Si me dieran una moneda por cada vez que escucho a Megan quejarse del frío, sería la mujer más adinerada. Empezando desde ahora.
—¿Esas medias largas aplacan el frío? —cuestiona una vez salimos del auditorio en dirección a su casillero que está en el área de ciencias naturales—. Necesito una si es así.
Suspiro lento y veo el condensamiento de mi aliento en el aire gélido de la mañana.
Jadyer fue melifluo conmigo este día. Hace poco terminamos el último ensayo, antes de salir de vacaciones temporales, y me encanta que la sinfonía suene mejor de lo que esperaba. Tenía temor, en un principio, que no sepan la dirección que tenía planeada pero Samuel ayudo en llevar mi mensaje al actual líder de la orquesta. Jadyer lo hace bien y espero que en Soddaria solo hablen y presten atención a ese majestuoso sonido jovial.
Sin embargo, el ensayo fue un poco tenso ya que el profesor Noor se encontraba antes de que llegase, y dijo que, sin compartir muchas clases conmigo, vio el talento que tengo y que iba interceder con el señor Alex Harp por mi beca.
No guardo ilusiones, mas mentiría si digo que no me enternece ese acto.
Ahora todos lo saben; saben que perdí mi beca, pero no el porqué. Me gustaría librarme de esta carga también con mis padres pero sé cuan decepcionados estarían y prefiero vivir con esto a vivir con su falta de confianza.
Tampico quiero decirles que la beca no fue por mí, fue por Blyne y sus juegos sucios con mis papeles. Algo que aún nadie más que Marcell, el señor Harp y yo, sabemos.
Aunque Jadyer también —no sé cómo—, y agradezco su discreción.
—Uh. Hacen lo que pueden...
—¿Dónde las compraste? ¿En el super?
Asiento.
—Sí, aunque también venden por cualquier tienda de tejido o pasamanería.
Ella carraspea en advertencia antes de que mi lado derecho choque con el señor de limpieza y el tacho con ruedas que empuja. Gruñe como si de un animal salvaje se tratara y maldice hasta que se va. Solo tengo una vista del contenido de la basura para tomar la mano de Megan y correr en dirección opuesta a su facultad.
—¡Hey, mi facultad está al otro lado!
—Acompáñame —exclamo.
—¿Holly, qué sucede? —sigo corriendo y la nieve del camino impide que llegue a una velocidad adecuada. Es peor que las constantes de fricción o resistencia del aire—. Me estás preocupando. ¿El golpe tiene algo que ver? Ya ves, porque no me escu...
—Por favor, Meg.
A pesar de correr, oigo su respuesta—: Bien, bien, te sigo. Tampoco es que tuviera otra opción.
No me detengo y subo los escalones con el dificultoso trabajo de lidiar con el rebote de mi violín y abro las puertas dobles de madera. Una congregación pequeña de estudiantes lleva cajas o libros, en mano, mientras camina por los pasillos o hacia otras aulas en busca de sus pertenencias.
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Donde está el arcoíris
Teen FictionHolly Sink es buena huyendo. Huyó hacia Fareven, lejos de todos sus sentimientos, lleva un violín atado a su cintura y una tupida falda de tull como escudo. Su vida reciente como universitaria no parece tan mal hasta que conoce la debilidad de todas...