El fin del inicio.

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Feliz año nuevo y prospero también.

Este episodio pudo haber quedado un poco Occ con los personajes, pero si no lo hacia así todo cambiaba, y a decir verdad me fascino mas esta versión que la antigua.

.....♥

Los copos de nieve caían a través del cristal, el cual empañado de por el calor de la cafetería daba mucho que desear. Aunque a Seijuro no le molestaba en lo absoluto. Le agradaba la sensación de calidez que llenaba por completo la habitación, eso junto al olor de café y chocolate le relajaban.

Lanzo un suspiro al aire y despojo de sus manos la tela que le daba un atisbo de temperatura. Dejando sobre su costado la bufanda y encargo a la mesera un par de chocolates. Su pareja no tardaría ya en llegar. Confirmo su teoría cuando  la campana sonó estrepitosamente.

Su cabello naturalmente puntiagudo yacía caído por el grumo blanco derretido; llevaba el fourlard que tenían a juego hecho un desastre y sus dedos se veían pálidos por el frio que recorrían las albinas calles de Kyoto. Quizás y había corrido desde la estación de tren para llegar a tiempo a su cita de año.

Admitía que le sorprendía que Furihata no se perdiera con las pocas veces que estuvo allí; algo le decía que sus compañeros de Rakuzan tenían que ver con ello. En especial Reo, el morocho tenia una fijación especial con el castaño. Extraño, y un poco obsesivo.

—Siento la demora Sei, me perdí un par de calles atrás. — Salio de sus cavilaciones al escuchar la explicación de Kōki. Alcanzando sus manos sobre la mesa percibió la temperatura que en estas persistencia; lo miro inquisidoramente. La risita nerviosa que se le escapo fue lo suficiente para rendirlo.

Resignado las cubrió con las propias y soplo entre el hueco, dejando que el calor inundara su piel e hiciera la sangre fluir. Inconsistente de la acumulación que asistía a los mofletes contrarios, puesto que sus ojos se encontraban cerrados. Kōki moría de pena. Escabulléndose de su agarre se coloco frente suyo, desviando la mirada.

Akashi sonrió con ternura y rempujo suavemente el vaso de plástico hacia él; ofreciéndole el valiosos liquido que subiría su animo y aseguraba tranquilizaría a su nervioso novio. El castaño lo acepto lanzando un soplo de satisfacción, lo miro relajarse y regresarle la inspección.

— ¿Esperaste mucho? — Su pregunta lo descoloco un poco. No tenia sentido ya que estaba a un poco mas de quince minutos antes, la ansia no le dejaron quieto todo el día por la mañana ni parte de la tarde, He ahí su inquietud. — ¿Seijuro?

—Esa debería ser mi linea, estaba afanoso de verte. —Posiciono su cabeza sobre su mano, dejándose llevar y aclarando la situación. — La pregunta aquí es por qué llegaste antes, a decir verdad esperaba que llegaras un poco tarde.

Furihata se atraganto con el sorbo del chocolate, sonrojándose cuando se percato de las palmadas en su espalda; el pecho de Akashi quedaba a milímetros de su rostro, inhalando la colonia que usaba. Tal vez no fue el único en ponerse histérico.

—Mamá dijo que si no me iba se arrepentiría. — Exclamo cuando el ataque de tos paso. Su enamorado rio un poco, sin alejarse mucho del chico. — Creo que es capaz, y más en estas fechas.

— ¿De verdad esta bien que estas aquí conmigo y no con tu familia? —Volvió a sentarse con calma, portando su característica mirada de estoico. — Para tu madre debe ser importante la llegada de año nuevo, ¿Cierto?

El entorno entre ellos se volvió tenso y comprometido. Nadie dijo una sola palabra por un par de segundos en donde el mas pequeño de los dos trato de sosegar el ambiente. Froto con culpa su cuello, removiendo en el acto el pañuelo escarlata en su garganta. El recuerdo de ese data llego como relámpago a su memoria.

SencillamenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora