C 1

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-¡No lo hagas, por favor!

-...

-¿Estás bidsfdgdfh

Miró hacia la ventana, estaba cerrada. Luego a la puerta, también lo estaba. ¿Por donde ha entrado? Volvió hacia los verdes ojos de la muchacha. La sorprendió que no apartara la mirada, pues casi nadie era capaz de aguantar verla directamente a los ojos. Sin embargo, esta chica lo hacía sin ningún problema. En su lugar, se podría decir que casi la intimidaba a ella.

- ...

- No me estabas escuchando, ¿verdad?

- ¿Cómo entraste? Está todo cerrado.

- Eso no importa.

- ¿Por qué lo hiciste?

- No podía dejar que lo hicieras.

- ¿Por qué no? No me conoces.

- Sí que te conozco, y aunque no lo hiciera, eso daría igual. No permitiría a nadie.. hacer eso..

- ¿Eres una acosadora o algo?

- ¿Qué?

- Dices conocerme pero.. no te he visto jamás.

- Es una larga historia.

- Cuentalá, ya arruinaste mis planes, tengo tiempo de sobra.

- Ahora no es el momento.

- ¿Por qué no lo es?

- Porque no lo es.

- Eso no es una razón.

- ¡Qué cabezona eres! Por lo que me contaron nunca habría pensado que eras tan habladora.

- ¿Quienes?

- Nadie.

- ...

¿Alguien habría hablado de ella a aquella muchacha? ¿Que cosas sabría y que cosas no? ¿La enviaron porque sabían lo que intentaría hacer? Tras unos minutos de silencio incómodo con una encima de la otra mirándose a los ojos, al fin una de ellas se decidió a hablar.

- ¿Podrías, por favor, quitarte de encima?

- Ah, claro pero con una condición, promete que no harás nada raro.

- ¿Nada raro? Lo dice quién invade una propiedad privada, apareciendo de la nada y abalanzándose sobre la gente como si nada..

- ¡¡Fue por una buena causa!!

- ¿Qué sabrás tú?

- Sí lo sé, te dije que te conozco, se que eres una buena chica, inteligente, con muchas responsabilidades...

- Eso podría decirlo cualquiera.

- ¡Pero yo no soy cualquiera!

- Sí que lo eres..

- ¡No! Mmm.. Sé que te gustan los osos y los dulces.

- ... - Cómo podría saber eso, si ni su mejor amiga lo sabía.

- Eso no lo puedes discutir eh. Te ayudaré con esa pesada carga, si me dejas..

- Tú eres la mayor de las cargas... sigues encima.

- Ah, lo siento.

Se tiró a un lado y luego se incorporó, quedando sentada al lado de la otra chica, que también se sentó.

- ¡Y bien! Y ahora ¿qué harás? ¿Ya se te pasó esa estúpida idea?

- No te entrometas.

- Anda, por favor, si lo haces nunca me conocerás.

- No pretendía hacerlo.

- ...

Observó como la chica se entristecía. No sabía quién demonios era, ni qué hacía allí, ni porqué ese empeño pues aunque la "conociera" ni siquiera tenían una relación cercana. Pero ahí estaban las dos, sentadas en la cama mirando al suelo. Levantó la cabeza, cerró los ojos y respiró hondo. Cuándo los volvió a abrir, se dio cuenta que estaba tumbada en la cama. Miró alrededor de la habitación. No había nadie más allí. ¿Todo había sido un sueño?

¿El sueño que le salvó la vida? [Citrus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora