Prólogo

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—Eso es una mierda—reí y ___ me empujó mirándome mal. —Gordita—me quejé y esta rio sacándome la lengua. —Ya, ya, me rindo, tu ganas—bufé y esta sonrió.

—Yo siempre gano, pregúntale a Justin—dijo y reí negando. Eso no se lo discutía; ella siempre obtenía lo que quería. Como ahora, perdí la apuesta y ahora tenia que hacerle la tarea de economía. Un verdadero fastidio porque yo era malísimo en esa clase. Así que estaba jodido. ¡Jodido! ¿Qué mierda iba hacer ahora? La tarea era para mañana y debía hacerla doble.

—¿Por qué mierda me pides que haga tu tarea cuando Justin puede hacértela? —pregunté siguiéndola molesto y esta rodó los ojos. Ella sabia que tenia razón; el cabrón de Justin era buenísimo en las matemáticas. Así que podía hacer nuestra tarea.

—Porque le quita lo divertido a esto—se burló mirándome de arriba abajo y la miré mal. Tenia suerte que estaba embarazada de bolita, sino estaría jodida. Bueno y yo porque Justin me mata si le hago algo a su gorda. —Yo no sacaré cero, pero tu si así que yo que tu busco quien me haga la tarea—rio sentándose en la silla y me senté detrás de ella. Odiaba estar al frente de la clase, me recordaba a los tiempos en la secundaria cuando era un nerd. La gorda era una nerd, pero yo no así que prefería sentarme detrás de ella para copiarme y molestarla. Además, tenia una perfecta vista del par de tetas de Amber, la chica que suele sentarse al lado de gordita.

—A ver a ver quien me follo hoy—murmuré en su oído y esta rio negando. Miré alrededor del salón y me quejé. En esta clase la mayoría de las chicas eran feas o estaban con novios, las pocas lindas ya me las había follado y eran pésima follando, imagínense en matemáticas. —Esa—señalé a la pelirroja que entraba al salón.

—Ya te la follaste—murmuró ___ y fruncí el ceño mirando a la pelirroja. ¿Ya lo había hecho? Me encogí de hombros; sino la recordaba es porque fue una pésima follada. —Esa también—rio hablando de la rubia. —Y esa, y esa...—siguió señalando y rodeé los ojos. —Espera, esa no—murmuró y miré la entrada. Abrí la boca sorprendido al ver la morena que acababa de entrar; nunca la había visto. —De seguro es la nueva—susurró y asentí sin dejar de mirarla. ¡Era preciosa! Tenia los ojos mas hermosos que había visto y eso que había visto muchos. Sus ojos verdes se encontraron con los míos y tragué saliva al ver su sonrisa. ¡Mierda! Era la chica mas hermosa que había visto. —Cierra la boca, te entraran moscas— se burló y negué aun mirándola. De seguro parecía un idiota mirándola, pero no podía evitarlo. ¡Era hermosa!

—Es preciosa—susurré aun mirándola y esta sonrió con las mejillas rojas mirándome. Lucia tan adorable y a la misma vez tan sexy. ¿Eso tenia sentido? Negué incrédulo; no, no tenia sentido. ¡Ella no era real! —Ve y háblale—le dije a ____ que rio negando. —Ve, me lo debes gorda—bufé y esta me miró mal.

—¿Estas hablando enserio? —preguntó y asentí. Hablaba mas que enserio; necesitaba saber quien era esa chica. ¡Ahora! —No—dijo y la miré mal. ¿Qué le costaba hacerme este favor? —Chaz, no te acomodaré a esa chica para que folles—bufó y apreté la mandíbula.

—Sino lo haces, no te diré la sorpresa que te tiene Justin—dije y esta frunció el ceño. Sabia que había dado justo en el clavo. Ella moría por saber que Justin estaba tramando, pero no iba a decirle. El cabrón me hizo jurarle por mi vida que iba a guardar su secreto, pero no cuando esa preciosura estaba mirándome. —El tiempo corre gorda, ve y háblale—dije y esta se quejó poniéndose de pie. —Y con suerte, siéntala a tu lado—sonreí emocionado y esta bufó.

—Bien—se quejó antes de acercarse a la chica y tragué saliva al ver como me miraba. Esperaba que la gorda no dijera nada fuera de lugar, mucho menos que me dejara en ridículo. Me tensé al ver como ambas se acercaban y sonreí nervioso.

—Hola, soy Carly—se presentó la chica y sentí mis piernas flaquear. Joder, que sexy voz tenia. —¿Y tu? —preguntó y sentí el codazo de ____. Carraspeé nervioso y sonreí con chulería. Era ahora o nunca.

—Charles, pero para ti preciosa; Chaz—contesté y esta se sonrojó aún más. Joder, ¿Por qué era tan hermosa? Hacia que tartamudeara y me sintiera nervioso. Yo nunca me ponía nervioso con una chica; todas eran lo mismo. Una simple follada, ¿pero porque con ella no?

—Mucho gusto Chaz—susurró a mi lado y me tensé. Olía a frutas y eso me volvía loco. —¿Puedo sentarme aquí? —preguntó señalando el asiento a mi lado y asentí repetidamente.

—Todo tuyo preciosa—sonreí haciéndola sonrojar aun mas. Ella no tenía idea de que íbamos a compartir más que una silla.

Oh dulce Carly, prepárate para compartir un paraíso

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Paradise {Chaz & Carly}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora