- Heechul - le dijo Donghae mientras posaba su cabeza en el hombro de su hermano - Me has hecho mucho daño, haciendo parecer el matrimonio tan sencillo.
Heechul rió suavemente, abrazándolo.
- Oh, querido. Si te he dado esa impresión, me disculpo. No lo es. Especialmente cuando ambos son de carácter fuerte.
- Los consejos de los donceles de los periódicos dicen que uno debe dejar a su esposo tener la razón la mayor parte del tiempo.
- Oh, mentiras y mentiras. Sólo deja a tu esposo pensar que tiene la razón. Ese el secreto para un matrimonio feliz.
Ambos se rieron y Donghae se sentó.
Habiendo puesto a Luhan a hacer su siesta de la mañana, Heechul había ido con Donghae al salón familiar, donde se sentaron juntos en el sofá. Aunque Henry había sido invitado a acompañarlos, el había declinado amablemente, sensible al hecho de que Heechul tenía una relación más maternal con Donghae que él.
Durante los dos años que Henry había estado fuera en la clínica de sanación en Francia, recuperándose de los daños de la escarlatina, Donghae se había vuelto incluso más cercana a su hermano mayor. Cuando Donghae deseaba divulgar sus pensamientos más privados y problemas, Heechul era con quien se sentía más cómodo.
Una bandeja de té había sido traída, y había un plato de tarta de melaza hecho de acuerdo con la vieja receta de su madre, tiras de bizcocho de mantequilla cubierto con jarabe de limón y dulce rallado.
- Debes estar exhausto - le remarcó Heechul, poniendo una amable mano en la mejilla de Donghae. - Creo que necesitas una siesta más que el pequeño Luhan.
Donghae sacudió la cabeza.
- Más tarde. Tengo que tratar de resolver algunas cosas en primer lugar, porque creo que Hyukjae puede llegar por la noche. Por supuesto, puede que no, pero...
- Él vendrá - le dijo una voz en la puerta, y Donghae levantó la mirada para ver a su anterior compañera.
- ¡Señorito Sungmin Marks! - exclamó, incorporándose.
Una brillante sonrisa se dibujó en la cara del señorito Sungmin Marks, y llegó a Donghae rápidamente, atrapándolo en un cálido abrazo. Donghae podía decir que él había estado fuera. En lugar de su usual aroma a jabón y almidón, el llevaba el olor de la tierra, las flores, y el calor de verano.
- Nada es lo mismo sin ti aquí - le dijo el señorito Sungmin Marks -. Es todo mucho más silencioso.
Donghae rió.
Retrocediendo, el señorito Sungmin Marks se apresuró a añadir:
-No quería dar a entender...
- Sí, lo sé. - Sin dejar de sonreír, Donghae la miraba con curiosidad. - Qué hermoso que está. Su cabello... - En lugar de estar bien peinado y colocado, estaba desordenado. Y la sombra indescriptible de color café había sido aligerada por un tono oro pálido brillante. - ¿Es ese su color natural?
Un rubor recorrió la cara del señorito Sungmin Marks.
- Voy a oscurecerlo de nuevo tan pronto como sea posible.
- ¿Es necesario? - le preguntó Donghae, perplejo. - Es adorable de esta manera.
Heechul habló desde el sofá.
- No recomendaría aplicar ningún producto químico por un tiempo, Sungmin. Puede que su cabello esté muy frágil.
- Puede que esté en lo cierto - le dijo el señorito Sungmin Marks frunciendo el ceño, consciente de estirar los dedos hacia las doradas y brillantes hebras.
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Tientame al amanecer [EunHae] Libro 3
FanficHyukjae era todo lo que Donghae había jurado evitar. Donghae Hathaway ama a su familia poco convencional, aunque Donghae anhela normalidad. Entonces el destino conduce a una reunión con Hyukjae Rutledge, un propietario de hotel enigmática e inventor...