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—Muy bien chicos, eso es todo por hoy— exclamó el profesor Oh, levantando la vista al reloj del aula, el cual señalaba que faltaba menos de dos minutos para que finalizara la jornada escolar—. Nancy, Hyuna, deben ir al aula de maestros a ayudar al profesor Lee con unos papeles.


El rostro de la castaña se deformó en un gesto de indignación y molestia. Haciendo rechinar violentamente su silla, se levantó de su lugar dispuesta a reclamar al maestro.

—Es una orden— cortó el mayor antes de que la otra pudiera decir algo, terminando de acomodar unos documentos en su maletín y cerrándolo.

Apenas terminó de decir eso, la campana que marcaba el fin de las clases comenzó a sonar, provocando una estampida de alumnos en los pasillos y que el docente se retirara sin más.

—¿¡Y se puede saber por qué tenemos que ayudarlo!? ¿Esto es acaso una especie de castigo o algo así?— exclamaba Nancy con un tono despectivo—. Tengo una cita con el estilista en media hora, no puedo quedarme. Además, no tengo ganas de ayudar a ese sujeto.

Changbin se limitó a guardar sus pertenencias en silencio mientras rodaba los ojos. La voz de ambas chicas resonaban como chillidos agudos a la par que despotricaban contra el profesor Oh y sus "injustas" decisiones.

Harto de escuchar sus quejas, Changbin se giró hacia la molesta pareja y exclamó sin pensar.

—¿Se callarían de una buena vez si yo voy en su lugar?

Las dos lo miraron estupefactas, cruzando miradas antes de clavar sus ponzoñosas orbes en él con malicia. Changbin, por su parte, se golpeaba contra una pared mentalmente.

Joder, ¿en qué se había metido?

—¿Enserio? ¡Muchas gracias Changbin!— pronunció la rubia con un tono empalagoso que le provocó arcadas al pelinegro y le hizo morderse la lengua para no hacer una mueca de disgusto.

Se limitó a asentir, viéndolas dar la vuelta y salir moviendo de manera vulgar sus cortas faldas a la par que cuchicheban quien sabe qué. Una vez que ambas se perdieron de vista, se dirigió a paso rápido al aula de profesores, notando sus palmas comenzar a sudar y sus latidos acelerarse.

Una vez frente a esta, inhaló fuertemente en un intento (inútil, por cierto) de tranquilizarse antes de dar un par de golpes a la madera, escuchando una respuesta afirmativa para que entrara. Abriendo y entrando rápidamente se dirigió al último cubículo, donde yacía el puesto del maestro Lee.

Respira, trató de serenarse, sólo vas a hablar con él.

Conforme se acercaba al lugar, fue capaz de apreciar una pila de papeles esparcidos por todos lados y envases de café vacíos. Desviando su mirada de ello, finalmente notó que el profesor se encontraba completamente inmerso en calificar unos trabajos, los cuales reconoció como los que había asignado a todas las clases la semana anterior.

—Señor, el maestro Oh dijo que necesita ayuda con algo y me ha enviado para auxiliarlo.

—Si no mal recuerdo Sehun me comentó que serían dos chicas, no un joven— exclamó volteándose rápidamente, posando aquella oscura mirada sobre él. Por su parte, un suave estremecimiento recorrió su columna cuando sus ojos conectaron con los ajenos.

professor lee 「changlix」 ✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora