•EL PRINCIPIO•

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Me llamo Dayneris Maddox. Aunque desde hace un tiempo comencé a ser llamada la hija de la luna. Te contaré mi pequeña historia. Una historia que comienza cuando tenía 16 años.

Provengo de la descendencia de los dioses que hace miles de años dieron su bendición a cierto grupo de humanos que se mantuvo en secreto del resto del mundo hasta el día de hoy.

Nos llaman los elementales, personas con poderes provenientes de la naturaleza (fuego, aire, tierra y agua) junto con algunas de sus variaciones (hielo, hierro, lava,). Cada individuo nacía con el poder de controlar alguno de estos elementos. Y aunque pasamos a la historia como una leyenda más, nuestra comunidad sigue en pie. Tenemos nuestras propias ciudades , escuelas, hospitales y demás. Aunque no estamos limitados a simplemente permanecer allí. Podemos mezclarnos con el mundo humano siempre y cuando nuestra identidad y poderes no sean descubiertos.

A pesar de ser mayormente una sociedad pacífica, se nos enseña en algunas escuelas a defendernos y atacar con nuestros dones.

Entre esas personas, rara vez nacen niños capaces de poder controlar todos los elementos. Pará mí desgracia o mi fortuna, yo fui una de ellos.

Los que tenemos este padecimiento recibimos el apodo de dotados y tenemos que asistir a la Academia Madre Tierra. Un internado estricto al cual se ingresa en cuanto se manifiesten más de 2 poderes en un infante (por lo regular a los 5 años) . Tiene la finalidad de crear personas perfectamente capaces de manejar sus poderes para ser usados como futuros guerreros ante cualquier indicio de guerra o revuelta. Era algo en lo que simplemente no teníamos elección, ni el niño, ni la familia. Se vendía como una escuela 5 estrellas totalmente gratuita que educaria perfectamente a cualquiera.

No voy a mentir, nos trataban de maravilla pero el trasfondo de la citación llegaba a causar repulsión . Al ser pocos, la atención de la escuela era extremadamente buena. Al llegar, para sentirte bienvenido un niño un poco más grande que tu te daba un recorrido de todas las instalaciones siempre bajo la supervision de una nana. La nana se encargaba de la crianza de la niña o niño desde que llegaban.

El diseño del lugar sorprendería a cualquiera. Tenía alrededor de 4 edificios perfectamente alineados, campos de entrenamiento bien equipados, un pequeño bosque, alberca techada, un pequeño parque con algunos columpios, una enorme biblioteca que daba la sensación de tener todos los libros del mundo. Los dormitorios parecían un pequeño departamento de soltero, equipados con una cocina funcional, un refrigerador lleno de comida saludable, 2 cuartos (uno para la nana y el otro para el niño), baño, radio, un pequeño sofá y diversos juguetes. Decorado de una manera que te resultaba acojedor todo.

La finalidad de toda esta comodidad era simple. Los poderes provienen en gran parte de los sentimientos de la persona, aunque a medida que creces comienza a afectar menos este factor, de niño es fácil perder el control si no estabas del todo consciente de cómo te sentías.

El día que llegue a la academia me recibió un niño tan solo 2 años mayor que yo, sin saber que se convertiría en uno de mis mejores amigos, Thomas Jackson. Aunque el tiempo lo halla cambiado físicamente, en algunas ocasiones seguía siendo el mismo niño nervioso pero extremadamente alegre que de ves en cuando daba miedo si se enojaba. Debido a sus hermosos ojos azules me había enamorado cuando tenía alrededor de 12 años. La manera en que me hacía reír cuando me sentía estúpidamente desanimada logró cautivarme de una extraña manera.

Seguido le causaba problemas por abrir la boca de más. Solía permanecer castigada largos periodos de tiempo por el simple hecho de alzar mi vos y tratar de hacer valer mi opinión. Pero mis argumentos nunca eran bien recibidos. Siempre se me recordó que tenía que obedecer sin preguntar absolutamente nada y que por más que me esforzara, jamás llegaría a tener un buen puesto por el hecho de ser mujer. Detestaba que me hicieran odiar mi género solo por que tenían miedo de lo poderosa que podría llegar a ser si estuviera en un alto mando. Así que me propuse demostrarle a todos que sería mejor que cualquier persona del lugar. Tenía hasta los 20 años para lograrlo, ya que en ese momento sería trasladada a alguna base del ejército.

Durante mi infancia conocí a otra persona que se volvió muy cercana a mi. Hazel. Ella era realmente un sol, hacía que me quisiera levantar en esos días en los que ya daba todo por perdido, sus hermosos ojos verdes me hacían desear ir al campo. Me enamore de su sedoso cabello rubio que caía delicadamente sobre su espalda hasta llegar a sus caderas y la forma en que podía poner en su lugar a cualquier persona que tratara de sobrepasarse o menospreciarla. Renuncie a mí enamoramiento debido a que a ella solamente le interesaban los chicos.

Ellos 2 fueron parte fundamental de mi crecimiento dentro de Tierra Madre, llenaron mis días de bromas, juegos y diversión. Apoyaban y respetaban mi sueño de llegar a ser la mejor, de vez en cuando entrenaban conmigo y poco a poco fui mejorando gracias a ellos.

Todo fluía de la manera más normal que se podía dentro de ese entorno hasta mi cumpleaños número 18.

Los 18 años era una edad muy especial por que significa cambios.

Se considera que es entrar en los principios de la madurez, el poder comienza a dejar de depender mayormente de los sentimientos y se conecta más al entorno y la fuerza vital de la persona.

A pesar de saber precisamente que es lo que le pasaría a mi cuerpo y a mi poder, no esperaba todo lo que pasó cuando cumpli esta edad.

Acompañame y te contaré mi historia.

Hasta aquí el primer capítulo, se preguntaran por que lo estoy volviendo a subir.
Es bastante simple, me gusta la historia pero no como la había escrito así que puede que existan ligeros cambios que me parecieron mejor.
Si no les agrada algo, haganmelo saber y veré si lo cambio.
Comenten todo lo que se les ocurra.





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