Bitácora. Asami Sato. 8
26 de Junio.
Tras la partida de Korra me encaminé de vuelta al coliseo y al pasar por las calles me resultó imposible no notar que todas las miradas se enfocaban sobre mí, no había una sola persona que no me observara con ojos expectantes y aunque no es extraño que los rebeldes me vean y saluden cuando ando por las calles, si me extraña que esta vez no haya ni una sola persona mirando hacia otro lado y que todos se encuentren en silencio.
Sus rostros no me indican que deba preocuparme pues veo que se muestran más curiosos que otra cosa, Korra se ha ido y Kuvira no tiene la condición física para ser reconocida como la líder suplente así que yo soy la máxima figura de autoridad en este momento y aunque me encuentro acostumbrada a ocupar el puesto de líder... debo admitir que con los rebeldes me siento un poco nerviosa pues con ellos las cosas funcionan diferente, con ellos debo mostrarme fuerte y no dudar públicamente ya que si lo hago doy lugar para que otra persona cuestione mis palabras, si eso llegara a ocurrir cabe la posibilidad de que el grupo se divida y yo deberé enfrentar en una pelea a la persona que se haya atrevido a cuestionar mis decisiones y entiendo que en ese tipo de peleas solo puede haber un sobreviviente porque solo puede haber un líder, no hay lugar para los alborotadores, tendría que asesinar a quien fuera que se aventurara por ese camino así que quisiera evitar que eso ocurriera pues lo que menos deseo es que las cosas lleguen hasta ese punto, no quiero lastimar a nadie, incluso si se trata de Kuvira.
Al llegar al coliseo me dirijo al trono de la arena, el trono que ocupó Bumi, luego Korra y ahora yo. Lo examino cuidadosamente antes de sentarme, puedo ver que está elaborado con una amplia variedad de chatarra, Bumi tomó todo tipo de trozos de metal y los fundió juntos para darles la forma del trono, eso le da una apariencia tosca e imponente, el trono es llamativo y hace resaltar a quien sea que se siente sobre él.
Tras sentarme comienzo a ver alrededor, no hay un solo rincón de la arena que no esté al alcance de mi vista, es claro que este trono no fue puesto aquí por coincidencia, el líder es capaz de ver todo lo que ocurre dentro de este recinto mientras las peleas están en curso lo que hace evidente que Bumi sabía exactamente lo que hacía cuando colocó este trono.
Sin querer mi mente comienza a divagar, recuerdo a Korra y la manera tan natural en que se posiciona sobre este mismo trono, se le nota relajada pero imponente, los ojos de La Guerrera del Sur analizan todo lo que está a su alcance, si la observas bien te das cuenta de que a lo largo de los combates su mirada no se encuentra completamente enfocada en las personas que se enfrentan dentro de la arena, solo se concentra en ellos cuando la pelea está llegando a su final pero a lo largo del resto del evento ella se encuentra observando todo y a todos sin decir nada.
Ahora que lo pienso hay algo sobre La Guerrera del Sur que me vuelve loca, no sé si se trata la manera en que camina o como habla, ella se dirige a los demás con autoridad, no hay un solo rebelde en esta alianza que se atreva a contradecirla. Cualquier decisión que ella tome será respetada por todos y no habrá cuestionamientos, la respetan pero también la aprecian.
Creo que entre su apariencia, su actitud, carácter y la manera en que lidera este lugar no puedo encontrar la forma de quitarle la mirada de encima cuando la tengo cerca, Korra siempre logra sorprenderme, la verdad es que no esperaba que hablara como lo hizo ayer por la noche, no esperaba que revelara su plan abiertamente y lo que me sorprende aún más es el apoyo que recibe de su gente, esos rebeldes que por años habían intentado cazar y destruir al Avatar ahora apoyan su causa, claro que ellos no saben que Korra es el Avatar pero sin querer han caído en el plan que el maestro de los cuatro elementos ha intentado plantear desde hace generaciones atrás.
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Futuro Incierto
FanficEn un mundo en agonía no existen más los maestros de los elementos, corre la leyenda de que prevalece un solo maestro, el más grande de todos, el Avatar, pero pocos saben de él en tiempo real, en un mundo al borde de la extinción total no se pueden...