Pov Darien
--Pensé que tendrías claro a cuál de las dos princesas tienes que cortejar, Darien.—
Alzo la vista del tablero de ajedrez y dedico a Andrew una mirada interrogante.
--¿A qué te refieres?—
Él se dedica a continuar con esa estúpida sonrisa en su boca. Frunzo el ceño y mi caballero se echa hacia atrás en su sillón, hasta que su espalda descansa contra el respaldo.
--Bueno, se suponía que tenías que acercarte a Lady Rei, y en su lugar invitas a cazar a la prima equivocada.—
Yo resoplo, adueñándome de su alfil con mi reina casi sin pensar. Pasear con esa mujer ya es suficiente tortura. No tiene personalidad. Es una muñeca que lucir de mi brazo y poco más. Supongo que esa es, precisamente, la razón de que mi madre la haya escogido a ella. No quiere a nadie que piense, a una mujer que pueda interferir en los asuntos del rey. Que pueda, siquiera, interesarse por ellos.
--Al parecer la caza desagrada a mi prometida de maneras inimaginables. Supongo que no es el mejor de los pasatiempos para una dama de alta alcurnia como ella. Imagino que preferirá el bordado y los paseos en la seguridad del jardín.—
Se le escapa una carcajada y sus ojos destellan con malicia.
--Pero al parecer sí que es un deporte lo suficientemente bueno para las muchachas que se visten de hombre y caminan bajo la lluvia.—
Dejo los ojos en blanco, aunque no puedo evitar pensar que eso tiene algo de gracia. Recuerdo las palabras de Serena esta misma mañana, cuando me respondió que la lluvia no podría hacerle más daño que el aburrimiento, y eso me arrebata una sonrisa. Hay algo de indomable en ella, tengo que reconocerlo. Hay más orgullo en ese pequeño cuerpo del que debería, y también ganas de aventura. Si realmente fuera un hombre sería uno de nuestros soldados: arrojado y valiente, dispuesto a todo. Sin embargo, se supone que es una princesa...¿Está bien que sea así?
--Dudo que haya disparado a un venado en toda su vida.—Sugiero al fin, tras unos breves segundos de vacilación.—Pero si quiere jugar a cazar, dejémosla. Al menos será divertido para nosotros.—
--¿Y cómo ha ido el paseo con tu prometida?—
El cambio de tema no es de mi agrado. Tampoco el movimiento que hace, con el que pone en jaque a mi rey, aunque me había adelantado a este momento en mis planes. Es fácil seguir su razonamiento sobre estrategia.
--Es complaciente en cada una de sus palabras.—Le confío en el tono más neutro que consigo reunir.—Pero precisamente por eso es más obvio que solamente es un pájaro bonito que repite la lección. No espero sorpresas por su parte: será sumisa y hará exactamente aquello para lo que ha sido enseñada.—
--No sé por qué pones esa cara tan larga. La complacencia es una cualidad que tiene muchas ventajas.—Me anima con una sonrisa burlona.
--No creo que vaya a ser complaciente de "esa" forma en la que estás pensando.—
Él ríe y apoya la cabeza en la mano. Sus ojos verdes me taladran con un brillo pícaro.
--Es una doncella. Seguro que puedes enseñarle cómo agradarte, con el tiempo. Al fin y al cabo, su deber es hacer feliz a su esposo, ¿no es cierto?—
Aunque lo intento, no puedo realmente obviar su comentario. Intento concebir a la princesa de Veridian como una criatura diferente, pero simplemente no puedo. Andrew no la conoce. No es como él piensa. Creo que resigna a su destino, pero eso no significa que lo acepte de buena gana. De igual manera, el matrimonio no la complace. Simplemente hace de tripas corazón y se obliga a vivir con la carga del compromiso sobre sus hombros. Tampoco es una criatura apasionada, sino pasiva. No la concibo como una amante, solo como...un adorno. Una obligación que acatar.
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Secretos de luna llena: Alianzas
FanficAclaro que la historia no me pertenece es una adaptación de la Obra Alianzas de Iria G. Parente y de Selene M. Pascual. tampoco los personajes me pertenecen si no a Naoko Takeuchi. Una historia llena de amor, traiciones, alianzas entre enemigos y mu...