Cuenta la historia que luego de la creación, los dioses se distribuyeron sus deberes para así mantener el orden en la tierra y cuidar de los humanos. Inari; el Dios de la fertilidad, el arroz, él te y el sake, se encargó de proteger la agricultura y la industria de los humanos como uno de los principales Kami.
Inari tenía a su servicio a unas criaturas llamadas Kitsune, dichas bestias eran zorros inmortales de pelaje blanco como la nieve que estaban dotados de una gran inteligencia y que dependiendo de su edad y sabiduría podían llegar a tener hasta nueve colas; estas bestias sirven a Inari como mensajeros. Además de sus deberes con el Kami, los Kitsunes son criaturas traviesas y muy hábiles que en su tiempo libre disfrutan de engañar a los humanos, trabajo que se les facilita mucho gracias a la capacidad que tienen de cambiar de forma.
Entre los Kitsunes más jóvenes de Inari se encontraba una a la que decidió llamar Ai; la joven Kitsune era la más traviesa del grupo, además de ser también algo cruel a veces. Ai acostumbraba a transformarse en una hermosa joven de tez pálida y hermoso cabello negro, pero lo más atrayente de su forma humana eran sus ojos, hermosos ojos del color del ámbar oscuro, una característica con la cual podía atraer a cualquier hombre joven que quisiera. Fuera de su incomparable belleza, Ai era rebelde, testaruda e imprudente; los regaños por parte de su amo eran constantes pues para la época en la que estaban los Kitsunes eran considerados por muchos como "animales embrujados" por lo que hacían lo posible por deshacerse de ellos.
Una noche, Ai decidió salir sola a un bosque cercano a uno de los templos de Inari; quería salir a divertirse y hacerles bromas a los hombres que encontrara en su camino, estuvo un rato andando en su forma animal y tan distraída estaba que no se fijó por donde andaba por lo que termino cayendo en una trampa "¿Cómo había sido posible?, ¿Cómo pude ser tan descuidada?" se reprendía la Kitsune mientras intentaba salir de aquel embrollo sin tener éxito. Paso horas allí hasta que pudo escuchar pasos acercándose y el aroma de un humano y solo pudo pensar que su fin había llegado; pronto un hombre joven llego hasta donde se encontraba aquel hermoso animal que lo observaba con temor convencido en que le harían daño... pero para sorpresa del Kitsune eso no ocurrió, pues el joven con sumo cuidado y cariño saco al hermoso zorro de la trampa dedicándole una sonrisa; Ai no entendía porque la había ayudado pero no se quedaría a preguntar, tan pronto como la dejo libre esta corrió por el bosque alejándose de aquel joven para volver a su hogar.
Conmovida por la buena acción del joven, Ai se dedicó a seguirlo por algunas semanas y pudo notar que el joven llevaba una vida muy humilde como herrero y que apenas y le alcanzaba para comer así que decidió ayudarlo y así saldar su deuda con aquel joven humano.
Una noche de luna llena, el joven volvía del pueblo con ánimos bajos pues solo había logrado vender un par de cuchillos a los cuales no les pudo sacar mucho dinero y los samuráis no requerían de sus servicios. Aquel joven camino a paso lento por el camino del bosque siendo la luz de la luna su única guía, su paso solo se vio interrumpido cuando pudo divisar a la distancia una figura femenina; al principio se sintió inseguro en acercarse a aquella dama que estaba de espaldas a él, pues podría tratarse de un Oni pero algo lo impulsaba a seguir avanzando así que lo hizo; una vez que estuvo más cerca de la mujer le dio las buenas noches y le pregunto respetuosamente el que hacia sola a mitad del bosque... antes de responder, la desconocida se dio la vuelta para mirar al joven y así poder conversar.
-Me he perdido... todo esta tan oscuro que no logro distinguir qué camino tomar para llegar a mi destino y ya me encuentro muy cansada.
Murmuro tímidamente aquella joven mirando a su contrario; el chico por otro lado estaba maravillado, jamás en su vida había visto a una joven tan hermosa y de rasgos tan delicados, era como ver a una diosa, la más hermosa del mundo; cuando se dio cuenta de que solo la veía y no daba respuesta alguna fue que el chico reacciono aclarándose un poco la garganta antes de responder.
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Kitsune
Short StoryUn relato corto, ambientado en el Japón Feudal donde las bestias míticas y Onis rondaban por los bosques y claros acechando a humanos desprevenidos; pero ¿que pasaría si una de estas criaturas se interesa en un joven humilde y se hace pasar por una...