La belleza de la tormenta.

"Solo somos circunstancias que nunca elegimos ser"

Simpleza, Monotonía y Miedo.
Son las tres cosas que son capaces de destruir al ser más vivo y creativo que existe. Capaces de acabar con cualquier rayo de creatividad, animo o esperanza más veloz de lo que lees este párrafo.
En estos últimos meses, la meditación ha sido clave, el autocontrol escaso y los pensamientos avasallantes.Mi completa desaparición y alejamiento de la herramienta que me permite drenar un poco del universo que llevo dentro por propia cuenta me han dejado en una inmensa saturación de ideas sin alma.

Vasijas de buenas ideas sin espíritu que las llene.

Aquella recurrente presión en el pecho que ya se había convertido en un cliché en sí mismo, se había ido pero, esa libre presión también se llevó mi aprecio hacia lo pequeño y más importante, mi perspectiva poética. Al despertar con la cabeza vacía, sin problemas, sin “tormentos o cargas”. Todo era un poco más “rápido” sin importancia alguna, hacer lo que quieres o puedes y listo.

Cest voila

Comienza otro día con la misma importancia del anterior, sin darme cuenta entre en una monotonía enmascarada como libertad. Al punto que quiero llegar es que, sin problemas a los que mi mente necesitara prestar atención, deje de prestarle atención a las mañanas insípidas donde el silencio daba una sinfonía digna de la mejor opera. El frio tomando todo mi cuerpo dándome una sensación mágica, las noches de desvelos donde los pensamientos y arrepentimientos acompañaban a la hermosa soledad para dar un catártico despliegue de sentidos y emociones que chocaban.

Aquellos momentos donde el tiempo desaparecía y tu mente tomaba el control de tu realidad.

Todo eso simplemente, desapareció y por eso mismo mi mente no poseía el mismo universo que normalmente albergaba, por eso mismo, aunque grandes emociones me llenaran y destrozaran, las palabras, la máquina de transmisión de mi alma. Hicieron lo mismo que un pájaro viejo

Dejaron de volar, y poco a poco fueron engullidas por el imparable tiempo para morir sin ningún tipo de gloria o importancia.

Esta hermosa noche, el aburrimiento y la estupidez, me han llevado a recobrar aquella perspectiva que había perdido, los pensamientos, las sensaciones y emociones. Vuelven a bailar en el gran salón de mi mente.

Lo que me lleva pensar que, a veces, solo a veces, la despreocupación y la simpleza, por muy liberadoras que sean, pueden matar cualquier pizca de creatividad. Quizás, solo quizás, los problemas, los obstáculos más pequeños sean los que llenen nuestro mundo de esencia.

Quizás, la tranquilidad, no sea lo que realmente necesito después de todo.

Por eso mismo y por todo lo demás, les doy las gracias a todas aquellas personas que hayan leído alguno de mis párrafos, usado algunas de mis frases o se haya inspirado con alguno de mis escritos.

Espero que lo hayas disfrutado, sin nada más que idealizar, este vagabundo se despide.

Au revoir- Kei Lo’an~