Todo principio tiene un fin.
Era una filosofía cierta la cual se ve reflejada en cada una de las cosas; el día se acaba para dar paso a la noche, el amor termina, la felicidad en algún punto se vuelve tristeza y de esta forma, da paso a una nueva felicidad.
Nada es para siempre, todo es efímero.
Los momentos lo son.
Si recordaba cada etapa en sus dos últimos años juraba que podía llorar, reír e incluso enojarse, porque tuvo mucho trabajo en sus manos, mucho peso en su espalda, sin embargo, estaba a punto de dejar ir una parte de aquel peso, en prontos momentos debía decir adiós a una fase de su vida la cual había disfrutado tanto que sí, le asustaba decir adiós, simplemente no quería hacerlo.
Desde el inicio lo supo, supo que acabaría más rápido de lo esperado y no se preparó lo suficiente para dejar ir esa parte de él.
Y parecía estúpido, ilógico e innecesario hacer un drama por ello; para muchos era simplemente dejar una subunidad, estaban todos en un mismo grupo así que no era como si se dejarían de ver para siempre.
Error.
Era más que eso, mucho más.
No era solo dejar una subunidad, era dejar a sus amigos… era terminar un ciclo, como terminar un libro, una etapa, darse cuenta de que estaba creciendo, que en sus canciones ahora no haría parte y que la fase de niño soñador había culminado; que pronto, alguien más ocuparía su lugar y que el Mark de NCT DREAM dejaría de existir, ahora sería un Mark más adulto, uno más “maduro”.
Pero había que aceptar las cosas así, por más doloroso que fuera para él porque era doloroso crecer.
¿Lo había hecho bien?
¿Había dirigido al grupo como era correcto?
Esperaba que sí y que la persona que ahora tomara papel de líder lo hiciera mejor que él.
Mark esperaba quedar como el más bello de los recuerdos y cuando las nuevas personas llegaran, sin importar su ausencia lo reconocieran como fue, por lo que hizo y por lo que logró allí, con sus seis chicos.
¿No podía detener el tiempo por un momento?
Solo por unos segundos.
Quería rememorar todo, desde su primera era en NCT DREAM, la primera vez que subió al escenario con los chicos y el primer premio que obtuvieron, los viajes que hicieron, los conceptos que probaron; como vio crecer a sus amigos, cuando Jisung empezó a ser más alto que él y Jaemin se inactivó, las constantes peleas con Donghyuck que terminaban en risas y cómo detuvo peleas estúpidas entre los miembros.
El trabajo pesado, las canciones que compuso y el odio que llegó a recibir.
Todos eran una buena experiencia.Disfrutó.
Quería más.
¿Y si decía que tenía aun 18 años hasta el día en que Jisung creciera y los siete pudieran dejar la subunidad al tiempo?
¿No sería menos triste de esa forma?
Aun debían viajar más, aun debían ganar más, los siete, como equipo.¿No podía?
Respiró hondo, la respuesta era simple.
Ahora los seis debían trabajar sin él, bueno, los apoyaría desde lejos.—Hyung, ¿estás ahí?—el chico salió de sus pensamientos cuando escuchó a Jisung llamarlo. ¿Cuándo había crecido tanto ese niño?
—Sí, ¿pasó algo?—preguntó mirando a su amigo, el menor asintió.
—Vamos a la terraza, Chenle dice que Donghyuck está en videollamada para que podamos dar la bienvenida al año nuevo juntos.
Porque cuando dieran las 12:00 él ya no sería parte de DREAM.
El mayor asintió, siguiéndolo. Los demás miembros estaban allí también, aun con el duro trabajo iban a comenzar el año juntos, se acercó a ellos mirando su reloj, faltaban cinco minutos, solo cinco minutos.
—¿Por qué esa cara larga Mark? ¿Me extrañas tanto?—se burló Haechan tras la pantalla, chenle le había dado el celular a él porque sabía que era el más cercano al moreno.
—Ya quisieras, idiota.—contestó este, sonriendo con tristeza.—aunque también te extraño un poco, pero no es específicamente por eso.
—¿es porque ya te harás viejo, señor anciano?
—Tú también te harás viejo, ya los cuatro se hacen mayores de edad.—le recordó.
Haechan bufó, dándole una mala mirada.—Tu siempre tienes que dañar la diversión,—Repuso—pero dime, ¿Cuál es el motivo de que el gran Mark Lee, el Oh Canadá esté así?
—Ya no estaré con ustedes.—contestó, haciendo un puchero—bueno, contigo sí.
—Oh, eso… supongo que eso significa crecer.
—¿sí?
—Sí, mira, luego vamos Renjun, Jaemin, Jeno y yo, luego Chenle y Jisung será el último de la generación. En algún momento debía pasar, ahora tendremos nuevas oportunidades y proyectos fuera de NCT DREAM.—dijo—ahora falta un minuto para que acabe el año, ponme con el resto.
Mark hizo lo que el chico le dijo, todos se acercaron los unos a los otros y empezaron la cuenta regresiva desde el diez... y cuando fue la hora y los fuegos artificiales decoraron el cielo, empezaron a abrazarse, deseándose el año nuevo, con nuevas oportunidades, proyectos y metas por delante.
Oficialmente ya no era Mark Lee de NCT DREAM...
Bueno, al menos seguía siendo el Mark Lee de NCT. El primero, el joven “adulto” quien iría más alto; era momento de escribir una nueva historia, sus amigos terminarían la de ellos bien.
Porque todo principio tiene un fin, había llegado su fin en NCT DREAM pero aún así era hora de un nuevo comienzo.