor lo siguió por Instagram y por allí se dieron las bases para su relación actual, relación a la que él desearía llevar al siguiente nivel, si tan solo Taeyong lo tomara un poquito más en serio.
Bueno, también pasa que Yuta no se pone serio. Ha salido con varias personas y siempre acaba dejándolas porque se aburre, como si se tratara de un videojuego que se torna fácil hasta hartar. Es como si le temiera al compromiso. Tal vez Taeyong esté esquivando sus flechas repletas de corazones por eso, porque a su diferencia Taeyong ha tenido un único novio a lo largo de su corrta vida y por lo que sabe le costó un infierno superarlo. Doyoung, su primo, le había contado al respecto. Un tailandés de rasgos finos que apareció y desapareció de la vida de todos en cuestión de un año escolar. Habían intentado mantener la relación a distancia solo para dañarse aun más los recuerdos y ya para cuando Taeyong tomaba la valentía necesaria para terminar, el chico le escribía un "gracias por todo y adiós" por vía texto.
Aaah, la vida le estaba cobrando todos sus descaros y él estaba dispuesto a pagar la cuenta. Comparten piso desde hace unos meses; Taeyong le trae algunos restos de comida de las fiestas infantiles cuando puede, que si pasapalos o chucherías, siempre pasando de las ocho de la noche. Yuta escucha la puerta y ya puede ver la escena incluso con los ojos cerrados. A su amigo con la cara marcada por el resto de maquillaje y pintura, arrastrando los pies hasta el baño, donde se echa un baño caliente y sale en su encuentro hacia la cocina. Él le espera recién colocando el plato calentado por el microondas sobre la mesa, con una torpe sonrisa y su muy repetido "hola, payaso ¿cómo te fue hoy?" y no importa cuán repetido o fastidioso suene, ¡es increíble! Taeyong dibuja una sonrisa igual de torpe, como si nada, y le responde "búscate una vida y déjame en paz, fanfarrón, pásame ese plato".
Comen juntos, conversan un rato en el cual las bromas rebotan contra las paredes y pese a ello no logran lastimarse pues existe ese tipo de confianza, en la cual nada hiere al otro ya que en realidad ninguno tiene esa intención. Se quieren: eso lo saben, aunque nunca se lo han dicho. Tienen una de esas amistades que es medio rústica medio cariñosa. Comen las salchichas picadas en forma de pulpo y los nuggets ya bañados en salsa, y luego recogen todo juntos; uno lava los trastes y limpia la mesa mientras el otro barre el piso. Finalmente, a eso de las diez, se van a dormir, y Yuta, camina despacio adrede, como si en realidad no quisiera irse a dormir. Solo en su habitación, en su cama, sin batería en su celular, se queda con la incertidumbre de todos los días. ¿Cuándo todo eso pondrá cambiar? ¿Cuándo le van a corresponder? ¿Cuándo se va a confesar?
Mañana podría tomar las manos de Taeyong y besarlas, podría dejarle tomarlo en las escaleras que dan a su departamento o podría regalarle el ramo de rosas más rojas y más grandes jamás antes visto. Podría dejar de esconder sus sentimientos tras sus bromas malísimas y sus juegos de coqueteo inservibles.
A la mierda, piensa de nuevo.
Se levanta bruscamente, su cama suena y le cuesta encontrar sus propios pies. Busca para la habitación de Taeyong y no va a perderse pues casualmente le queda al lado, no obstante más que perdido se sorprende al encontrarse al mismo en pleno pasillo. Sería la medianoche a esas alturas. Se escuchan los autos desde la calle y su corazón se apresura porque la valentía que había tomado al levantarse de su colchón sale disparada por la ventana. Jura que puede verla salir, allá va, por el cielo nocturno, como si fuera un home run. Afortunado quien la reciba.
"¿Qué haces despierto?" pregunta Taeyong, él entiende entonces que su amigo se dirige a la cocina; suele tomar mucha agua y probablemente se haya quedado con la boca seca después de tanto hablar. Yo podría quitarle la sed con mi lengua si tan solo me lo permitiera-
"Eh, Yuta ¿me oyes?".
Debe responder algo inteligente para no querer lanzarse en parábola junto a su fallida valentía, por consecuencia, como buen cobarde, responde "voy al baño". Sus pies están por tropezar cuando huye, corre, así sea por unos cuatro metros nada más hasta tirar la puerta del baño, donde se deja caer despacio una vez está a solas. Ve los azulejos blancos y las cortinas de los minions que compró para la bañera hace unos meses, mientras su mente se hace y deshace en un desastre. Un día más sin decir nada directamente. Un día más soportando ese incordio en su pecho llamado amor juvenil no declarado. Taeyong lo ve alejarse entre la oscuridad de la noche, porque no hay otra luz que las que se cuelan de la calle; sabe que Yuta le ha mentido y que seguramente no querría ir al baño, pero sonríe. No debería pero lo hace, después de todo es un mal payaso y sus labios se estiran para que él cubra su boca reprimiendo una risa que, en realidad, es una mezcla de lástima y esperanza. Sí, una mezcla bastante peculiar.
Taeyong está enamorado del cobarde de su amigo Yuta.
Esto puede ser bueno como malo, y es que por más que lance indirectas, el cobarde de su amigo Yuta es un profesional ignorándolas todas.
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payaso ✧ yutae
FanfictionYuta nunca se imaginó que enamorar a un payaso sería tan complicado. | oneshot.