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— ¿Y si me das una? —Niego con la cabeza. — ¿Una solita, mami?

Cojo aire por la boca, Rose es mi muerte. Ha pasado una semana completa y al fin podemos llevarle al médico. Se ha estado portando muy bien estos días, sé porque lo hace, pero no lo va a conseguir.

—Ya dije que no, cariño. Y cuando mamá dice no, es no. —Enrosco la tapadera del bote de galletas. —Ve a lavarte los dientes, que en media hora nos vamos con la doctora.

—Pero mamá, Manuel se comió dos, y tú no me das otra a mí.

—Debe ser porque tu hermano no está castigado, y usted señorita, si. —La bajo de la banca en que le había sentado para que desayunara. —Ve al baño para lavar esos dientes. Que yo debo limpiar todo esto.

Deja caer los brazos a ambos lados, resignada y molesta por no conseguir su objetivo. Con un mohín que me da risa, pasa por mi lado dejándome sola. Mi hija es todo un caso.

Gail aparece en la cocina, pero lo hace demasiado tarde, puesto que ya tengo todo guardado en su lugar, me riñe por hacer su trabajo, pero no me gusta dejar mi desorden y que lo arregle otro. Beso su mejilla antes de alejarme de su lado, la aprecio mucho y ella lo sabe. Busco mi bolso en la habitación, y voy por mi hija. Danielle le estaba ayudando a ponerse muy linda, le indico que recuerde guardar las cosas de los niños para tener todo listo y no dejar nada. Paul y yo hemos decidido volver a nuestra casa, en vista de que mis padres se irán de viaje con los Zimmerman, no tiene ningún sentido quedarnos. Es por eso que después de despedirnos de ellos, nos iremos directamente a nuestro hogar. Le dejo cariñitos a mi niño, que fácilmente se queda con Danielle, mientras ella le muestra la cajita que el tío Ethan le ha traído para que desarrolle mejor sus habilidades.

—Mami, ¿Dónde está papá?

—En su trabajo, cariño. Cómo cada día. No sé si consiga alcanzarnos en la consulta, pero dijo que haría lo posible por llegar. —Sawyer detiene la puerta del auto para que entremos. —Luke, ¿Y Picky?

—Le ha tocado día de baño.

—Entiendo. Por favor, comunicale a Ever que todas sus cosas deben ir a casa, que se ponga de acuerdo con Danielle para que lleven todo.

—Perfecto, se lo comunico ahora mismo.

Subo al auto y veo como la puerta se cierra. Sawyer entra unos minutos después y le pone en marcha. Mi dulce señorita recuesta su cabeza en mi brazo, me parece que alguien planea dormir un poco en el camino.

***

Al llegar al hospital donde atiende la doctora, Sawyer nos deja en la entrada para ir a buscar estacionamiento. Muy al contrario de lo que creía, mi niña solamente buscaba la cercanía entre ambas, puesto que en cuanto nos sumergimos en el tráfico, no paró de hablar un solo minuto. Me adentro con la pequeña curiosa, cogida de mi mano, a Rose todo le llama la atención, sus ojos grises preciosos, viajan de un lado a otro por todo el lugar mientras cruzamos los largos pasillos. La cargo en el ascensor, puesto que sube muy lleno y lo que menos quiero es que la golpeen. Cuando las puertas se abren, salimos y vuelvo a dejarle en el suelo, caminamos hasta llegar al área de pediatría, donde le informo a la secretaria sobre la cita del hoy, y aguardamos a la espera en uno de los sillones.

Acomodo las coletas de mi hija antes de entrar al consultorio. Ella es la primera en pasar, y después le sigo yo. Escucho mi nombre justo antes de cerrar la puerta. Sonrío al ver que se trata de mi amor.

—Papi. —La pequeña se regresa para ser cargada por su padre, y recibir una serie de besos.

Paul besa mi mejilla antes de tomar asiento frente a la doctora. Ella empieza por revisar el expediente de la niña, luego nos hace preguntas de rutina, y finalmente, consigue que Rose deje las piernas de su padre para poder revisarla y hacer su chequeo. No ha sanado del todo, pero va avanzando, y la infección ha cedido, es evidente porque desde unos días atrás no ha presentado fiebre. Nos pide que continuemos dándole vitaminas para fortalecer sus defensas.

TRES ZIMMERMAN PARA UNA GREY (THREE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora