Era una mañana muy gris, seguía en el trabajo, mi dedo pulgar rosaba mis labios, mientras pensaba tras un escritorio en como se encontraría mi pequeña hija, yo no era el típico periodista famoso que siempre salía en televisión, todo lo contrario era escritor de columnas en los periódicos, un trabajo mal pagado por un esfuerzo muy escaso, las personas no solían reconocer el nombre de ''Francisco Saraí'', Sí y aparte de eso, por el apellido las personas se confundían y creían que una mujer era quien escribía estas columnas pero bueno, dejando de darle muchas vueltas al asunto, esta historia comienza en una fecha muy desastrosa, saliendo de mi hogar, tomé mi portafolio con temas de escritura la cual debía presentar el fin de semana, y emprendí camino hacia mi hogar, en el tren observaba como las personas platicaban de un tema en particular, escuché a una señora decir: ''Una niña asesinada'', lo cual trajo a mi mente mi pequeña hija, como todo padre, estaba preocupado por el bienestar de mi pequeña, nunca imaginé lo peor...
Llegué a la estación y como de costumbre, me acerqué a la tienda a comprar los ositos de goma color rosa que le fascinaban a mi hija, solía llevárselos como premio por haberse comportado durante el día, mientras los compré recordé como llevé una vez unos osos de color azul e hizo un puchero y una rabieta. Tomé un taxi le dí la dirección de mi hogar, y subí para emprender camino, en el transcurso inicié una plática amigable con el taxista, las típicas preguntas ''¿Cómo está la familia?'', ''Si tengo hijos'', y tal...
— Y.. ¿Cómo está la familia? Preguntó el taxista con un tono muy amiguero, parecía que solo quería buscar un tema de conversación.
— Pues.., ya sabes hubieron tragedias y pues ahora soy padre soltero. dije mientras el camino transcurría.
— Ya veo, tú y esa pequeña deben sentirse muy solos. Dijo el chofer mientras doblábamos una esquina, y a lo lejos se veían policías.
— Eh sí.., Dije algo confundido al ver tantas patrullas policíacas, procedí a pagarle al taxista y fui corriendo a mi hogar.
Mi mente me jugaba malas pasadas, pensaba lo peor, pero también cosas no tan graves, mientras me acercaba aún más rápido, me acerqué y un agente policíaco no me permitió el ingreso.
— ¡¿ES MI HIJA?! ¡¿ELLA ESTÁ BIEN?! Dije realmente preocupado, no recibía respuesta alguna y mi angustia aumentaba conforme veía que alguien salía de mi hogar con una camilla, en ella pude notar que una manta blanca con machas rojas cubría un pequeño cuerpo..
En ese momento sentí mi corazón quebrarse en mil pedazos, vi mi vida junto a mi pequeña irse tras mis ojos, los momentos que pasé con ella, las sonrisas y las lágrimas, todo se iba, las cenas, las noches de historias, el ''Papi cuentame algo para dormir'', ya no iba a estar más, apenas tenía 8 de edad, ya no cantaríamos juntos, ya no jugaría a las muñequitas con mi pequeña, al mismo tiempo veía como una ambulancia se la llevaba, mientras alguien con traje y una placa colgando del cuello se me acercaba, no pude aguantar más, empecé a romper en llanto al saber que era cierto, lo que nunca quise imaginar estaba pasando, la persona más importante para mí.., mi pequeña hijita, se había ido...
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Todos quieren ser libres.
Mystery / Thriller¿Pistas con sangre en un libro?, ¿Lograré atrapar a un asesino?, ¿Lograré llevarlo ante la justicia?, Veamos que pasa.