XXV. La Última Semana En Japón

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Me despierto por el pitido de una alarma, abro los ojos con pesadez, quiero seguir durmiendo, pero cuando me acostumbro a la claridad de la habitación veo a Victor, observándome sonriente, noto como aún tiene su brazo en mi cadera, y como su mano me brinda caricias en la espalda -Buenos días -Ronronea sobre mis labios, y se inclina hacia mi, uniendo nuestras bocas en un lento beso.

-Buenos dias -Le contesto yo, cuando nos separamos, mientras una sensación de calidez se queda estancada en mi pecho.

-Tenemos que ducharnos, y vestirnos para ir al instituto -Asiento con la cabeza ligeramente, y muevo mi mano hasta llegar a su cara, posando en su mejilla y brindándole caricias -Te puedo dar una de mis sudaderas, después de todo no las uso.

-Siempre con camisetas y una chaqueta de cuero, un rebelde sin causa Blade -Ruedo los ojos y el sonríe ante mi pequeña broma, siento paz en mi interior.

-¿Seguro que no tendrás problemas con Jude? Siquiera le avisaste de que no irías a dormir, y mira que te lo dije cuando nos quedamos hablando hasta las tantas de la noche -Sonrío ante su preocupación, es tan mono.

-Tranquilo, yo me ocupo de Jude -Le guiño un ojo- Siempre se me ha dado bien hacerme la misteriosa -Ayer, después de acostarnos, quede recostada en su pecho por un largo tiempo, el cual estuvimos hablado de nuestra infancia o momentos divertidos que vivimos juntos, también decidimos que nadie debía saber sobre lo que sea que sea esto. Porque es solo nuestro y de nadie más, también acordamos en aprovechar la última semana que nos queda juntos, cuando me pongo a pensar en eso me entristezco.

[...]

-¿Nunca has ido a las playas del norte? -Le pregunto a Victor, mientras nos dirigimos a la sede del club, y el niega con la cabeza riendo un poco -Pues ya se lo que haremos esta tarde -Le sonrío de oreja a oreja, para presionar el botón para que se abra la puerta de la sala de reuniones.

Me encanta llevar sudaderas de chicos, por el simple echo de que son gigantes y te mantienen bien calentita , pero la ropa de Victor me gusta porque huele a el, por el simple echo de que le pertenece a él.

-Es invierno -Sigue hablando, cuando la puerta se abre, y entramos.

-¿Y que con eso? -Le pregunto obvia, me encanta ir a la playa tanto en verano como en invierno, aún que creo que prefiero ir en invierno así no hay tanta gente, a lo que el me mira levantando una ceja y negando con la cabeza.

-¿Veis? -Oigo la voz de Axel y me giro divisando a el junto a Mark y Jude, quienes me ven con una ligera expresión de sorpresa en sus caras- Dije que vendría hoy como si nada. Es típico que no nos cuente las cosas -Se burla de los otros dos, mientras yo levanto una ceja sin entender a que viene todo eso, y Victor va a su taquilla a dejar la mochila del equipo dentro, y sentarse al lado de Michael y Arion.

Así que soy el centro de atención, que bien, odio eso. Ruedo los ojos ante la atenta mirada de los tres mayores -¿Donde estabas? -Pregunta Jude, saliendo del mini estado de shock en el que se encontraba.

-Por allí -Digo quitándole importancia y me encojo de hombros, me acerco un poco a ellos.

-¿Con quién? -Vuelve a interrogarme Jude, sin quitar su ceño fruncido.

-Con alguien -Vuelvo a responder de la misma forma que antes.

-¿Haciendo?

-Cosas.

[...]

-Te dije que debíamos venir, es hermoso -Caminamos Victor y yo por la orilla del mar, metido nuestros pies en el agua y entrelazando nuestras manos.

Distancia [Victor Blade]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora