One Kiss ✧ Kookmin {OS}

Solo un beso.

– ¡Bastardo!

KingTT te ha matado.

– He sido su objetivo en todas las partidas –gruñó el castaño– Pero la tercera es la vencida –pronunció mientras tronaba sus nudillos– Y de esta no te salvas hijo de puta– prometió mientras empujaba su lengua contra su mejilla.

Jungkook le dio a comenzar una nueva partida y de inmediato buscó a su rival, porque obviamente, ya era un asunto personal y debía aniquilarlo.

KingTT se encontraba en el bando contrario, era rápido y muy astuto. Jungkook jamás había tenido tanto problema en matar a un adversario como ahora y eso lo tenía con un pronunciado ceño entre las cejas, él no perdía, él hacía al resto perder. Era un ganador por naturaleza y por eso se estaba bastante frustrado al descubrir que su técnica habitual no funcionaba contra ese jugador.

Le costó unos treinta minutos localizarlo y al momento de hacerlo, pudo notar con cierto agrado que se encontraba solo, no tenía a ningún aliado cerca. Pan comido.

El castaño rodeó a su contrincante. Quería tomarlo desprevenido y matarlo de una forma certera pero genial, por mera venganza. Tenía cierto honor y no quería matarlo de espaldas, Jeon Jungkook no era ningún cobarde. Se acercó sigilosamente, revisando una y otra vez si el perímetro estaba vacío, y así era. Tenía a KingTT justo enfrente, a unos diez pasos. El plan era plantarse ante él y acabar con su vida, así de limpio y fácil. Se acercó un poco más al monitor sobre su escritorio para ver mejor, ya que cualquier paso en falso lo llevaría a ser descubierto.

Lo tenía, justo ahí, esperando ser asesinado por su personaje. Jungkook sonrió triunfante y saltó frente a su enemigo, sorprendiéndolo con su presencia. Estaba a punto de presionar la combinación de teclas que lo llevaría al triunfo cuando alguien lo mata antes a él, por la espalda.

– ¡Me estás jodiendo! ¡De dónde salió ese imbécil! –gritó incrédulo.

Fairypjm te ha matado.

– ¡Y con ese nombre tan estúpido! –corrió la silla de su escritorio y tiró el mando sobre su cama– No puedo creerlo, renuncio –resopló el castaño haciendo un pequeño berrinche.

–Jungkook, ¿Qué mierda te pasa? –el nombrado descubrió su cara de entre sus brazos y realizó un puchero en acto reflejo. Miró a la persona que lo veía con odio desde su puerta. Se encontraba enojado porque de seguro lo despertó con sus gritos, y despertarlo siempre desataba tragedias.

– Lo siento hyung, es solo que un idiota no dejaba de matarme y cuando estuve a punto de vengarme, otro idiota salió de la nada y me mató de espaldas ¡De espaldas puedes creerlo! Como un maldito hijo de puta sin honor. Creo que no jugaré hasta el próximo año –concluyó resoplando.

– Muy conveniente –concordó su amigo– Cuando el próximo año es en unas horas.

– Exacto.

El chico ante él suspiró cansado y se pasó una de sus manos por la cara, manteniendo la otra sobre el pomo de la puerta ajena.

– Deberías dejar de jugar esa mierda, te pone muy chillón –Jungkook hizo una mueca– ¿Qué hora es de todas formas? –preguntó. El castaño miró en su monitor.

– Once y diez.

– Mierda –maldijo– Namjoon vendrá en veinte minutos, gracias por despertarme antes de que llegara, supongo –Jungkook sonrió y asintió. Se había salvado– ¿Vendrás con nosotros? –preguntó mientras se alejaba por el pasillo hacia su habitación.

Jungkook lo pensó un momento. No le gustaban las fiestas y menos si era en una discoteca abarrotada de personas. Arrugó su nariz ante el desagrado que le provocaba esa imagen. Luego pensó en el objetivo que tenía cada año y nunca cumplía. Mordió sus labios en un reflejo ansioso. "Año nuevo, vida nueva" se dijo, al fin y al cabo tenía veintiún años y debía disfrutar acorde a su edad, no le vendría mal salirse un poco de su zona de confort.